Jazz y Política
El jazz como denuncia del racismo policial.A propósito de Ku Klux Klan Police Department, de Christian Scott aTunde Adjuah
Domingo 10 de julio |
Por Juan Duarte
Escuchar la banda del joven trompetista negro Christian Scott aTunde Adjuah puede producir de todo, menos indiferencia. Desde el comienzo, su música conmueve, hace emerger sensaciones viscerales, estremece por momentos, por momentos da lugar a ritmos y melodías festivas y dionisíacas, y por momentos convoca tensiones propias de la lucha, de la épica. Al mismo tiempo nos lleva a paisajes sonoros y emocionales que pueden también resultar familiares al amante de ciertas bandas de rock como Joy Division o Radiohead. Hay algo en ese paisaje musical que de alguna manera interpela al oyente.
El ensayista y activista por los derechos civiles (entre un largo etcétera) Leroi Jones señala, refiriéndose al jazz y su crítica, que “la música de los negros es esencialmente la expresión de una actitud, o una colección de actitudes, acerca del mundo, y solo secundariamente sobre el modo de hacer música.[...] Las notas de un solo de jazz, cuando aparecen, existen como tales por razones que son musicales pero solo de manera concomitante. Los alaridos de Coltrane no son ‘musicales’, pero son música, y una música muy conmovedora. Los gritos de Ornette Coleman son musicales solo una vez que se comprende la música que su actitud emocional intenta crear. Esta actitud es real, y quizás sea el aspecto más singular e importante de su música.”
En el caso del joven trompetista de Nueva Orleans y de su joven banda, ese mundo lleva la marca de la opresión, persecución y violencia policial de los negros afroamericanos en Estados Unidos, tal como pusieron nuevamente arriba de mesa los nuevos casos de brutalidad policial racista la semana pasada, y que ha dado lugar a movimientos de lucha como #BlackLivesMatter.
Christian Scott aTunde Adjuah, a sus 33 años, ya es un músico, compositor y productor de jazz consagrado. Dirige una joven banda de tremendos músicos (Elena Pinderhughes, flauta; Braxton Cook, saxo alto; el exquisito Lawrence Fields, piano; Dominic Minix, guitarra; Kris Funn, contrabajo; y el alucinante Corey Fonville en batería) con la que gira por el mundo y con la que ya lleva grabados 8 discos. Forma parte de una generación de nuevos músicos de jazz norteamericanos tan disímiles como talentosos, entre los que podemos incluir a Robert Glasper, Kamasi Washington, Esperanza Spalding, Thundercat y su hermano Ronald Jr, entre otros, que comparten un afán por ir más allá las fronteras tradicionales del género, y acercarse a géneros populares en la juventud. Lo que significa, el lector ya habrá adivinado, que transitan por el universo del hip hop. En esto no hay originalidad, ya que es un camino que en su momento recorrió el último Miles Davis, que lejos de respetar las fronteras preestablecidas, encontró en el hip hop una estética y una energía bullendo desde una juventud oprimida. Por cierto, en este otro universo, hay un planeta con un campo gravitacional musical común enraizado en esa opresión racial alrededor del cual orbitan estas nuevas estrellas, se trata de Kendrik Lamar.
Pero en el caso de aTunde Adjuah sus influencias van más allá, y constituyen claramente su música, a la que él mismo llama, marcando esta amplitud, “stretch jazz”: “Estamos tratando de estirar –no reemplazar– las convenciones rítmicas, melódicas y armónicas del jazz para abarcar todas las formas, lenguajes y culturas posibles”, dice en uno de sus discos. Así, además de las notable amplitud de referencias dentro del jazz, desde las más obvias (Miles, Coltrane, Monk, etc.) hasta las del latin jazz, lo vemos tocando con raperos y portando su remera de Joy Division como un estandarte mientras algo de la oscuridad de la banda británica se cuela en sus composiciones. También lo podemos encontrar de repente compartiendo escenario con Tom Yorke y Flea y su banda Atoms For Peace, tocando “The Eraser”. De hecho, el cantante de Radiohead es una de sus referencias musicales, comparten una amistad y su propia versión del tema es estremecedora.
Pero aquellas son solo algunas fuentes de inspiración del torbellino interior que levanta el “stretch jazz” de aTunde Adhjuah cuando lo escuchamos. La fuente, retomando a Leroi Jones, hay que buscarla en esa relación con el mundo social del artista. Y en este caso, ese contexto se hace explícito, y nos encontramos una búsqueda conciente del jazz como forma de expresión de denuncia, crítica y lucha: “Una de las cosas que me molesta de una gran cantidad de músicos es que sé que a diario ven una gran cantidad de cosas jodidas pasando, y tienen sentimientos sobre esas cosas. Pero en lugar de escribir sobre eso, ves canciones en sus álbumes llamadas ‘silla roja’... me importa un carajo una silla roja... Cuando la gente mire atrás dentro de 30 años y trate de averiguar lo que teníamos que decir, o cómo nos sentíamos acerca de cualquier cosa, no lo sabremos, porque la música se está plagando de ‘sillas rojas’.” (1)
En la mayoría de los temas, los títulos de los temas hablan por sí solos: “Danziger”, por ejemplo, hace referencia a los disparos policiales desde el puente Danziger seis días después de que el huracán Katrina azotara New Orleans, que se llevaron la vida de dos afroamericanos e hirieron a otros cuatro, ninguno de los cuales estaba armado ni había cometido ningún delito. Esta búsqueda estética abarca a toda la banda: una vez, grabando “Dred Scott”—inspirada por la historia del esclavo que demandó por su libertad ante la corte suprema y perdió, sufriendo una muerte cruel por tuberculosis— algo faltaba. “Habíamos grabado tres o cuatro veces —recuerda Kris Funn, el bajista—. Él paró toda la sesión y se puso serio como la mierda… prácticamente nos dio una biografía de 10 minutos de Dred Scott, y nos dijo ‘ahora pónganse en sus zapatos, y pongan el instrumento en sus manos. Y como sea que se sientan, pongan eso en su interpretación.’”
