lunes, 18 de mayo de 2015

JAF / 30 Años Después Tributo a Riff




JAF: “Le rindo un homenaje a esa música”


El cantante y guitarrista volvió a grabar –junto a Pablo Santos y Beto Topini– los temas de su único disco con Riff y lo entregará con la entrada de todos sus shows. “Estoy muy orgulloso de haber participado de esa banda, aprendí mucho”, confiesa. JAF regalará una regrabación de Riff VII en su actuación en Vorterix el 30 de Mayo.

Miércoles, 13 de Mayo de 2015

Por Julia González

“Me dijo mi viejo: ‘No es bueno deber’. Entonces, cuando entré a Riff con mi guitarra, que yo me había hecho, que no era de marca, Pappo dijo: ‘Esa guitarra, no. Vitico, vendele la Telecaster al nene’”, cuenta JAF una de las tantas anécdotas que tiene de su paso por Riff, acaso la banda más importante de heavy metal del país. Dice que la guitarra salía 600 dólares y que la pagó en dos veces gracias a los shows de Obras Sanitarias de fines de 1985. Casi treinta años después, el cantante y guitarrista vuelve a grabar aquellas canciones de Riff VII, que incluye las de su autoría, “Elena X” y “Apiádate de él, Señor”, junto a Pablo Santos y Beto Topini, los músicos que lo acompañaron a lo largo de su vida musical. El disco será regalado con cada entrada de los recitales de la gira que comienza el sábado 30 de mayo en Vorterix (Lacroze y Alvarez Thomas).

Bastaron diez meses de la presencia de JAF en Riff para dejar impresa esa marca que le dio a la banda otro matiz. Las armonías vocales que aportó aquel joven guitarrista de envidiable melena fueron la estampa de esa nueva formación con Oscar Moro en la batería. Sin embargo, había cierta tensión que provocó la retirada de JAF en 1986. “No había ninguna duda de que era un asunto de la viola”, dice sin melancolía cuando vuelve en el tiempo. No hay nostalgia ni añoranza en sus palabras, porque JAF encauzó su carrera solista con toda la energía (esta vez sí) puesta en la guitarra, y en 1989 grabó su primer disco, Entrar en vos. “Nunca quise ocupar el lugar de nadie porque hubiera sido inútil mi esfuerzo, no hubiese podido hacerlo, pero no podía desarrollarme como guitarrista”, dice. “En esa época, yo tocaba ‘Yendo a casa (en helicóptero)’, de Alvin Lee, igual y más rápido que Alvin Lee. Cuando el Carpo vio eso, se enfermó la cabeza.”

–¿Por qué vuelve a grabar estas canciones?

–Ya lo tenía en mente pero hubo un disparador, que fue La Trastienda del 28 de agosto del año pasado. Toqué una zapada, una improvisación, con los muchachos, Beto Topini y Pablo Santos, los compañeros con quienes estoy haciendo toda esta sanata, y la gente enfermó. Cuando nos juntamos al final de cada actuación, que me quedo para saludar, me dijeron “¡Eso! Queremos escuchar eso, Riff! ¡Riff VII!”. Porque duró poco. La única formación distinta fueron esos diez meses en los que estuve yo.

–Y Oscar Moro.

–¡Y Moro! Sin embargo, a los ocho meses, cuando Moro se fue porque ya no aguantaba más la postura, la compañía discográfica dijo “pongan otro baterista”, aunque Oscar era un tipo excepcional como persona y como baterista. Muy pocos hubieran podido hacer lo que él hizo de Seru Giran, grupo número uno del momento. Sin embargo, cuando me fui yo, la compañía dijo “no bancamos más, se rescinde el contrato”. Era más importante mi inclusión como vocalista y como compositor que la inclusión de Moro. Así fue a la vista de los tipos de la compañía discográfica. De hecho, se fue Moro y subió Jota Morelli y era lo mismo. El tenía 25, 24 años, un tipo que tocaba ocho horas todos los días, un caballo, potro joven. Después terminó tocando con Al Jarreau, eso sí que es jodido. Ese tipo toca solamente con gente del nivel de Pedro Aznar o de Sting. Fue impresionante, estoy muy orgulloso de haber participado de todo eso, aprendí mucho. Y acá estoy, haciendo un homenaje a esa música, muy copado y muy agradecido.

–¿Por qué regala este disco?

