martes, 29 de noviembre de 2011

George Harrison / Ten Years Without "The Quiet One"

George Harrison, a 10 años de su silencio

Pese a su indiferencia de ser recordado o no al morir, el “Beatle callado” hoy es referencia musical

Martes 29 de noviembre de 2011 Redacción El Universal

Difícil creer que el hijo de un chofer de autobús se convirtiera en uno de los grandes iconos de la música en la historia y que a 10 años de su muerte sigue en la memoria colectiva.

Pero a George Harrison lo tenía completamente sin cuidado si la gente lo olvidaba un día. “No me importa si me recuerdan”, le comentó alguna vez a su esposa Olivia Harrison cuando ésta le preguntó de qué manera le gustaría ser recordado.

Probablemente por eso mantenía un perfil silencioso, evitaba quedarse grabado en el recuerdo de la gente, e incluso se ganó el mote de “El Beatle callado”, pero hay quienes difieren como Ravi Shankar, quien declaró en tono divertido que “a veces rogaba porque se callara”.

Apasionado con carácter

Haber pertenecido a los Beatles no fue exactemente lo mejor que le pudo pasar a Harrison, atrapado en una lucha de egos entre John Lennon y Paul MCartney (por quien llegó al grupo), pero considerando a éste último siempre como su igual, ya que no permitía ninguna indicación de su parte. “Tuvimos muchas cosas materiales a una edad temprana y aprendimos que eso no era todo. Aún faltaba algo", comentaba George Harrison a los 22 años de edad y quien definió el estilo del cuarteto de Liverpool.

Hubo de todo, pero los momentos en The Cavern le resultaron inolvidables.

“Amamos The Cavern más que a nada, fue fantástico. Nunca perdimos nuestra identificación con la audiencia, estuvimos tocando para nuestros propios admiradores que eran como nosotros. Vendrían a la hora del almuerzo a escucharnos y darnos sus sándwiches para que comiéramos. Era espontáneo, todo resultaba ideal”.

Tras su paso por la banda, se retiró para meditar y estudiar jardinería y volvió como solista; de hecho, fue el primero de los cuatro en colocarse en primer lugar en Inglaterra y Estados Unidos, con “My sweet lord”.

Con el tiempo, George transformó su estilo de vida, mas nunca su personalidad.

“No escucho nada, no leo los diarios, no veo televisión y no voy a conciertos”, decía. En los albores del nuevo milenio criticó la música actual, como U2 y Spice Girls, y defendió su estilo. “Entonces mi música no importa si la hice hace 20 años o mañana, no va con las tendencias. Mi música se queda como está y así me gusta”.

http://www.eluniversal.com.mx/espectaculos/109322.html



George Harrison - While My Guitar Gently Weeps (1968)

lunes, 28 de noviembre de 2011

Pat Metheny & Ornette Coleman / Song X

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El Futuro hace 20 Años

Sábado 24 de Febrero de 2007

Por Eduardo Hojman


A mediados de los ochenta, la carrera del guitarrista Pat Metheny parecía instalada en una placentera y conservadora fusión de jazz, rock y toques latinos que, con su sugerencia de paisajes soleados, atraía a un público bastante más numeroso de lo que conocía el jazz en esa época. Pero en 1985, y con el importante antecedente de Rejoicing (1983, uno de sus mejores discos), este guitarrista amable y pelilargo convocó a Ornette Coleman, quien casi treinta años antes fuera el padrino del free jazz y, de ese modo, principal adelantado en una de las revoluciones más rupturistas y futuristas del movimiento. Mientras en los sesenta y setenta los vanguardistas y músicos free profundizaron su sonido hasta convertirlo, junto a gran parte del jazz, en una manifestación política y renovadora en un sentido muy amplio, los ochenta parecían ser un período de rigidez, dominado por el revisionismo exasperante y cristalizador de Wynton Marsalis y en el que el jazz hasta entonces contagioso y pop de Metheny no tenía lugar. Pero en 1985, Metheny y Coleman crearon una obra urticante y subversiva, Song X, que, con la ayuda de músicos ahora próceres como Charlie Haden y Jack DeJohnette y con la inspiradísima percusión de Denardo Coleman, era un perfecto homenaje a aquella revolución free y un indicio, como diría Coleman en uno de sus discos más famosos, de la forma del jazz que estaba por venir.

