martes, 25 de agosto de 2009

Jimi Hendrix / El mejor de todos.



'Time'

Jimi Hendrix elegido mejor guitarrista de todos los tiempos.

24-08-2009 - Sergio Ariza Lázaro

La revista inglesa ‘Time’ acaba de elaborar una lista con los 10 mejores guitarristas de la historia y el ganador no ha sido ninguna sorpresa, Jimi Hendrix. El guitarrista zurdo ya fue elegido el mejor en otra macroencuesta elaborada por la revista norteamericana ‘Rolling Stone’ en 2003. Las dos listas tienen otros puntos en común, B.B. King es para las dos el tercer mejor guitarrista, Eric Clapton era el cuarto en la lista de Rolling Stone y aparece quinto en la de ‘Time’, Keith Richards es la cuarta elección para los ingleses y la décima para la ‘Rolling Stone’, el líder de Led Zeppelín, Jimmy Page, ocupa el sexto puesto en la encuesta de 2009 y el noveno en la de 2003, por último, la otra coincidencia entre ambas listas es la presencia de Chuck Berry en el séptimo puesto para ‘Time’ y en el sexto para los americanos de ‘Rolling Stone’.

Para los de ‘Time’ el segundo mejor es el guitarrista de Guns N´Roses, Slash, y para los de ‘Rolling Stone’ se trata de Duane Allman de los Allman Brothers. La lista de ‘Time’ se completa con Les Paul, Yngwie Malmsteen y Prince, mientras que la de ‘Rolling Stone’ lo hace con Robert Jonson, Stevie Ray Vaughan y Ry Cooder.

Pero centrémonos en las coincidencias, ¿por qué es Hendrix el mejor guitarrista de todos los tiempos? ¿por qué B.B. King es la guitarra del blues? ¿no han sido mejores guitarristas Brian Jones, Mick Taylor o Ron Wood que Keith Richards? ¿es Eric Clapton el mejor guitarrista blanco? ¿no es Chuck Berry un poco limitado? ¿no es, por el contrario, Jimmy Page demasiado técnico? Vayamos por partes.

Que Hendrix es el mejor guitarrista de la historia (de la historia de la guitarra eléctrica) se ha convertido en un axioma como el de que “Picasso es el mejor pintor del arte contemporáneo”. Habrá personas a las que les guste más Clapton o Kandisnky, pero básicamente estos axiomas tienen bastante de verdad.

Jimi Hendrix es el verdadero maestro de la guitarra rock porque sencillamente es el creador del sonido que asociamos al rock. Hendrix apareció en 1966 como una supernova en un mundo que ya tenía sus dioses, Clapton lo era del blues-rock, Townsend el del acople y la energía y Jeff Beck el de la naciente psicodelia. Cuando hizo su irrupción el de Seattle, todos estos guitarristas quedaron asombrados y eclipsados por Hendrix. En 1967 los profesores pasaron a aprender del alumno. Además Jimi no era sólo un gran guitarrista por sus innovaciones y sus solos, si han escuchado “Little Wing”, “The Wind cries Mary” o “Castles made of sand” sabrán que nadie ha sabido hacer semejantes introducciones con la guitarra. A día de hoy más de 1.000 guitarristas podrían tocar más rápido e incluso copiar su estilo pero ninguno, ni ahora ni nunca, sonará como él.

B.B. King es el guitarrista del sentimiento, mientras un guitarrista técnico puede hacer un solo de 300 notas B.B. King apenas utilizará tres pero emocionará el triple. El viejo maestro del blues sabe que un solo de guitarra no es una competición de fuegos artificiales sino algo que busca la comunicación con el público, hacerle sentir la tristeza, el amor o el júbilo del que se hable en cada canción.
Jimi Hendrix

Keith y Clapton

A la pregunta de si Keith es mejor que el resto de guitarristas que han pasado por los Rolling Stones, la respuesta sería difícil, Brian Jones tocaba en un principio mejor que Keith, pero con el tiempo se vio más interesado por aprender a tocar otros instrumentos que por desarrollar su técnica con la guitarra, Mick Taylor probablemente sea el mejor solista de todos los guitarristas del grupo y Ron Wood es un guitarrista más completo que Keith. ¿Por qué entonces, sin ni siquiera ser el mejor de su grupo, aparece en todas las listas? La respuesta es muy sencilla porque Keith es los Rolling Stones, fue él el que definió el sonido del grupo en los discos más importantes del grupo, “Beggar´s Banquet”, “Let it bleed”, “Sticky Fingers” y “Exile on main street”. Y eso vale más que todos los solos juntos de Satriani, Malsteem o Vai juntos.

Lo de Eric Clapton viene de lejos, en 1965 cuando todavía estaba en los Yardbirds Londres ya amanecía con pintadas que aseguraban que “Clapton es Dios”. Podemos decir que fue el primer ‘guitar hero’ inglés y que los demás se medirán siempre a través de su figura. Para hablar de su influencia sólo podemos decir que su sustituto en los Yardbirds fue Jeff Beck y luego Jimmy Page, y su sustituto en los Bluesbreakers, Peter Green y luego Mick Taylor. Clapton siempre ha sido el más reverenciado pero pocos músicos se han dado menos humos a lo largo de la historia. Fue el primero en ver la importancia de Hendrix, además de echar mano de uno de los pocos guitarristas que le podían hacer sombra para su mejor disco “Layla & other assorted love songs”, Duane Allman.


Del inventor al autor del 'Rock and Roll'

Chuck Berry es el guitarrista más imitado en la historia del rock, sólo por el riff de entrada de Johnny B. Goode debería estar entre los diez primeros de cualquier lista que se haga sobre las mejores guitarras del rock. Cuando cualquier chaval coge una guitarra eléctrica por primera vez, encenderá los amplificadores y probará el sonido pero lo siguiente será buscar un espejo para verse haciendo el ‘paso del pato’ de Chuck Berry.

La última coincidencia entre ambas listas era Jimmy Page, un guitarrista que empezó su carrera siendo el más afamado guitarrista de sesión de toda Inglaterra. Cuando por fin le llegó el momento de gloria con Led Zeppelín, Page ya era un músico consumado pero al contrario que esos músicos que sólo buscan los focos, Page puso toda su sabiduría musical al servicio de la banda, creando algunos de los mejores riffs de todos los tiempos. También le supo exprimir todo el jugo a su faceta acústica. Y cuando llegaba la hora del solo no defraudaba nunca.



lunes, 24 de agosto de 2009

John Lee Hooker / "My style is all to myself"



John Lee Hooker - A 92 Años de su Nacimiento

John Lee Hooker nació en una granja de Cohama County (Mississippi), muy cerca de la ciudad de Clarksdale, el 22 de agosto de 1917, era uno de los once hijos del matrimonio William Hooker y Minni Ramsey. Cuando su padre murió, en 1923, su madre se casó con William Moore, un vocalista y guitarrista de Lousiana que le enseño algo diferente a los himnos que cantaba en la iglesia. John Lee dejó su hogar a los catorce años y conoció a dos músicos que le aportarían nuevas influencias: Tommy Mc Clennan y Tony Hollins. Instalado en Memphis, su juventud le ponía bastante difícil el acceso a los clubes y locales de la famosa Beale Street, pero consiguió trabajar con Robert Nighthawk, aunque desilusionado, decidió emprender la aventura en el norte. Tras una temporada en Cincinnatti (Ohio), donde consiguió algún empleo y canto en cuartetos de gospel, se casó y se trasladó a Detroit, la ciudad más importante del norte junto con Chicago, allí se le comenzó a ver en los clubes Monte Carlo y Harlem Inn. Descubierto por el productor Bernie Besman, éste a fines de 1948, lo llevó a un estudio para grabar "Boogie Chillen", una canción que, por su intenso y primitivo sonido, cautivó a todo el mundo y consiguió vender un millón de copias.