–Porque quiero que la gente escuche el disco completo y no se pasa en los programas de televisión ni de radio, donde no van a funcionar mis temas porque no estoy contratado por ninguna compañía discográfica, entonces quiero difundir mi disco completo. Con cada entrada, voy a darles el disco a mis fanáticos, siempre, en cada uno de los shows que arranca con esta gira. Entonces, si vienen doscientos tipos, son doscientos discos, si vienen dos mil tipos, son dos mil discos. Y que lo escuchen, que lo regalen, que lo escuchen sin parar y ahí vamos con esa como estrategia de difusión. Aparte de que el disco no es un disquito, es un disco original, es un tríptico con toda la información que corresponde.

–Una vez dijo que a las oportunidades había que prestarles atención y no dejarlas pasar, como cuando Vitico lo llamó para tocar en Riff. ¿Qué otras oportunidades se le presentaron?

–Walter Giardino me llamó tres veces para cantar en Rata Blanca. Y las tres veces le dije que no.

–¿Por qué?

–Porque yo toco la guitarra y al lado de Giardino no puede tocar nadie.

–A principios de los ’90 grabó cuatro discos marcadamente rockeros y bluseros, pero a medida que pasaba el tiempo se iban sumando las baladas a sus composiciones.

–Todos mis discos, si los analizás, siempre tuvieron el mismo porcentaje de canciones fuertes y de baladas, entonces eso es coherencia. A mí siempre me gustó la misma música, pero si sistemáticamente en el momento de elegir los temas para la difusión eligen las baladas, resulta que todo el mundo que me viene a ver dice “vamos a ver a JAF, el baladista”, y cuando arranco con “Salida de emergencia”, dicen “¿qué le pasó a éste?”. Había sorpresas porque lo que se estaba promocionando era otra cosa. Si bien me gusta “Maravillosa esta noche” o “Todo mi amor”, en ese momento yo tocaba otras cosas también. Y si en vez del video de “Todo mi amor” se hubiera grabado “Salida de emergencia” o “El pordiosero”, la gente hubiera dicho “esto es otra cosa, es otro artista”, pero es el mismo artista. Hay eclecticismo, puede ser.

–Sin embargo, en Hombre de Blues se nota un cambio musical que pudo haberse visto como cierto “ablande” por parte del público.

–Dije claramente en la compañía discográfica con respecto a este tema “Por ti y por mí”, y también por el video que querían hacer del disco, que yo quería por favor un rocanrol para el video y propuse “Pistas candentes”. Por el amor de Dios: ¡“Pistas candentes” me recontra representa! Igual que “Por ti y por mí”, pero bueno, ya veníamos con “Maravillosa esta noche”, “Todo mi amor”, “Tal vez mañana brille el sol”. Pasa que vende más. Porque si yo hablo del amor de un hombre y una mujer, de por qué pasa esto en mi corazón cuando te miro a los ojos, esto le pasa a todo el mundo. Porque si vendiera más el boogie woogie, venderían eso.

–¿Cómo se reconciliaron con Vitico después de que él quemara un afiche suyo?

–Le sugerí en un video que esto no nos hacía bien a nosotros ni a nuestros fanáticos, a nuestras familias ni a la gente que queremos, entonces saludémonos y nos dejamos de joder con esta boludez de los afiches y las radios. Nunca tuve nada con Vitico, al contrario, él me llamo a participar del grupo número uno de la Argentina, voy a estar siempre muy agradecido. Pero bueno, se enfermó con su cabeza loca. Cuando nos juntamos en lo del Corcho Rodríguez (Red House) fui a saludarlo arriba del escenario y después tocamos un tema juntos. Sentí que no había pasado ni un día de las actuaciones con él y me pareció que él tampoco había tenido nunca cosas locas conmigo ni me sentí mal. Me parece que fue un error que él cometió y, ¿quién soy yo para condenar por un error a otra persona, si yo también me equivoco?


http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/3-35512-2015-05-13.html


JAF - Dios Devorador - Tributo a Riff VII (30 Años Después)



sábado, 16 de mayo de 2015

B. B. King / The King of Blues is dead!




B. B. King: La Gran Memoria Del ‘Blues’


Madrid - 16 May 2015 - 00:03 CEST

Por Fernando Navarro

Musicalmente hablando, es como si al mundo le quitaran, casi definitivamente, una parte de su memoria. Se va uno de los últimos grandes padres fundadores del blues, un hombre que creó un nuevo lenguaje con la guitarra eléctrica, pieza esencial en la arquitectura de la música popular del siglo XX. Se va algo más que un simple músico. Porque B. B. King, muerto a los 89 años, representaba un modo de vida y de creación musical en Estados Unidos.