La reacción no se hizo esperar. La mayoría de los seguidores de Pat Metheny, que esperaban encontrar los sonidos soleados de siempre, devolvían el disco y abandonaban en masa las salas de concierto en los que se presentó esta obra difícil y exigente, grabada en apenas dos días y con casi ninguna postproducción. Veinte años más tarde, Pat Metheny ya se ha revelado como un músico mucho más amplio y variado de lo que se esperaba, y, como ocurrió con aquella sólida, profunda y atractiva obra, ya ha defraudado las expectativas de su público, afortunada y deliciosamente, en varias ocasiones más. Para la lujosa edición de Song X: Twentieth Anniversary que acaba de salir, Metheny, que tuvo el control artístico total, recuperó seis nuevos temas y los colocó al inicio del disco, convirtiéndola de ese modo en una obra distinta y nueva, muy rítmica, entusiasta y alegre. Rebosante del entusiasmo original, pero con una actualidad innegable, este disco de hace dos décadas replantea los parámetros de la modernidad, deja muy atrás algunos de los supuestos avances musicales del fin de siglo y nos devuelve una mirada fervientemente optimista del futuro.

http://www.abc.es/abcd/




Song X - Pat Metheny & Ornette Coleman - "Song X" (1986)


domingo, 27 de noviembre de 2011

Paul Motian / A Masterfully Drummer in Post-Bop Architecture


Últimas noches en el Village

Muere a los 80 años en Manhattan el influyente batería de jazz Paul Motian.


‎23/11/2011‎

ALBERTO MARINA CASTILLO / SEVILLA


Al Village Vanguard, el viejo club de la séptima avenida fundado por Max Gordon en 1934 y que es como el corazón del jazz neoyorquino, se le ha ido uno de sus últimos conspiradores: ha muerto Paul Motian, a los 80 años de edad. El pasado mes de junio se cumplieron precisamente cincuenta años del concierto crucial que allí ofrecieran Bill Evans, Scott LaFaro y Motian. Aquel trío pasó de rellenar los huecos que dejaba el Modern Jazz Quartet entre pase y pase, de luchar por hacerse oír mientras la afición se relajaba en la barra, a escribir una página en la historia del jazz. Claro que si aquel trío es mucho más que historia es porque su música late más allá de frases como éstas e incluso de las palabras sabias de quienes hablan de una nueva, revolucionaria concepción del trío de piano, contrabajo y batería, nacida una noche de junio del 61. Ahí estaba Motian, como parte de ese sonido único -decía Miles que Evans era un pianista de sonidos, no de acordes-, para sostener al tándem constituido por Evans y LaFaro -que moriría pocos días después de que el trío grabara allí en el club el mítico y fundacional Sunday at the Village Vanguard-, para conducir a su instrumento más allá de la sombra hacia nuevas direcciones y llevar la lumbre de los platillos a primera línea de fuego.

Se diría que el estilo de Motian nace ya depurado, pleno, como el de su coetáneo Elvin Jones. Y no puede hablarse de resurgimiento en ningún momento de su carrera, pues en todas las décadas brilló y se mantuvo activo y atinado. De su nutrida producción destacaríamos: de los 60, sus discos con el Trío y el debut como líder de Keith Jarret, junto a Motian y Haden, en Life Between the Exit Signs; de los 70, hay que disfrutar sus grabaciones para ECM (Conception Vessel, Dance, o Le Voyage, entre otros); en los 80 inicia su relación con músicos como Bill Frisell y Joe Lovano, que lo seguirán en trío o quinteto en el porvenir (escuchen su Misterioso, One Time Out, sus directos y en especial Sound of Love); en los 90 nace su Electric Bebop Band, que reúne en diversas formaciones a nuevas hornadas de enormes solistas como Joshua Redman, Chris Potter o Kurt Rosenwinkel (Flight of the Blue Jay, Monk and Powell); el nuevo siglo ve nacer al Trio 2000 (con Potter y Larry Grenadier, a los que se suman en ocasiones Greg Osby y Masabumi Kikuchi), con la voluntad siempre firme de no dormirse en los laureles. Y nos llega tarde su última grabación, Lost in a Dream (ECM), con Chris Potter y Jason Moran, en directo desde el Village Vanguard, su club de toda la vida.

http://www.diariodesevilla.es/article/ocio/1122731/ultimas/noches/village.html



Paul Motian Live on Broadway - Pennies from Heaven - (Paul Motian drums; Bill Frisell guitar; Charlie Haden Bass, Lee Konitz Alto Sax; Joe Lovano Alto Sax)







El solo eterno de Paul Motian


23 Noviembre 2011

Por Ragui Vega Curry


Las primeras veces que lo escuché tocando la batería al frente de sus propios grupos, no pude evitar preguntarme ¿qué le pasa a este tipo? ¿no sabe llevar el ritmo? ¿Acaso está perdido?