A partir de entonces todo sucedió vertiginosamente. Entre 1949 y 1954, Hooker, grabó mas de setenta singles en 21 sellos distintos y con más de diez seudónimos: Texas Slim, Birmingham Sam, Sohnny Williams, J.L. Booker, J.L. Cooker, John Lee, Lee John... Editó temas que destilan entusiasmo, y que luego serían grabados por artistas de todo el mundo: "Crawling Kingsnake" (1949), de su conocido Tony Hollins: "Burning Hell" (1949); "I'm In The Mood" (1951). Consiguió trabajar durante una temporada como locutor radiofónico y sufrió un envenenamiento, posiblemente alguna mujer celosa de sus continuos desvaneos amorosos introdujo un veneno en su whisky.

Consolidado como artista, fichó en 1955, para el sello Vee Jay de Chicago, con una banda formada por Jimmy Reed (armónica), Eddie Taylor (guitarra), George Whitehead (batería), y continuó teniendo éxitos con canciones como "Mambo Chillen" (1955), o "I'm So Exited".


Los años sesenta significaron la consolidación del blues tanto en los Estados Unidos como en Europa, donde una nueva generación de músicos buscó su inspiración en Hooker adaptando viejas canciones con ritmos trepidantes. En 1960 apareció en el Segundo Festival Folk de Newport donde grabó el disco "Concert At Newport". En 1962 llegó al viejo continente como integrante del American Blues Folk Festival, iniciando con ello una serie de visitas que le permitieron comprobar que muchos grupos europeos tocaban sus canciones llegando a grabar, en 1965, un disco con los Groundhogs de Tony Mc Phee. A esos años pertenecen canciones que han obtenido el galardón de "piezas maestras", llenas de reminiscencias africanas y de pasión amorosa, como "Don't Turn Me From Your Foor", "When My First Wife Quite Me", "I'm in the Mood", etc. En 1966 se instaló en el sello ABC, donde grabó discos como "Live At The Café A Go-Go", "Urban Blues" (1968), votado como el mejor álbum de blues del año por la revista Jazz & Pop, y Simply the Truth" (1969). A fines de la década decidió trasladarse a California donde grabó un disco al lado de Canned Heat, "Hooker'N'Heat" (1970).

Durante los años setenta, ochenta y noventa, su vida transcurrió tocando en festivales de jazz como Antibes, Niza, Jean-Les-Pins, Barcelona, etc., editando algunos discos "Enlless Boogie" (71); "Never Get Out of These Blues Alive", (72); "Detroit Special" y "Don't Turn Me From Out Door" (74), apareciendo en bandas sonoras de películas como The Blues Brothers, El Color Púrpura o The Iron Man. En sus más recientes grabaciones aparece rodeado de prestigiosos músicos: en "The Healer" (1989), por el que recibió un Grammy, colaboran Bonnie Rait, Canned Heat, Los Lobos, George Thorogood o Carlos Santana; en "Mr. Lucky" (1992) le ayudan Keith Richards, de nuevo Santana, Van Morrison o Robert Cray, hasta 1995 en que publica "Chill Out", y en el que actúan junto al maestro, Carlos Santana, Booker T. Jones, Van Morrison y Roy Rogers.

Se ha tenido a Hooker como un "shouter" pero también es un narrador pausado y tranquilo, en el que la llama de los sentimientos no se apaga por la dulzura o el amor más infantil. El critico italiano Mario Treves afirmaba que el artista de Clarksdale era el comienzo de un punto en la historia del blues y, a la vez un punto de llegada. Estamos de acuerdo.John Lee Hooker siempre dijo que nunca podría dejar el "blues" con vida y así lo ha demostrado la muerte de esta leyenda musical de 83 años, que falleció el 21 de junio de 2001 en su casa de San Francisco.

http://www.lacasadelblues.com.ar/musicos_int/john_hooker.htm


John Lee Hooker - Hobo Blues

domingo, 23 de agosto de 2009

En busca de Nick Drake



El regreso del cantautor misterioso


Su leyenda contenía belleza, malditismo y una muerte prematura. Conciertos de homenaje y un disco de versiones celebran el 40º aniversario del primer álbum de Nick Drake.


MIKEL ITURRIAGA 22/08/2009


No han oído ustedes a Nick Drake?, escribió Nick Hornby en su novela de suicidas En picado. "Es como si lograra la más pura esencia de la melancolía de este mundo, de todos los infortunios y todos los sueños rotos a los que has debido renunciar y la vertiera en un diminuto frasco y lo tapara. Y cuando empieza a tocar y a cantar, es como si destapara el frasco y tú pudieras percibir su aroma. Te sientes pegado al asiento, como si estuvieras ante un muro de ruido, pero no lo estás, porque es quietud, y silencio, y no quieres ni respirar para no espantar el prodigio".


Hornby glosaba así una de las mayores virtudes de la música de Nick Drake: la capacidad para transmitir una honda tristeza y, a la vez, de proporcionar una dulce paz. Un talento que, sumado a una biografía candidata al oscar a la existencia más miserable y coronada por su muerte en 1974, cuando sólo tenía 26 años, ha erigido al británico en el cantautor de culto por excelencia del pop británico.


Este verano, el 1 de septiembre, se celebra el 40º aniversario de la publicación del primer álbum de Nick Drake, Five leaves left. Coincidiendo con esta efeméride, la discográfica del cantautor Jack Johnson, Brushfire Records, anunció que este año se publicará un disco en el que artistas estadounidenses como Eddie Vedder (Pearl Jam), Dave Grohl (Foo Fighters) o Norah Jones reinterpretarán temas del británico.


También se dijo, y posteriormente se desmintió, que el álbum incluiría un DVD con el vídeo experimental de Black eyed-dog que rodó uno de sus admiradores más cercanos a la obsesión, el actor Heath Ledger. El contenido del clip, en una de cuyas escenas Ledger parece ahogarse en una bañera, y las circunstancias de su muerte, tan cercanas a las de Drake -ambas se produjeron por sobredosis de medicamentos-, debieron de disuadir a sus herederos legales, que han preferido mantenerlo inédito.


Al otro lado del Atlántico, en Birmingham (Reino Unido), una cohorte de músicos participaron en un concierto de homenaje en mayo. Allí estaban Beth Orton, Stuart Murdoch (Belle & Sebastian), Martha Wainwright, Robyn Hitchcock o el ex Blur Graham Coxon, invocando el espíritu de su ídolo y reconociendo la inmensa influencia que ha supuesto en sus respectivas carreras. En España, donde el cantautor cuenta con sus seguidores, pero es un desconocido para la mayoría, la discográfica Acuarela organizó en junio un recital en Madrid, en el que participaron tres artistas extranjeros: Lozninger, Mary Hampton y Mi and L'au. Laurent Leclere, miembro de esta última formación, explicaba así la pervivencia del legado de Drake: "Un genio no puede ser olvidado. Puede morir antes de ser reconocido, pero vuelve a aparecer tarde o temprano. Es lo que pasó con Rimbaud o con otros, y es lo que pasa ahora con Nick Drake. Por una parte es trágico, pero por otra tiene algo de magia".


La figura de Drake también ha estado presente en la celebración del 50º cumpleaños del sello que publicó sus discos, Island, que ha incluido canciones y fotos suyas en el recopilatorio, la exposición y el libro conmemorativos. Lo que no habrá, según sus responsables, serán reediciones específicas del cantautor ni nuevos lanzamientos con rarezas, entre otras cosas porque la práctica totalidad de sus registros sonoros ya han sido explotados en discos y cajas editadas en los últimos años.


Y es que el revival empezó hace ya más de una década, cuando Nick Drake se convirtió en el músico oscuro al que citaban artistas como Robert Smith -que puso nombre a los Cure por una canción suya-, Paul Weller o R.E.M, y también estrellas del cine como Brad Pitt. Su leyenda lo tenía todo para resultar atractiva: el misterio -no existe ninguna imagen suya grabada de adulto, y sólo concedió una entrevista en toda su vida-, el malditismo, la belleza distante de sus fotos y la tragedia de su muerte prematura, tan propia de los mitos del rock.