El músico desfalleció el pasado octubre durante un concierto y tuvo que cancelar el resto de la gira también por deshidratación y agotamiento provocados por la diabetes que le fue diagnosticada hace más de dos décadas. Desde entonces, su estado de salud no hizo más que empeorar.

Nacido en el seno de una familia pobre, en una diminuta cabaña de un pueblo de Mississippí, su primera experiencia musical llegó a los 12 años cuando formó parte de un grupo vocal de gospel y el predicador le enseñó sus primeros acordes con una guitarra. Entonces, recogía algodón en una granja de la ciudad de Lexington. Luego, lo hizo en Indianola durante los primeros años cuarenta.

Con su famosa Lucille —nombre que dio a su inseperable guitarra Gibson— y un puñado de dólares en el bolsillo, se mudó en 1946 a Memphis, la ciudad que poco después alumbraría a Elvis Presley, donde a finales de los cuarenta y principios de los cincuenta desarrolló un estilo único: mezclaba el sonido rural del campo con la vitalidad eléctrica de la ciudad. Allí se convirtió en el rey de la calle Beale e hizo avanzar el blues. Le otorgó en esos primeros años un carácter particular y asombroso. Canciones como I’ve Got a Right To Love My Baby, Please Love Me, Three O’Clock Blues, Sugar Mama o Gotta Find My Baby, eran composiciones que muestran un blues nada convencional, donde había orquesta de metales que le alejaban del prototipo del músico primitivo del Mississippi pero sin perder las raíces de su tierra. Con su voz aguda y el poder de su guitarra, era el medio camino perfecto entre Mississippi y Chicago, entre lo rural y lo urbano, entre el Génesis y el Nuevo Testamento del blues.

Fue el sonido del blues moderno, que más tarde explotó en Chicago y marcó a toda la generación el rock'n'roll de los sesenta. Tuvo grandes discípulos blancos como Eric Clapton o Mike Bloomfield. Los Rolling Stones, fascinandos por el cancionero de los primeros bluesmen originales, se lo llevaron de gira. De telonero, con ellos dio alguno de los miles de conciertos que tenía en su hoja de ruta. Porque B. B. King, que ansiaba sacarse el mayor dinero posible a través del blues locuaz y contagioso de su guitarra, se tomó por costumbre hacer más de 250 actuaciones al año. En España, se le pudo ver en varias ocasiones, entre ellas con Raimundo Amador.

De alguna forma, en las últimas dos décadas quedó etiquetado como el gran embajador del blues clásico, de ese sonido primigenio que sonaba más real y absorbente que en ningún otro lado en aquellos hombres y mujeres que vivieron una época determinada. Muchos fueron cayendo mientras él seguía tan incombustible como en sus años más jóvenes, aunque con los achaques de la edad: tenía problemas de vista y tenía que tocar sentado durante toda la actuación. Pero ahí estaba B. B. King, llamado por muchos Rey del blues y con el que todas las figuras musicales querían compartir escenario, bien fuera sus discípulos hasta Luciano Pavarotti. Ahí estaba un artista esencial para comprender el desarrollo de la música popular del siglo XX, el fascinante universo del blues original, nacido del mundo rural y electrificado a través de su Gibson hasta moldear un lenguaje impactante. Ahí estaba, en definitiva, B. B. King, memoria de un tiempo irrepetible, tal vez el último guitarrista que nos recordaba cómo empezó todo cuando queríamos hablar de blues.




B. B. King - The Thrill Is Gone - Live At Nick's 1983


B.B. King ( Sep. 16 1925 - May 14 2015 ) (R.I.P Mr. King)

sábado, 9 de mayo de 2015

FC St.Pauli / "You'll Never Walk Alone!"




El Equipo Más Progre Del Mundo.

St.Pauli es un club alemán de culto: para sus hinchas, perder no es dramático, tienen una calavera como símbolo, idolatran al Che y defienden postulados antirracistas. Y hasta tuvieron un jugador que pidió anular un gol...propio.