No sabía, en aquel entonces, que estaba escuchando a uno de los músicos de jazz más originales que ha habido.

Paul Motian -quien falleció el martes 22 de noviembre en el Manhattan del que no se apartó en sus últimos años- fue un baterista como ningún otro. Forjó un idioma propio en su instrumento, una manera flexible y espaciosa de tocar que influyó de manera decisiva a los bateristas que vinieron después. Lo suyo no era llevar el ritmo -aunque, por supuesto, sabía hacerlo cuando quería- sino más bien sugerir el tempo, estirarlo, comprimirlo, comentarlo, adornarlo. Crear su propio tiempo. Así, ayudó a liberar a la batería de su limitado rol de “timekeeping” y a proyectarla a este mundo de arenas movedizas que es el jazz de hoy.

Tenía 80 años y su última presentación fue hace apenas un par de meses, en el Village Vanguard, el legendario club en el que prácticamente fue baterista residente.

Paul Motian era el último miembro sobreviviente del mítico trío de Bill Evans -completado por Scott LaFaro en el bajo- y participó en grabaciones que han sido “escuela” para decenas de músicos, como “Waltz for Debby” y “Sunday at the Village Vanguard”.

Y a lo largo de su carrera como líder, produjo álbumes memorables junto a la Electric Bebop Band y su trío con Joe Lovano y Bill Frisell, entre otros grupos. De hecho, el mes que viene se estrena en este lado del mundo “Further Explorations”, una grabación que hizo para el mercado japonés junto a Chick Corea en el piano y el puertorriqueño Eddie Gómez en el bajo.

Alguien escribió una vez que la creatividad y la soltura de Paul Motian a la hora de acompañar eran tales que lo suyo no parecía un acompañamiento, sino un solo constante. Ahora ese solo es eterno.

http://www.elnuevodia.com/blog-el_solo_eterno_de_paul_motian-1127709.html



Paul Motian Trío - From Time to Time - Live in Tokyo (1991) Paul Motian Bill Frisell & Joe Lovano

viernes, 25 de noviembre de 2011

Jacobo Urso / El Héroe Azulgrana de Boedo

“No lo lamento por mi, sino por mi club" Jacobo Urso (Primer jugador del Club Atlético San Lorenzo de Almagro en vestir la insignia de la Selección Nacional Argentina de Fútbol.)


Jacobo Urso: Morir por los colores de San Lorenzo de Almagro

Por Augusto Baldi


Cuando uno habla del fútbol amateur en Argentina, pocos nombres son más representativos para los amantes de este deporte que el de Jacobo Urso. Nacido el 17 de abril de 1899 en Dolores, Provincia de Buenos Aires, fue uno de los doce hijos que tuvieron los inmigrantes italianos Jaboco Urso y Rosa Florio.

Su niñez estuvo rápidamente identificada al fútbol, un deporte que comenzaba a hacerse popular en el país a comienzos del siglo pasado, y que le atrapó conforme la vieja pelota de trapo que utilizaba rodaba, en los baldíos que circuncidaban su barrio. Cuando tenía apenas nueve años, algún diario había anunciado la creación del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, al que se uniría en 1914, con edad de sexta categoría.

Luego de un año de haber jugado para el equipo junto a su hermano Antonio; Jacobo comenzó a destacar entre sus compañeros de división, y fue ascendido a la tercera, algo totalmente inusual para una época en la que los procedimientos de selección de juveniles se hacían de forma totalmente metódica.

Gracias a sus grandes actuaciones, llegó al primer equipo de San Lorenzo de Almagro pocos meses después, y eso le valió ser el primer futbolista de esta institución en ser convocado a la Selección Argentina en 1919 y 1920, e incluso tuvo el honor de ser uno de los titulares en la inauguración del viejo estadio “Gasómetro”, el 7 de mayo de 1916 ante Estudiantes de La Plata, en un partido que ganó 2 a 1 con goles de Moggio y Fernández el conjunto local.

Ya afianzado como un referente del equipo a pesar de su juventud, Jaboco se había instalado en el prominente fútbol argentino como uno de los mejores “half izquierdo” a nivel nacional, en momentos en los que aún se utilizaba una formación con dos zagueros, tres “halfs” y cinco atacantes; y a pesar de haber comenzado su carrera como “centro half”.