Su obra comenzó a aparecer en las listas de los mejores álbumes de la historia de las publicaciones anglosajonas más prestigiosas, y el diario The Guardian coronó su segundo trabajo, Bryter later, como el disco alternativo más importante de todos los tiempos. Un anuncio de Volkswagen con la música de Pink moon dio el impulso definitivo, y los discos de Drake comenzaron a venderse en cantidades que centuplicaban las paupérrimas cifras facturadas en el momento de su lanzamiento. El mundo supo entonces quién era Nick Drake, si es que se puede decir algo así de un personaje tan hermético como él. Nacido en 1946 en la Birmania colonial, Nick se trasladó a los seis años con su familia al Reino Unido, donde vivió una plácida y silenciosa infancia en la campiña inglesa. Los ambientes bucólicos marcarían para siempre la música del cantautor, tanto como las frágiles canciones de su madre, compositora aficionada.


Tras pasar por la Universidad de Cambridge, donde según cuentan sus amigos estuvo más tiempo fumando porros y tocando la guitarra que en clase, Drake se mudó a Londres con la intención de abrirse camino como músico. El productor Joe Boyd le vio tocar y, fascinado por su intensidad, lo apadrinó y le consiguió un contrato con Island.


Five leaves left (Cinco hojas restantes), cuyo título hace referencia al aviso que aparece en los librillos de papel de fumar cuando están a punto de acabarse, se publicó en 1969. Y hoy suena igual de fresco, contemporáneo y relevante que el primer día. "Para mí es su mejor disco", asegura el escritor y fan de Drake, Rodrigo Fresán. "Y no sólo por su trabajo, sino por los exquisitos arreglos de cuerda, que son monumentales".


"Era distinto a todos los cantautores de su época", añade el músico Nacho Vegas. "Ninguno era tan trágico ni tan perturbador como él; no había nada ñoño en su música. Todos sus hallazgos han sido muy imitados por gente como yo, pero ninguno lo hemos alcanzado". Otro músico influido por Drake, el ex Le Mans Ibon Errazkin, incide en "las composiciones y los arreglos", y en la forma "muy limpia y muy exacta" de tocar la guitarra. Para Laurent Leclere, Drake "cogió el blues de Robert Johnson y les dio la vuelta a los acordes hasta convertirlos en música clásica".


A pesar de sus innovaciones, Five leaves left fue un rotundo fracaso comercial. En él no había alegría, ni estribillos tarareables, ni nada que conectara con los hijos de la era de Acuario. "El momento en el que apareció era desconcertante", explica Fresán. "En plena euforia psicodélica, él era un romántico sensible y oscuro. Entiendo que en su discográfica apostaran por Cat Stevens: él era la melancolía, mientras que Drake era la depresión".


Otras circunstancias tampoco ayudaron. Hombre de pocas palabras, introvertido hasta la exasperación, Drake se negaba a hacer ningún tipo de promoción. Las actuaciones en bares eran un completo desastre: como cada canción requería una afinación diferente, él pasaba largos ratos ajustando su guitarra, mientras el público no paraba de hablar. Drake acabó negándose a tocar, y "la discográfica llegó a hacer presentaciones con un troquel gigante de su figura y el disco sonando de fondo", recuerda Fresán.


"La falta de promoción y de conciertos fue la causa de que no alcanzara el éxito, y no que su música fuera adelantada a su tiempo", asegura el músico Nacho Vegas. "No hizo nada para tener repercusión". "Supongo que era muy narcisista", añade Ibon Errazkin. Testigos directos, como Jerry Gilbert -el único periodista que le entrevistó-, avalan esta visión no tan beatífica del cantautor: "Siendo malo, se podría decir que era un niño mimado que iba por ahí compadeciéndose de sí mismo".



El artista trató de reconducir su carrera con Bryter later (1970), un álbum más "feliz", jazzístico y orquestado. Pero las ventas fueron igual de decepcionantes. Lo mismo ocurrió con el tercer y último intento, Pink moon (1972). "Es curioso que la carrera de Drake no estuvo marcada por las ambiciones artísticas, sino por la desesperación económica", opina Fresán. "El segundo disco lo intentó hacer más comercial, y el tercero es acústico porque ya no había pasta".


Amargado por la falta de reconocimiento, abandonado hasta en su higiene personal y cada vez más hundido en la depresión, Drake dejó Londres y volvió a vivir a casa de sus padres. "Había rechazado el mundo. Nada le hacía feliz", recuerda su madre en el documental de la BBC Un extraño entre nosotros. "Me dijo que había fracasado en todo lo que había intentado".


El 25 de noviembre de 1974, Nick Drake apareció muerto en su cama. Había ingerido una dosis letal de los antidepresivos recetados por su psiquiatra. Su familia se resiste a creer que fuera un suicidio, porque Drake se había mostrado animado y dispuesto a retomar su carrera en los días anteriores. "Me gusta mucho lo que dijo su hermana sobre el tema", afirma Laurent Leclere. "Probablemente se las tomó pensando: 'Si me levanto, es un nuevo comienzo, y si no, bueno, entonces ya está".

"Hay una figura legal entre el accidente y el suicidio, que se utilizó cuando murió el escritor Malcolm Lowry", concluye Rodrigo Fresán. "Fue 'dead by misadventure' [muerte por desventura]. Creo que es la más apropiada para Nick Drake".
En busca de Nick Drake. Trevor Dann. Metropolitan Ediciones.


http://www.elpais.com/articulo/arte/regreso/cantautor/misterioso/elpepuculmus/20090822elpbabart_11/Tes


viernes, 21 de agosto de 2009

Frank Sinatra / The Universal Voice


Universal Music compra los derechos de Frank Sinatra.

Publicado el 21-08-2009 , por Andrew Edgecliffe-Johnson

Universal Music ha obtenido los derechos internacionales de 38 álbumes grabados por Frank Sinatra, acelerando así los planes de comercializar el patrimonio del cantante, en la víspera del 40 aniversario del lanzamiento de My Way (A mi manera).

Frank Sinatra Enterprises, un proyecto creado en 2007 entre la familia Sinatra y Warner Music, anunciará hoy que Universal Music Group International se hará cargo de los derechos de catálogo fuera de América del Norte, sustituyendo a Warner.

Ésta, entre otras, es una de las varias ideas que barajan los administradores de la herencia de Michael Jackson, que ahora intentan sacar partido del interés que han suscitado la música y la imagen del cantante tras su muerte.

Activo

Estrellas de la talla de Sinatra, fallecido en 1998, y Elvis Presley se han convertido en un buen activo para el sector discográfico, al que le resulta difícil introducir nuevos artistas en un mercado cada vez más saturado. Gracias al patrimonio de Presley, CKX, la empresa de gestión de derechos que posee el 85% de Elvis Presley Enterprises, generó el año pasado unos ingresos de 55 millones de dólares (38,6 millones de euros) y casi 12 millones en ganancias operativas. En cuanto a Sinatra. se calcula que a lo largo de su extensa carrera vendió 150 millones de álbumes.


El multimillonario acuerdo de Universal con Frank Sinatra Enterprises permitirá a la discográfica el relanzamiento de toda la música del artista grabada por Reprise, el sello que creó el cantante en 1960, y que incluye sus temas más famosos, como Extraños en la noche.

El “amplísimo” programa de relanzamiento, que irá acompañado de una importante campaña de márketing, comenzará este mismo año, según declararon las partes. En éste se incluirá una edición especial del album My Way, con dos temas inéditos.

Universal Music es propiedad del conglomerado francés Vivendi, que también ha comprado los derechos de 14 películas en DVD, incluyendo programas especiales de televisión.
http://www.expansion.com/2009/08/21/financialtimes/1250876537.html

My Way by Frank Sinatra

jueves, 20 de agosto de 2009

David Bowie / Ten Years After


Un legendario show televisivo de David Bowie


A sus majestades fanáticas del rock


En 1999, el Duque Blanco aceptó dar un recital donde la consigna era hablar de la historia de cada canción. Ahora acaba de salir en CD+DVD y el resultado es impecable.