Las raíces esclavistas de la opresión del pueblo afroamericano son obviamente parte del universo de Christian Scott aTunde Adjuah, y el lo plantea de entrada: siguiendo una tradición bastante extendida en los 60s y 70s (recordar a Muhammad Alí, o el mismo Leroi Jones, que adoptó el de Amiri Baraka), agregó dos apellidos africanos al original legal. “Acepto el hecho de que ‘Scott’ sea parte de mi linaje y de mi historia —dice—, y no soy el tipo de persona ve en el nombre algo inherentemente malo, negativo o malicioso solo porque este viene de alguien que compró a tu familia. Pero en el otro extremo también reconozco que mi historia va más allá de los Estados Unidos.”
Proveniente de una familia humilde de artistas (padre artista visual, hermano director de cine, y un tío, Donald Harrison Jr., reconocido saxofonista alto, que lo inició en el instrumento), cuenta a quien quiera oir (se pueden leer varias entrevistas en la web) cómo sintió de chico la opresión de ser afroamericano. Cuando tenía diez años, por ejemplo, su amigo Byron murió en sus brazos luego de una balacera: “me afectó enormemente, porque era mi amigo. Pero eran todos mis amigos. Me acuerdo de ser chico y que te digan ‘cuando tengas 18, todos tus amigos van a estar muertos o en la cárcel’. Y vos pensás que es una broma cuando sos chico. Cuando tenés 14 y ves que pasa de verdad, te afecta.”
“Ku Klux Klan Police Department” (“Departamento de Policía Ku Klux Klan”, como se nombra popularmente a la policía por su racismo) abre el tremendo Yesterday You Said Tomorrow (Ayer Dijiste Mañana), su octavo disco, y el trompetista aprovecha en cada presentación en que puede para explicar el origen de la canción (y trata de hacerlo con todas, al punto de editar un disco con introducciones a algunos de sus temas). A continuación transcribimos su relato y dejamos al lector frente a frente con la música de Christian Scott aTunde Adjuah.
“Esta es una canción que compuse sobre un tema realmente serio. Cuando compuse el tema, este se encontró en realidad con un montón de desprecio de mucha gente en esta cultura en particular. Nosotros tocamos Stretch Music, que es como llamamos a nuestra música, pero básicamente es una forma de jazz, y el tema fue compuesto a partir de una experiencia que tuve en mi barrio de Nueva Orleans con un grupo de oficiales de policía. Me arrastraron una noche, me apuntaron con sus armas sin ninguna razón, diciéndome que me desvista y que me tire al suelo, y –supongo– que los deje hacer lo que sea que quisieran hacerme. No había hecho nada malo, estaba volviendo a casa de una actuación con una gran banda llamada Soulive, este auto de policía sigue al mío por 9 cuadras, me tiran el vehículo encima, y lo próximo que se es que mi auto está todo rodeado, los jefes de policía salen del auto y me ponen un revolver en la cabeza, me dicen que salga del auto, me saque la ropa y me tire al suelo. No había hecho nada malo así que les pregunto por qué me están deteniendo, y me dicen que me calle, que ellos eran mis jefes, la autoridad, y que iba a hacer lo que ellos dijeran. A lo que les digo que yo pago mis impuestos y que no los considero mis jefes, y que me tienen que decir por qué me detienen. […] Lo próximo que me dice es que si no obedecía mi madre me iba a tener que buscar en la morgue. Al rato aparecieron oficiales de más alto rango, así que tenía varias patrullas apuntándome a las 3 am. Finalmente me permitieron irme.
Volví a casa de mi madre en Nueva Orleans, con una mezcla de sensaciones: enojado, pero también herido. Pensando en porqué lo habían hecho, vinieron a mi mente un montón de insultos racistas que me tiraron esos oficiales […] Volví a casa… Y después de pasar una noche terrible decidí que lo más inteligente que podía hacer era componer un tema que representara con precisión el rango de emociones que sentí en ese momento, de modo de iluminar a mucha gente que estas todas todavía pasan.[…] Yo nací en Nueva Orleans, y las cosas que ví y sentí mientras crecí contrastan con la brutalidad policial con la que veo hoy. La primera vez que escribí el tema, la gente me miraba como si estuviera siendo sensacionalista, como si lo que estaba diciendo no fuera cierto. […] Y es loco porque desde otras culturas te hacen ver como si todos acá fuéramos parte de un elemento criminal, y esta fuera nuestra vida normal, y nos mereciéramos lo que nos pasa. Completamente falso. […] Vamos a tocar este tema convencidos de que esta nueva generación tiene la oportunidad de crear su propia realidad… si no empezamos ahora, mis hijos o tus hijos van a heredar esa situación. Entonces, este último tema es un tema sobre el abrumador racismo contra los latinos, negros en especial afroamericanos que en este país específicamente distingue a la policía, y se llama ’Ku Klux Klan Police Department’.”
http://www.laizquierdadiario.com/El-jazz-como-denuncia-del-racismo-policial
Christian Scott - K.K.P.D. - Yesterday You Said Tomorrow (2010)