Pasó el tiempo y nos encontramos con la tarde que marcaría no sólo su carrera, sino también la vida de nuestro protagonista. Era el domingo 30 de Julio de 1922, y por la 13° fecha del torneo organizado por la Asociación Amateurs de Football enfrentaba al Club Atlético Estudiantes de Buenos Aires en cancha del Club Palermo.

En este partido jugaría en su vieja posición de “centro half”, ya que sustituía al lesionado Luis Vaccaro. Era un encuentro cerrado, con pocas situaciones de gol y muy luchado en la mitad de cancha... a los diez minutos del segundo tiempo, surge una pelota dividida, Jacobo entiende que si apura el paso puede llegar antes que sus rivales Comolli y Van Kammenade y de hecho lo hace. Llega a tiempo y la pelota le queda a uno de sus compañeros, pero él, tarda en levantarse del suelo.

Tenía dos costillas fisuradas, y una de ellas había atravesado uno de sus pulmones. Claro que el no lo sabía, a pesar de que las crónicas cuentan que escupió sangre antes de poder incorporarse por sus propios medios. Como en aquel momento no había cambios, tampoco había suplentes que pudieran reemplazarle, Jacobo no dejaría a su equipo con un jugador menos.

Por eso se acercó a sus compañeros que no habían tenido la oportunidad de jugar aquel día, y a pesar de los ruegos para que abandonara la cancha, sólo aceptó un pañuelo que le permitía limpiarse la sangre que le brotaba por la boca, y morderlo, para apaciguar el dolor que le provocaban las heridas.

Pasaron los minutos, y ya nadie se preocupó por la situación de Urso, aunque él sabía que le costaba respirar. Cerca de la media hora del complemento, tomó la pelota por el lado izquierdo, y logró generar un centro que le llegaría ni más ni menos que a su hermano Antonio, quien anotó el único gol del encuentro.

Ya con la llegada de los últimos segundos de partido, y la relajación lógica del final del encuentro, el mediocampista no pudo evitar desmayarse, abatido por el dolor. Cuando despertó, el panorama era desolador, se encontraba internado en el Hospital Ramos Mejía, y le esperaban dos operaciones en las siguientes horas, para intentar salvar su vida.

Consciente de la situación, y lejos de los flashes masivos, Jacobo sólo accedió a charlar con un cronista del diario “El Telégrafo”, al que conocía y le dijo: “No lo lamento por mi, sino por mi Club que necesita de mis esfuerzos para escalar los puestos que faltan para colocar a San Lorenzo a la cabeza del Campeonato, con las Tribunas que hemos construido San Lorenzo es el mejor Club de Buenos Aires”.

Tras las dos intervenciones quirúrgicas, el estado de salud de Urso empeoró, terminaría falleciendo, ante la conmoción del deporte en Argentina, el 6 de agosto de 1922, a las 18:05, y con sólo 23 años. Fue velado en su casa de calle Beauchef 811, donde le acompañó una multitud de siete mil hinchas de San Lorenzo y fanáticos del fútbol, hasta su entierro en el cementerio del Oeste, conocido hoy como “Cementerio de la Chacarita”.

Atrás quedaba una corta carrera, que en números podemos resumir con sus 107 encuentros disputados y seis goles; y por delante los innumerables homenajes recibidos, como por ejemplo el de la Selección Nacional de Chescoslovaquia, una de las mejores de aquella época, que se encontraba justamente de gira por Sudamérica, y que aprovechó para recordar al malogrado futbolista. Incluso, otros equipos se sumaron al luto, como por ejemplo Atlanta, que aportó una bandera gigante con los colores de ambos clubes.

Posteriormente, se ha homenajeado a Urso al otorgarle su nombre a la Sala de Trofeos del Club San Lorenzo de Almagro, por una iniciativa de los directivos Carlos Carullo y Alberto Barja, mientras que la “Subcomisión del Hincha” de la institución entrega cada año los premios con su denominación a los deportistas de todas las disciplinas que más entrega hayan demostrado en la institución del barrio de Boedo.

También hubo en algún momento, en las puertas del aquel “Viejo Gasómetro”, un busto de bronce y una placa con su nombre, su fecha de nacimiento, la de su muerte y la de su hazaña, placa que fue derribada junto con el estadio. Si pensamos en la vigencia de su mito, es lo único que han podido derribar.