Marcelo Fernández Bitar 18.08.2009


Antes de apostar todo al furor actual de los reality shows, hubo un tiempo en que MTV y su hermanito VH1 eran señales que no sólo brindaban una difusión sin igual para el rock –y el pop–, sino que también contribuyeron a crear programas de televisión, que sin proponérselo, inauguraron formatos únicos, exitosos e irresistibles para los fans, como fueron los ciclos Unplugged y Storytellers.


Así como los “desenchufados” tuvieron su pico de popularidad con el célebre recital de Eric Clapton, uno de los más logrados shows de “contadores de cuentos” fue el que dio David Bowie en 1999 en The Manhattan Center de Nueva York. Y ahora, diez años después, finalmente sale la edición oficial, en CD y también como combo CD+DVD, que suma el complemento visual y no agrega los jugosos parlamentos del Duque Blanco, porque por suerte ya están incluidos en el disco de audio. Eso sí: el bonus del DVD son cuatro canciones más, que no tienen comentarios del autor pero tampoco desperdicio. Quizá se tocaron como precalentamiento o simplemente para entretener al público, que habrá pasado una larga jornada haciendo de “claque” para la grabación.


Para todo fanático del rock, no hay nada menor que una colección de pequeñas anécdotas y apostillas, y exactamente eso es lo que provee David Bowie, con un histrionismo tan desbordante como su talento de cantante y compositor. Es un storyteller que rinde a lo largo de los 45 minutos del show, con historias contadas con humor, aportes casi teatrales a los integrantes de su banda, y una capacidad constante de name-dropping para mencionar nombres de gente importante.

Tras el primer tema –“Life on Mars?”–, por ejemplo, recuerda que un día de 1968 su mánager le pidió que tradujera el tema “Comme D’Habitude”, de un cantante francés, y lo hizo pero no gustó y la traducción quedó en manos de Paul Anka, que lo rebautizó “My Way”, y, sí, fue un hit mundial. Para desquitarse, Bowie compuso “Life in Mars?”, que asegura que tuvo su momento bizarro cuando Barbra Streisand hizo una versión en 1974.


La lista de temas elegidos no es un “grandes éxitos” sino una selección inteligente y sutil, que permite viajar en el tiempo e imitar la voz y el acento de Marc Bolan –previo a un fragmento de “Rebel Rebel”–, Steve Marriott –antes de hacer “Can’t Help Thinking About Me” que, admite, contiene uno de sus peores versos–, Iggy Pop –sobre los días de correrías en Berlín, hasta desembocar en “China Girl”–, Abbie Hoffman –una frase del político hippie que detonó “Seven”– y los músicos de Mott the Hoople, que le devolvieron el tema “Drive-in Saturday” y de bronca se emborrachó y lo grabó en 1973.


Otro recuerdo singular es sobre la primera vez que vio una autobiografía de Eartha Kitt y la imagen de tapa que treinta años después se convirtió en el tema “Thursday’s Child”. Y suena especialmente honesto –aunque con remates graciosos– cuando se ríe de su banda Tin Machine y su descripción sobre la época oscura del ’76 que motivó escribir la señal de alerta que fue “Word on a Wing”.


Hoy, a seis años de su último álbum, Reality, esta visita al boulevard de los recuerdos resulta tan apasionante como vital para todos aquellos con síndrome de abstinencia de Bowie.



David Bowie - Drive-In Saturday - VH1 Storytellers

miércoles, 19 de agosto de 2009

Favorite Recorded Scream / Vinyl


Los mejores gritos de la historia de la música

EFE NUEVA YORK
Actualizado Miércoles, 19-08-09 a las 13:44


Un disco de vinilo con los 74 mejores gritos y aullidos de la historia de la música ha sido editado en Nueva York, con un extracto del famoso «Vamos» de los Pixies a la cabeza de una sucesión de excentricidades guturales.

Este catálogo de gritos, de tan sólo unos segundos de duración cada uno, incluye alaridos de Slayer, Bjork, The Who, Iggy Pop, Roger Daltrey, Yoko Ono, The Stooges, Rahsaan Roland Kirk y De La Soul, entre otros muchos grupos y artistas, según detalla «The New York Times».
Con 500 copias editadas, «Favorite recorded scream» se vende por 15 dólares en las tiendas de discos de Manhattan, así como a través de internet y es una iniciativa del artista neoyorquino LeRoy Stevens, de 25 años.

La idea de este recopilatorio, que dura un total de 3 minutos y 32 segundos, surgió mientras Stevens escuchaba «A change is going to come» del cantante de soul de los años 60 Baby Huey, aunque, para elaborar su selección el artista, recurrió a pedir recomendaciones entre los dependientes de las tiendas de discos de Manhattan.

El artista ha explicado al «New York Times» que su trabajo busca homenajear en cierta forma a su referente creativo, Edward Ruscha, que en 1963 publicó el libro «26 gasolineras», que era una sucesión de fotografías de 26 estaciones de servicio repartidas entre California y Oklahoma y que está considerado como el primer libro de artista de la historia.


Un éxito underground

Mientras que en la cara A del disco se presentan todos los gritos encadenados, en la B están separados por diez segundos de silencio.

«Se trata del momento en el que las palabras no importan. Es un desahogo emocional», dijo al rotativo Stevens, quien ha conseguido repasar buena parte de la variada historia de la música popular en un proyecto que recoge desde los falsetes de James Brown en «The Payback» hasta los gritos de la banda metal sueca Meshuggah.

Stevens, que trabaja en una panadería y en el Museo Guggenheim de Manhattan, no ha conseguido, según el diario, los derechos de autor necesarios para editar el disco, algo que no le preocupa en exceso porque asegura que se pueden utilizar libremente «hasta siete segundos de las creaciones musicales».

«Todos los cortes son de siete segundos o menos, a excepción de la parte incluida de "Careful with that axe, Eugene", de Pink Floyd, y ésa es una banda que podría denunciarme», explicó Stevens.

«Favorite recorded scream» es «un éxito underground a escala global», según explicó al «New York Times» Joe D'Espinosa, copropietario de una de las tiendas de discos neoyorquinas que venden el disco y quien asegura que ha recibido encargos del mismo desde Italia e incluso China.

lunes, 17 de agosto de 2009

Miles Davis / Kind of Blue 50th Anniversary



El disco más 'cool' de Miles Davis cumple medio siglo

dpa Berlín
Actualizado domingo 16/08/2009 20:01 horas



El bajo suena en un temblor suave, el piano hace su entrada con un susurro... Así comienza un hito de la historia de la música: 'So what', el primer tema del disco de Miles Davis 'Kind of Blue', es el inicio de una revolución en el jazz.


Con unos seis millones de ejemplares vendidos, es uno de los mayores éxitos de ventas del género. La portada azul se convirtió en un icono y en una experiencia fundacional para generaciones de músicos.


A 50 años de su lanzamiento, el 17 de agosto de 1959, 'Kind of Blue' sigue siendo una de las grabaciones más notables del jazz. La revista 'Rolling Stone' la incluyó en el lugar número 12 entre los 100 mejores discos de la historia.


El compositor y productor Quincy Jones lo llamó "mi jugo de naranjas diario" y para el pianista Chick Corea fue la puerta de ingreso a un nuevo lenguaje musical.



Así se grabó

El trompetista Miles Davis (1926-1991) no tenía sin embargo un concepto claro para la producción del disco al presentarse con su sexteto a la primera de las dos sesiones de grabación, el 2 de marzo de 1959, en el legendario estudio Columbia de Nueva York.


El pianista Bill Evans recordaría más tarde que Davis apenas traía indicaciones para la grabación, más allá de unos apuntes de escalas sobre las que pensaba imporvisar. Davis, quien a los 33 años se contaba ya entonces entre los grandes del jazz, estaba buscando nuevas formas expresivas para el jazz.