Por Leonardo Torresi
15/03/15

Hay clubes famosos, millonarios, que salen campeones casi siempre; que ganan con belleza o con aburrimiento; que tienen un dueño jeque, un DT superstar, al futbolista que más cobra, al sponsor que más aporta. Y así. Y después, o antes, o –mejor– en el medio, está el FC St. Pauli.

Quizás exista una de esas palabras alemanas compuestas –de las que aparecen en los libros de filosofía– que sirva para precisar qué virtud o distinción caracteriza a este club de Hamburgo que, por unas cuantas razones, por ejemplo estas, es distinto de los demás:

1) La camiseta marrón, que a lo largo de la historia pasó por diferentes combinaciones, unas veces con rojo, otras con blanco, como ahora. El color menos deportivo predomina en los símbolos y la indumentaria oficial. Encontrar otras camisetas en el tono (más allá de alguna ocasional suplente) es un verdadero esfuerzo de guerra en los buscadores.

2) El club de barrio (intenso). La historia del St. Pauli viró en los años ‘80 cuando se afincó cerca del Reeperbahn, zona roja y también bohemia. Las camadas del activismo okupa empezaron a ir a la cancha y fue cambiando la impronta. La insignia con la calavera –hoy a la par del escudo tradicional– embanderó a los nuevos hinchas: si en 1981 el promedio de público era de 1.600 personas, en los ‘90 pasó a 20.000.

3) Una fidelidad blindada. No me importa si perdés, es en serio. El equipo llegó a la Bundesliga (la Primera alemana) en 1977 y desde entonces fue lo que acá conocemos como subibaja. Esta misma temporada la pasa mal en la Segunda División.“Somos hinchas como todos,   pero nuestra popularidad claramente no está conectada a los éxitos deportivos”, explica Michael Pahl, voluntario comprometido con la comunicación del club.

4) El club activista. St Pauli es mucho más que un club de fútbol gay friendly: fue el primero en Europa (probablemente en el mundo) en tener –entre 2002 y 2010– un presidente abiertamente gay y militante de la causa LGTB, el director de teatro Cory Litmann. Los ultra tienen su rama femenina/feminista y una de las sorpresas visuales en el estadio Millerntor es un mural que muestra a dos hombres en un beso apasionado abajo de la leyenda Lo único que importa es el amor. Otra rama es la participación en la movilizaciones contra los desalojos. Y una bandera que dice “bienvenidos refugiados”, de las más buscadas por la fotos.

5) Ante todo, antifascistas. El puño golpeando la esvástica es póster oficial para los fans, que los 27 de enero, aniversario de la liberación de Auschwitz, llenan la cancha para conmemorarlo. St. Pauli fue el primer club en incorporar los postulados antirracistas y antihomofóbicos a sus estatutos y, en 1991, también el primero en prohibir los cantos intolerantes en los partidos. En la platea hay un cartel de punta a punta que dice: “No hay fútbol para los fascistas”. Se hizo famoso por un blooper un poco siniestro que ocurrió el año pasado antes del Mundial. La selección se entrenaba en el Millerntor para un partido contra Polonia y como había fotógrafos y cámaras la Federación Alemana de Fútbol mandó a tapar la frase con una lona.

6) El día del amor al fair play debería celebrarse el 12 de abril, en reconocimiento a Marius Ebbers, delantero del St. Pauli que en esa fecha, hace tres años. convenció al árbitro para que anulara su propio gol. En un partido contra el Union de Berlín (iban 1 a 1) quiso cabecear una pelota y por reflejo físico terminó empujándola con la mano. Entonces fue y pidió que no lo cobraran. El fútbol colaboró con la leyenda perfecta y le devolvió el gesto a Ebbers: el equipo del puerto ganó en el minuto 92.