Tras los años junto a su antiguo ídolo Charlie Parker se había recuperado algo de su adicción a las drogas y había encontrado en Nueva York una banda con la que pudo liberarse de las ataduras del bebop, dominante en esa época. El trompetista ya había logrado un gran éxito con 'Miles Ahead', en 1958.


Junto a los saxofonistas Julian 'Cannonball' Adderley (contraalto) y John Coltrane (tenor), al bajista Paul Chambers, Jimmy Cobb en la batería y Bill Evans en el piano, preparó el golpe liberador: en lugar de acordes estrechos y apurados, Davis investigó en todo el espectro tonal más allá de las escalas mayores y menores.



Davis y Evans, influidos por compositores clásicos como Bela Bartok y Maurice Ravel y por la obra teórica del arreglador George Russel, quisieron profundizar en las posibilidades de la música modal, utilizada en oriente, y en las obras eclesiásticas medievales.


La esencia de lo 'cool'

Davis ya se había impuesto con sus presentaciones con traje y anteojos oscuros y su predilección por los automóviles veloces como "la esencia de lo 'cool'", como lo definiría más tarde Bob Dylan. Hijo de un odontólogo de Alton (Illinois), había establecido ya con su disco 'Birth of the Cool' en 1949 el jazz como un arte sofisticado y elegante.


A mediados de los 50 ya no necesitaba recurrir a los clubes de jazz para sobrevivir, sino que se podía dar el lujo de ganar "buen dinero" en los estudios de grabación, como recordaba el productor Orrin Keepnews. Con Miles Davis, el jazz negro conquistó los escenarios blancos.


El sello Columbia había reconvertido en estudio una antigua iglesia ortodoxa en la calle 33 de Nueva York. Antes de iniciar la primera sesión de grabación de 'Kind of Blue', Davis le pagó a cada uno de sus músicos 48,50 dólares, tal como establecía el convenio.



Winton Kelly tocó el pinao sólo en 'So what'; para el resto de los temas se sentó en el taburete Bill Evans, para fastidio de Kelly.


El lado A se completó en apenas tres horas de grabación con 'Freddie Freeloader', un blues sobre un cantinero, y 'Blue In Green', que incluye un solo de trompeta de Davis de cinco minutos. Siete semanas después, el sexteto se volvió a reunir para grabar el lado B. Tras 'Flamenco Sketches', de Bill Evans, le tocó el turno a 'All Blues', un blues valseado arrasador en ritmo de 6/8. 'Kind of Blue' estaba listo.


El disco se convirtió inmediatamente en un éxito de ventas y una mina de oro para Columbia Records. Le siguieron decenas de reediciones. Los técnicos de sonido notaron sólo en 1992 que la máquina de grabación había funcionado demasiado lenta durante la toma original y tuvieron que corregir el error.


'Kind of Blue' es para algunos el sonido del Nueva York de los años 50, otros ven en el disco el punto más alto de la carrera de Miles Davis, según escribió el periodista musical Ashley Kahn en su libro sobre el surgimiento de este álbum legendario. Su conclusión personal: después de décadas, el disco sigue irradiando, "como una tranquila antorcha azulada, su invitación a la adhesión de nuevos oyentes".

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/08/16/cultura/1250445711.html





Miles Davis alumbró hace medio siglo el nuevo jazz


El músico, con Coltrane y Adderley, rompió la convención armónica del género.

ESTEBAN LINÉS 17/08/2009 Actualizada a las 03:31h


Eric Hobswam, el historiador británico combativo, insobornablemente izquierdista y con una edad ya provecta, ejerció durante bastantes años de crítico y analista de jazz bajo el seudónimo de Francis Newton. Materialista dialéctico convencido, sentenciaba en 1959 que "el jazz se ha convertido no sólo en el idioma básico de la música popular, sino en una forma de arte musical elaborado y sofisticado, con el doble objetivo de establecerse y rivalizar con el arte musical estandarizado del mundo occidental".



Escribía estas palabras no ya proféticas sino inundadas de inteligencia en uno de los años que convulsionaron la historia del jazz. El año 1959 fue, en efecto, el momento en que aparecieron o se estaban grabando tres obras referenciales del género. Por allí andaba Miles Davis dando la vuelta a los forros esenciales ("de Occidente", dijo alguien) de Manuel de Falla y Joaquín Rodrigo en Sketches of Spain.Aparecido un año más tarde, fue una muestra de la audacia del siempre inquieto músico afroamericano (negro pero de familia bien situada) que aunó fuerzas con Gil Evans para obrar una relectura que levantó las iras de la familia Rodrigo, que pronto se diluyeron al comenzar a recibir los cheques en concepto de derechos de autor. Años duros los del franquismo, sin duda. En esa misma cosecha se sumó el contrabajista Charles Mingus con el admirable Mingus Ah Um (en una reciente reseña en la revista especializada Uncut escribía un crítico que "como confeso ignorante de jazz, este sería el disco que me haría abandonar mi agnosticismo". Y finalmente el nunca bien valorado Dave Brubeck - excesivamente cerebral para los cánones del momento-publicaba el magnífico Time out.Pero el que se llevó definitivamente el gato al agua fue de nuevo Miles Davis con una obra de perfiles revolucionarios.



Davis (Alton, Illinois, 1926-Santa Mónica, 1991) alumbró una obra largamente meditada, rápidamente materializada, eternamente valorada, que se titulaba Kind of blue.Un disco con el que para siempre se varió el curso de los acontecimientos de la historia del jazz. Fue una obra que los especialistas consideran trascendental porque representa la consolidación del lenguaje modal y la apertura al libre albedrío de la improvisación, al libre albedrío de la composición ya alejada de los compositores que hasta unos pocos años antes habían considerado el jazz como un género de blancos y, en fin, el libre albedrío para abrir unas puertas que necesitaban la entrada de aire fresco. Aire que auguraban los enormes cambios que estaba viviendo el país. Todo esto, desde la perspectiva que ofrece el tiempo, convierte este álbum en una obra de arte y un referente que ocupa el candelero de los mejores discos de la historia de jazz.


Y ahora se cumple medio siglo de todo eso. Los datos son los siguientes: el disco se grabó el 3 de febrero y el 22 de abril de 1959 en Nueva York, lo editó el sello Columbia y se componía de cinco piezas tituladas So what, Freddie freeloader, Blue in green, All in blue y Flamenco sketches.Davis, tan genial intérprete como compositor, supo siempre buscar el mejor cast,supo siempre encontrar y rodearse de los mejores compañeros de faena. Con todos ellos había colaborado con anterioridad, pero el simple listado de Julian Cannonball Adderley (saxo alto), John Coltrane (saxo tenor), Bill Evans (piano), Paul Chambers (contrabajo) y Jimmy Cobb (batería) ya quita el sueño. Pero tampoco eran muy extrañas estas colaboraciones entre luminarias; en el segmento del bop y después del hard bop las máximas estrellas no dudan en grabar, actuar, girar y lo que haga falta. Mucho foco, bastantes adicciones y no siempre los suficientes ingresos. Todo hay que decirlo, y es que más allá de consideraciones cualitativas, Kind of blue se ha acabado convirtiendo en el disco que más ha vendido oficialmente en los anales del género (algo más de veinte millones de copias físicas y actualmente 5.000 a promedio semanal).



Tras la grabación del disco se produjo la marcha de colegas, músicos y genios tan importantes como John Coltrane o como Bill Evans, que no acabó de asumir el maltrato que creía sufrir por ser el único músico blanco dentro de un colectivo de activa conciencia afroamericana.


En cambio, la marcha de Coltrane era producto de su lógica evolución artística. Cuenta Davis en su autobiografía redactada por Quincy Troupe que la aplicación de la música modal al jazz ya la había pergeñado en su anterior álbum Milestones,y que la mayor parte del disco se grabó en primera toma en el estudio de grabación. Hay muchas alabanzas hacia Bill Evans ("cuando se ponía en una cosa, uno podía estar tranquilo porque la acababa"), mientras que del amigo Coltrane pocas palabras amables surgen en el negro sobre blanco.


Coltrane falleció algo después y Miles siguió agitando el mundo del rock e incluso el del hip-hop con propuestas novedosas y siempre un poco adelantadas al natural discurrir de los acontecimientos. Y el disco, ahora, parece satisfacer a todo tipo de públicos

http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20090817/53767585767/miles-davis-alumbro-hace-medio-siglo-el-nuevo-jazz.html


domingo, 16 de agosto de 2009

40th Anniversary / Original Woodstock Festival


Richie Havens - Freedom- Woodstock 1969

40 Años de Woodstock: Buscando un Símbolo de Paz


El 15, 16 y 17 de agosto de 1969, un predio del estado de Nueva York se vio invadido por una multitud de unos 450 mil jóvenes. Fue el festival más importante de la historia del rock y la cumbre del amor libre y el pacifismo. Aquí, un repaso por esos tres días locos.


Por: Alfredo Rosso. ESPECIAL PARA CLARIN.


Se cumplen 40 años del festival que cambió para siempre la historia del rock. Realizado en Bethel, estado de Nueva York, entre el 15 y el 17 de agosto de 1969, Woodstock reunió a muchos de los principales exponentes del rock anglosajón de su época y fue un acontecimiento artístico y social que marcó a fuego a una generación. Cuatro décadas después sus efectos se siguen sintiendo.

La era de los grandes eventos de rock al aire libre había comenzado dos años antes con el Festival Monterrey Pop, en California, pero el de Woodstock fue el que ha quedado en las retinas. Esto tiene que ver, sin duda, con la difusión mundial que adquirieron los discos y la película del festival, pero también con un año que condensó el espíritu de la época.

Concluía la década del '60 y la generación de los llamados "baby boomers, los chicos concebidos en la posguerra, estaba adquiriendo un protagonismo cada vez mayor en la vida social y política de los EE. UU.. Luchaba por los dere chos civiles de las minorías y por tener voz y voto en cuestiones relacionadas con su educación, se oponía a la guerra de Vietnam y buscaba alternativas a la sociedad de sus mayores, a la que consideraba excesivamente conservadora y centrada en el materialismo.

La llamada Generación de Acuario pugnaba, también, por derribar tabúes ancestrales. Practicaba el amor libre y buscaba expandir la mente con drogas psicodélicas. Los más osados renegaron de la familia y las carreras tradicionales y buscaron un sistema de vida alternativo en comunidades rurales. El rock era el elemento aglutinante porque representaba, en letra y música, la esencia de sus anhelos. No fue sencillo organizar Woodstock. Los granjeros de la región veían con recelo la perspectiva de un aluvión de hippies descendiendo sobre sus propiedades y el sitio elegido para el festival debió cambiarse a último momento.

Gracias a la constancia de los organizadores, Michael Lang, Artie Kornfeld, John Roberts y Joel Rosenman, y a la buena voluntad del granjero Max Yasgur que cedió sus campos de Bethel, Woodstock se puso en marcha a mediados de 1969. Lang y Kornfeld, los más avezados en cuestiones musicales, querían que el festival tuviese un repertorio artístico abarcativo, con espacio para el rock ultra popular de Creedence Clearwater Revival, la conciencia cósmica de Grateful Dead y el novedoso jazz-rock de Blood, Sweat & Tears, pero también para las ragas hindúes de Ravi Shankar y el folk místico de Incredible String Band.

Muchos de los músicos que participaron, sobre todo los que figuraron en el filme de Michael Wadleigh, recibieron un fuerte espaldarazo para sus carreras. Fue el caso de Joe Cocker, quien actúo con The Grease Band. El ex plomero de Sheffield, Inglaterra, tenía un gran hit en Inglaterra con su emotivo cover de Con una ayudita de mis amigos, de los Beatles. Woodstock potenció también la trayectoria de otros dos artistas británicos. The Who atravesaba por uno de sus picos artísticos, con el estreno de su ópera rock Tommy, y tenía uno de los shows escénicos más excitantes del momento.

Ten Years After, surgido de la segunda ola de blues británico, era hasta entonces un grupo de culto, pero su maratonesca versión de I'm Going Home los puso en la liga de las megabandas. También recibió un sólido impulso la banda de Carlos Santana, un virtuoso guitarrista mexicano radicado en San Francisco.

Woodstock tuvo su cuota de situaciones límites. Carreteras atestadas pronto aislaron el lugar -muchos músicos debieron arribar en helicóptero- y la situación climática bordeó los extremos: hubo momentos de sol abrasador y también furibundas tormentas que pusieron a prueba la resistencia de público, artistas y personal técnico. Las previsiones en cuanto a sanitarios y comida se vieron superadas: la concurrencia -que los cálculos previos estimaban en 150.000 personas- triplicó esa cantidad, forzando a los organizadores a dar entrada libre para evitar avalanchas y estampidas, y a los grupos de voluntarios, vecinos e incluso la guardia civil a aportar alimentos y ropas secas.

Volviendo a la música, el rock más intenso y eléctrico tuvo su contraparte en artistas que tomaban al folk como punto de partida para sus propuestas. Tal el caso de The Band, Richie Havens, Melanie, John Sebastian, Arlo Guthrie y Joan Baez. Esta última recordó el compromiso de los presentes con las luchas sociales con Joe Hill. La corriente más militante de la contracultura continuó con las actuaciones de Jefferson Airplane y de Country Joe McDonald (líder de Country Joe & the Fish), quien brindó en I Feel Like I'm Fixin' to Die Rag una aguda arenga antibélica cantada a coro por más de 300.000 personas. Asimismo, Woodstock fue testigo del nacimiento de un supergrupo de la fusión folk-rock: Crosby, Stills & Nash crearon una atmósfera increíble con varios clásicos de su álbum debut y anticiparon su ampliación a cuarteto invitando a Neil Young.


Woodstock también tuvo funk de la mano de Sly & the Family Stone, y blues, con Janis Joplin, Canned Heat, Johnny Winter y la Paul Butterfield Blues Band, pero si hubiera que señalar un símbolo del festival, ese fue la actuación de Jimi Hendrix. En esos días, el guitarrista de Seattle venía de disolver a la Experience, el power trío que le había dado fama, y estaba por armar Band of Gypsys con otros dos músicos afroamericanos, para profundizar sus raíces de soul y de blues. Woodstock encontró a Hendrix en plan experimental liderando una banda numerosa a la que llamó Gypsy Sons & Rainbows. Tocaron al amanecer del cuarto día, cuando ya quedaban apenas unas 40.000 personas en el predio, pero los estoicos tuvieron su recompensa, porque fue un show dramático, que alcanzó su pico cuando Hendrix hizo su versión del himno de los Estados Unidos imitando con su guitarra el sonido de las bombas cayendo sobre Vietnam.

Hoy, 40 años después, la polémica sigue abierta entre los que sostienen que Woodstock fue el despertar de una nueva conciencia y los que consideran, en cambio, que se trató del final de una era de idealismo e inocencia, tras la cual el rock se transformó en el negocio millonario. En cualquier caso, está claro que el festival de Woodstock marcó un antes y un después en la historia de la música popular del siglo veinte.


http://www.clarin.com/diario/2009/08/16/um/m-01978671.htm

Sly & The Family Stone - I Want To Take You Higher - Woodstock 1969

viernes, 14 de agosto de 2009

Rashied Ali / Drummer


Fallece el baterista de jazz Rashied Ali

Famoso principalmente por su colaboración con el saxofonista John Coltrane, el baterista murió a los 74 años de edad.

13/08/2009 Actualizada a las 22:09h Cultura

Los Angeles/Nueva York. (dpa) - El baterista estadounidense de jazz Rashied Ali, famoso principalmente por su colaboración con el saxofonista John Coltrane, falleció a los 74 años, indicó hoy el portal allAboutJazz.com.