7) St. Pauli es un club rebelde, en una franja que va desde la corrección política hasta las posturas antisistema. En las instalaciones iban a poner un destacamento policial y los hinchas pelearon –y lograron– que se abriera un museo. La conexión cubana excede la pasión por las banderas del Che, que se ven a montones. En 2005 el equipo se entrenó en la isla, una experiencia fue la inspiración y punto de partida para Benjamin Adrion –ex jugador ahora–, quien organizó el proyecto Viva con Agua para instalar dispensers en los jardines de infantes. “Es un club especial porque la gente se involucra en la pelea por cosas que considera importantes. Se dice que es un club de gente de izquierda y es posible que lo sea para  un número de fans. Pero hay mucho de sentido común. También la FIFA hace campañas contra el racismo. La diferencia es que para nosotros es una forma de vivir”, define Michael Pahl, autor del libro oficial del centenario del club, en 2010. Otro hito fue en 2006, cuando en el estadio de St. Pauli se jugó la primera edición de la FIFI Wild Cup, un mundial con las selecciones no reconocidas por la FIFA. El equipo local participó con el nombre de República de St. Pauli y ahí estuvieron Groenlandia, Gibraltar, Tíbet, Zanzíbar y la República Turca del Norte de Chipre, que salió campeón.

8) No todo es plata en la vida (y el fútbol). En el puerto viven una fiesta genuina, con la publicidad bajo control popular. En la cancha de St. Pauli hay rocanrol –pasan Hell Bells, de AC/DC cuando sale el equipo–, banderas, papelitos, algo parecido a la escena común en la Argentina. Pero más coreografiada y de una mayor sofisticación técnica con unas puestas espectaculares de luces que proyectan contra la fachada de la sede del club, pegada al estadio. El club define las “líneas de marketing” con los hinchas, que a través de su organización –el Fanladen– vigilan que la publicidad no sea invasiva ni contraria al ideal. Por ejemplo, no se auspician los corners, como pasa en otras canchas alemanas. Y todos recuerdan el logro de 2002, cuando presionaron para que se retirara, por sexista, una publicidad de la revista Maxim.

9) Y por todo esto St. Pauli es un club “de culto”, con alcance nacional y también global, con más de 200 clubes de fans en el mundo. En la Argentina existe uno, motivado en una camaradería marrón. El corazón es Hernán José García, fan calamar que trabaja en informática. “Como hincha de Platense, hace unos cuantos años empecé a buscar equipos con camiseta marrón, y el primero que surgió era el St. Pauli”, cuenta. Con Piratas del Sur (en Facebook) es un “agitador” permanente del equipo y las novedades que genera. Pero llevó mucho más allá su metejón cuando le salió una oportunidad laboral en Wraclaw, Polonia, donde vive ahora. “Te juro que una de las cosas que evalué para ver si me venía era saber si la ciudad estaba más o menos cerca de Hamburgo”, cuenta a Viva desde allá. Bien: 650 kilómetros no son nada. Y Hernán viaja a ver los partidos cada vez que puede. La forma de vivir el fútbol de sus íntimos alemanes lo tiene encantado y a la vez no deja de asombrarlo: “No se hacen drama. Si gana el St. Pauli, van al bar, toman cerveza y festejan. Si pierde, van al bar, toman cerveza y se olvidan”.




Le Fly - We Love FC St. Pauli



Otro gesto de Sankt Pauli: El club alemán más "rebelde" ayuda a los refugiados en el Mediterráneo.



La institución, que milita en segunda división, junta fondos para colaborar con el rescate de inmigrantes ilegales en alta mar

Miércoles 22 de abril de 2015 | 23:59

Pregonan ideas socialistas, se multiplican las banderas con la imagen del Che Guevara, sus jugadores salen al campo de juego con música de AC/DC y en la platea hay un cartel con un mensaje que pega directo en la historia alemana. "No hay fútbol para los fascistas", dice. Por algo, cada 27 de enero conmemoran la liberación de Auschwitz. Sankt Pauli, ahora en segunda división, es conocido por su "rebeldía" y por su apoyo a diferentes causas, por lo que no sorprende la última noticia que llega desde Hamburgo: el club empezó a juntar fondos para la organización "Seawatch", que colabora en el rescate de refugiados en peligro en el Mar Mediterráneo.

En días donde nuevos naufragios aumentan la lista de fallecidos africanos que mueren intentando llegar a Europa, desde St. Pauli prefirieron ayudar y responder a lo que califican como "una catástrofe humanitaria". Según anunciaron en el sitio oficial, las donaciones para "Seawatch" se pueden hacer en Kiezhelden.com, una página de crowdfunding (se utiliza para hacer pequeños aportes para diferentes proyectos) y eso asegura que el cien por ciento de lo donado vaya directo al proyecto. La embarcación de la organización proporcionará asistencia humanitaria a los refugiados en la zona marítima entre Malta y la costa de Libia.




FC St Pauli - You´ll Never Walk Alone