Ali murió ayer en Nueva York. En la página web de este artista - que contribuyó a desarrollar un estilo de vanguardia para la batería en el jazz- no trascendió la causa del deceso, que "The New York Times" atribuyó a una trombosis.

El baterista dirigía un club de jazz en Nueva York e iba a presentarse en noviembre en esa ciudad y en Viena. Continuó grabando hasta el final, y lo más reciente fue con su Quinteto Rashied Ali.

En febrero de 1967, Ali y Coltrane grabaron el famoso álbum Interstellar Space y pocos meses después, Coltrane falleció. Tocó también con músicos como Paul Bley, Pharoah Sanders y John Zorn. Ali, nacido en 1935 en Filadelfia con el nombre de Robert Patterson, comenzó a tocar la batería en el ejército estadounidense.



jueves, 13 de agosto de 2009

Les Paul / Personaje Legendario



Good Bye Mr. Les Paul

Jueves, 13-08-09

El legendario guitarrista e inventor, Les Paul, ha muerto a los 94 años por complicaciones derivadas de una neumonía en un hospital de Nueva York, según ha informado el jueves su abogado, Michael Braunstein.

El letrado declaró que el artista había estado "entrando y saliendo del hospital" por alrededor de dos meses y que había enfrentado una serie de enfermedades.


"A los 94, es difícil luchar con muchas cosas", dijo Braunstein. "Él es un personaje histórico. Ha dejado una marca en este mundo y muchos, muchos amigos", agregó.


El artista se hizo famoso en todo el mundo por el desarrollo de la guitarra eléctrica en 1941 y por utilizar técnicas de grabación moderna con pistas múltiples. Paul se convirtió en un nombre importante en la industria musical desde la Segunda Guerra Mundial.

El músico jugó un rol clave en el nacimiento del rock 'n' roll a comienzos de la década de 1950 cuando se unió a la Gibson Guitar Corp. para colaborar en el diseño de un modelo de guitarra eléctrica que se convirtió en un clásico y un éxito instantáneo y fue bautizada con el nombre de 'Gibson Les Paul'.

Junto a su esposa Mary Ford tuvieron una serie de éxitos en las décadas de 1940 y 1950 que incluyeron 'Mockin' Bird Hill' y 'How High the Moon'.

Pese a sufrir de artritis y problemas de audición, Paul se mantuvo como un músico infatigable y tocaba regularmente en un club de jazz de Nueva York en la década de 1990.

jueves, 6 de agosto de 2009

Iggy Pop / Artista de Culto



"Cantar rock puede resultar una condena a cadena perpetua"

DIEGO A. MANRIQUE - Madrid - 04/08/2009


Una voz rotunda. Iggy Pop (Michigan, 1947) se expresa con la gravedad de un actor veterano, aunque es un conversador jovial, siempre presto a reírse de lo absurdo de su existencia. Así, reconoce que 2009 iba a ser una especie de año sabático, tras hacer caja con la gira de su grupo histórico, The Stooges. Todo se torció a comienzos de enero, cuando apareció muerto su viejo compañero, el guitarrista Ron Asheton. También supo que Hollywood renunciaba a filmar The passenger, la película sobre sus años salvajes. De alguna manera, ha decidido llenar el vacío sacando adelante proyectos particulares. El más visible es Préliminaires (EMI), un disco musicalmente audaz, inspirado por La posibilidad de una isla, la novela de Michel Houellebecq. Iggy atiende cordial desde Miami: "Acabo de salir de la piscina, podemos hablar de lo que quieras".



Pregunta. Me asombra que viva en Miami, donde -fuera del universo cubano- no hay mucha actividad cultural.


Respuesta. Por eso lo elegí. Aunque soy eso que llaman un "artista de culto", prefiero pasar desapercibido: vivo con mi mujer en un barrio ordinario. Pero aquí también existe una pequeña escena de rock alternativo y he terminado por hacer amigos.






P. Préliminaires oscila entre el jazz de Nueva Orleans y la chanson. Asombra que, con la crisis de la industria, le dejaran hacer algo tan atípico.

R. ¡No les pedí permiso! Originalmente, iba a ser un disco exclusivo para Francia; luego, quisieron editarlo otros países. De todos modos, me reprimí: dejé fuera un tema lento de diez minutos que es desesperación pura. En Estados Unidos, Préliminaires ha tenido las críticas más dispares: gente que me felicita y descontentos que piden [pone voz cervecera] ¡rock and roll!



P. Entiendo su confusión: ¿a quién creer, a ese Iggy Pop que canta Las hojas muertas o al que se desgañita sobre un muro de decibelios?

R. No son incompatibles. Mi oficio es el de cantante de rock. Tengo 62 años pero conservo toda la energía, conozco los códigos, sé mover a un público.



P. Seguro que recuerda lo que proclamaba Mick Jagger: que no se imaginaba cantando Satisfaction cuando cumpliera 40 años.

R. ¡Lo que no sabía es la cantidad de pasta que le iban a ofrecer por hacer eso! En este negocio no puedes decir algo tan tajante: el diablo te va a obligar a comerte tus palabras. De todas formas, entiendo que cantar rock toda tu vida pueda parecerse a una condena a cadena perpetua.



P. Hace poco, Jerry Lee Lewis tocó en Madrid; estaba muy deteriorado pero conservaba su dignidad.

R. Lo creo, me gusta el último disco que ha hecho. Jerry Lee igual preferiría cantar country pero ahí está. Recuerdo actuar en Madrid a principios de los ochenta en un local oscuro y no acudieron más que unas docenas de tipos feos, que se empeñaron en cubrirme de escupitajos. Yo no era consciente pero había tocado fondo: los conciertos posteriores en España han sido buenos, incluso muy buenos.


P. Hay una canción en el nuevo disco titulada Spanish coast [Costa española].



¿Recuerda cuál fue la inspiración?

R. Sí, estaba solo en un hotel cerca de Benicàssim, quería descansar. Al lado había una playa nudista. No podía poner a prueba mi español: todo eran rusos, árabes, nórdicos. Me impresionó que hubieran reducido la experiencia de España a "sol, sexo y mar", pero prescindiendo de los nativos. De repente, me llegó la noticia de la muerte de mi manager, Art Collins, y no tenía con quién compartir mi dolor. Luego comprendí que estaba viviendo una situación que encajaría perfectamente en un libro de Houellebecq.



P.¿Hay música nueva que sorprenda a Iggy Pop?

R.Me impresiona el Hypnotic Brass Ensemble. Músicos callejeros, la mayoría hijos de un trompetista de jazz. Tocan muy crudo y... bueno, ellos no lo saben, pero les estoy componiendo canciones.


P. Uno no puede parar ¿verdad?

R. Así debe ser. En septiembre, doy un concierto en Alemania, con una cantante folk, Tine Kindermann. Es un ciclo llamado Un siglo de canciones. Uno espera haber aportado algo al cancionero del siglo, aunque solo sea I wanna be your dog (Quiero ser tu perro).





P. ¿Hay algo que añadir respecto a la muerte de Michael Jackson?

R. Yo soy más experto en fracasos que en éxitos. Imagino que el éxito desmesurado distorsiona todo. Lo sé, lo he vivido al lado de David y la suya era una fama más controlable. En el nivel de Michael, supongo que te vas debilitando y entras en una espiral de decadencia. Todos quieren algo de ti, todos te acosan, los abogados te abruman. No te adaptas, estás nervioso y tomas algo para resistir. Luego... fundido a negro.


P. Por cierto, he visto el spot donde hacía publicidad de una aseguradora británica de automóviles que...

R. ... no aseguraba a músicos, ya lo sé. Bueno, ya han rectificado. Hay ventajas en ser un "artista de culto": alguien te ofrece un montón de dinero por asociar su imagen contigo. Absurdo pero no me voy a negar.


P. Una pequeña maldad. Me dicen que conduce un Maserati. Imaginaba que, dado sus raíces en Detroit, sería fiel a sus coches.

R. He tenido coches americanos hasta hace poco, pero me daban muchos disgustos, no es bueno quedarse parado en algunas zonas de Miami. De cualquier manera, no quiero frivolizar con ese asunto: es terrible la decadencia de Detroit como ciudad.

http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/Cantar/rock/puede/resultar/condena/cadena/perpetua/elpepirdv/20090804elpepirdv_6/Tes


King of the Dogs / Iggy Pop




"Preliminaires” / Iggy Pop

Inspirado por el escritor Michel Houellebecq, el rockero elige el jazz, la bossa y la chanson en su álbum más maduro.

Por: Pablo Schanton

Se oye un "¡Guau!" desanimado al final de King of the Dogs, tercer track del quinceavo álbum solista de Iggy Pop, Préliminaires. La interjección sintetiza el tono de melancolía sarcástica de esta obra. Este señor alguna vez -cuando era un chico punk antes de 1977- ladró que quería ser un perro en la clásica, de The Stooges, I Wanna Be Your Dog (1969). "Vos podés convencer al mundo/ de que sos alguna clase de súper estrella/ cuando lo que sos es un pelotudo", manda hoy con cavernosidad de faringitis en I Want to Go to the Beach, o lo que podría ser parte del clásico Histoire de Melody Nelson (1973) de Serge Gainsbourg, una inspiración notable para esta Iguana madura (chequear Je sais que tu sais).

Esa melancolía sarcástica, que recorre el disco, está influida directamente por La posiblidad de una isla, novela del francés Michel Houellebecq. "Como Daniel (el cómico que protagoniza el libro), también me siento agotado de una carrera que me volvió un entretenedor, y deseo una nueva vida", confesó Iggy. King of the Dogs suena a jazz de Nueva Orleans, y, más, al Tom Waits de Franks Wild Years (87). Esto sí que es agotamiento y "nueva vida" para un rocker que asume su flaccidez emocional a los 60, tras años de tensar musculatura en acrobacias envidiables...


Incluso, prueba una versión de Insensatez (Jobim), y merodea el mundo de un Yves Montand al cubrir la otoñal Les Feuilles Mortes. Sí, hablamos de un disco tristón, que remite a lobbies que perdieron estrellas y caireles (How Insensitive), o a restos de piñata en el hall de un reformatorio (Party Time). De rock, no hablar: la cocción no pasa del baño María, y el coxis de Iguana no se zigzaguea más...


En una escucha superficial, ese acercamiento de un yanqui harto de malls a la Europa más decadentista podría definir a Preliminaires como una intersección entre el depresivo Berlin ('73) de Lou Reed y un snob Starbucks... Pero en A Machine for Loving, cuando el mismo ex Stooge lee gutural a Houellebcq, se entiende que la fábula del perro y el amor incondicional de 1969 continúa, con cinismo: "Por más feo, perverso, deformado o estúpido que un humano pueda ser,/ el perro lo amará igual". Guau.

http://www.clarin.com/diario/2009/08/05/um/m-01971804.htm

miércoles, 5 de agosto de 2009

Brian Johnson / Viejo perro del Regimiento

El cantante de AC/DC, Brian Johnson, de 61 años, pretende retirarse cuando acabe la actual gira, en 2011.

ELPAÍS.com - Madrid - 04/08/2009

Nadie diría, tras verlo este verano brincar por los escenarios españoles, que Brian Johnson, cantante de la banda de rock australiana AC/DC, tiene 61 años. El artista con la voz más aguardentosa del panorama musical desde Janis Joplin, ha señalado a la revista Classic Rock que tiene intención de retirarse en 2011, fecha hasta la que la banda ha vendido entradas.

"Estábamos hablando sobre el final de la gira y dije: 'acabamos en mayo y es entonces cuando yo lo dejo", afirmó Johnson. Las presiones de la banda, especialmente del guitarrista Malcolm Young (hermano del líder del grupo, Angus Young), han hecho posible la prórroga.

"Intento mantenerme en forma y me encanta estar en esta banda, pero los otros colegas acaban de entrar en la cincuentena. Yo soy el perro viejo del regimiento", señala el cantante, quien añade en declaraciones recogidas por The Guardian: "No quiero que la gente que me vea en directo diga: 'pobre vejestorio, la banda está cargando con él".

Johnson lleva desde 1980 en AC/DC, grupo en el que ingresó tras la muerte del cantante original, Bon Scott. Debutó con el álbum Back in Black, el mayor éxito de la banda hasta la fecha, casi 50 millones de discos vendidos (se supone que es el segundo álbum con más éxito comercial de la historia, por detrás del Thriller de Michael Jackson).

domingo, 2 de agosto de 2009

Ron Carter / Su Majestad


Su majestad Ronald Levin Carter

El contrabajista ofreció una lección de clasicismo y etiqueta, de elegancia sonora de raya impecable, en el parque de El Majuelo

JUAN JESÚS GARCÍA ALMUÑÉCAR

Ron Carter volvió a llenar hasta arriba el parque de El Majuelo para su visita al festival Jazz en la Costa; una cifra establecida en millar y medio de personas razonablemente silenciosas habida cuenta de que una actuación de Carter requiere la complicidad callada y expectante del oyente como si fuera un acto religioso. Lo suyo fue, como es siempre, una lección de clasicismo y etiqueta, de elegancia sonora de raya impecable, pañuelo en el bolsillo y doble windsor sin la más mínima altisonancia, ni estética ni musical. Todo majestuosidad y saber estar, con apenas alguna que otra licencia para romper la convención permitida al ratonero percusionista puertorriqueño Rolando Morales, algo que, por exceso, no siempre fue buena idea.

Carter llegó a Almuñécar con un planteamiento de concierto muy parecido al que diera hace varios años en Granada. Sus Foursight de entonces son los mismos de ahora con el refuerzo del guitarrista carioca Guillerme Monteiro, la ausencia del saxofonista Javon Jackson (sí efectivamente, el que vino con Jimmy Coob en la función inaugural) y su artillero de confianza Payton Crossley en lugar del baqueteado Portinho.
Hombre de pocas palabras y mucha música, el guión oficial contemplaba un 'largo' de casi una hora nada más llegar a modo de exposición temática de temporada, y luego algunos añadidos. En la actuación les salió una hermosísima 'My bloody valentine' tan delicada que le entra a uno la paranoia del móvil encendido que suena en el peor momento. Tan sublime, por cierto, que hubo hasta quien se desmayó y tuvo que ser atendido por algún espectador experto en reanimaciones.

Alrededor del bajista

A lo largo de esa 'medley' de bienvenida, el grupo giró alrededor del bajista, que con leves movimientos de barbilla fue ordenando los turnos y aprobando con cariñosas sonrisas si lo que escucha le gustaba. En esta larga masa sonora fueron entrado y saliendo, por turnos e individualmente. No hubo temas netos, sino más bien apuntes, esbozos de diferente longitud, guiños y alguna melodía más desarrollada (de 'Chega de saudade', 'Seven Steps to heaven' o 'My Bow tye'. y visitando con más detalle al Jobim de 'Orpheo' y 'Wave'). Nada que añadir a lo ya escrito sobre la majestuosidad tocando del maestro, su afinación exacta y ese sonido esférico de graves tan sólidos como si fuesen de piedra milenaria. Como siempre, a su lado estuvo inmenso el pianista Stephen Scout, brillante, seguro, ocurrente y, frente a la sumisa disciplina de guitarrista y baterista (excelente el gaseoso solo de escobillas de Croosley, por cierto), con mayor margen de maniobra creativa como corresponde a la principal voz solista y a un señor que se forjó al lado de leyendas como Sonny Rollins.

'You & The Night & the Music', casi al final, sirvió para ir cogiendo temperatura en las palmas de la mano, pero el educadísimo Carter no concedió un muy pedido segundo bis. Una lástima porque conciertos con semejante señorío ya no se hacen. Dios salve a su majestad.

http://www.ideal.es/granada/20090726/cultura/majestad-ronald-levin-carter-20090726.html