En memoria de Jacobo Urso (quien será recordado eternamente por su gente) - "La Gloriosa" Hinchada del Club Atlético San Lorenzo de Almagro (2011)

"La vida por los colores" Cortometraje Balcánica Films (2014)
(Entrada actualizada en 2014 a 100 años de la llegada de Jacobo Urso a San Lorenzo de Almagro)

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Leonard Cohen / ‘Old Ideas’ (Profundos Dilemas de la Naturaleza Humana)



Leonard Cohen anuncia la publicación de 'Old Ideas', su nuevo album

El disco número 12 del artista canadiense en el sello Columbia Records puede reservarse en la web del autor


Martes, 22 de noviembre del 2011 - 22:30h

Old Ideas, el nuevo álbum de Leonard Cohen, se publicará a través de Columbia Records el 31 de enero de 2012. Se trata del disco de estudio número 12 del cantante y compositor canadiende en ese sello desde 1967. Las diez canciones del disco tocan temas como la relación con un ser superior, el amor, la sexualidad, la pérdida y la muerte. Old Ideas ya se puede reservar en la web de Leonard Cohen, dónde también se puede disfrutar en streaming de uno de sus temas Show me the place. La reserva del álbum permite una descarga gratis de la canción.

La grabación del nuevo trabajo de Cohen comenzó en enero de 2011 con canciones y textos elaborados a lo largo de los años. Las primeras versiones de dos de las canciones del álbum (Amen y Lullaby) se grabaron originalmente en 2007, mientras que The Darkness sonó en directo durante la última gira mundial de Cohen, recién finalizada.

Old Ideas ha sido producida por Patrick Leonard, Anjani Thomas, Ed Sanders y Dino Soldo. Junto a Cohen, en el disco aparecen las cantantes Dana Glover, Sharon Robinson, The Webb Sisters (Hattie y Charley Webb) y Jennifer Warnes. El diseño de la portada y las pinturas del álbum son obra del propio Cohen.

El pasado 21 de octubre, Leonard Cohen recibió el Premio Principe de Asturias de las Letras 2011 en el Teatro Campoamor de Oviedo. Según el acta del Jurado, que concedió por mayoría el galardón al cantante, autor, poeta y pintor canadiense, el premio le ha sido otorgado "por una obra literaria que ha influido en tres generaciones de todo el mundo, a través de un imaginario sentimental en el que la poesía y la música se funden en un valor inalterable".

http://www.elperiodico.com/es/



The Darkness - Leonard Cohen Live in Göteborg - Sweden

lunes, 21 de noviembre de 2011

The Godfather / The Best Epic Crime Film of All Times




Una oferta imposible de rechazar

Puesta una y otra vez en el podio de las mejores películas de la historia, plagada de escenas memorables y frases citadas hasta el cansancio, entre la tragedia griega y la isabelina, homenajeada y parodiada, El Padrino es la película con que Francis Ford Coppola le dio a la generación del ’70 la entrada a las grandes producciones, una oportunidad de oro a Al Pacino y a Robert Duvall, un papel que Marlon Brando volvió icónico y cambió para siempre las películas sobre el poder. La semana que viene, en la línea de los rescates que ya devolvieron Volver al futuro, El Padrino vuelve a los cines. Acá, el propio Brando y Vito Corleone cuentan cómo la hicieron y lo que aprendieron en el camino. ¿A quién hay que pedirle El Padrino II para el año que viene?

Domingo, 20 de noviembre de 2011

Cómo me hice Corleone

Tras leer el libro vi que el papel de Don Corleone se prestaba perfectamente para una interpretación sin énfasis. En lugar de representarlo como un pez gordo, pensé que sería más eficaz interpretarlo como un hombre modesto y tranquilo, tal como aparece en la novela. Don Corleone formaba parte de la ola de inmigrantes que llegaron a los Estados Unidos hacia principios de siglo y que tuvieron que nadar contra la corriente para sobrevivir lo mejor posible. Tenía para sus hijos las mismas esperanzas y ambiciones que Joseph P. Kennedy para los suyos. Cuando era joven, seguramente su intención no era llegar a ser un criminal; y cuando lo hizo, esperaba que se tratara de algo transitorio. Como le dice a su hijo Michael, interpretado por Al Pacino: “Nunca quise esto para ti. Quería otra cosa. Siempre pensé que llegarías a ser gobernador, o senador, o presidente, algo... Pero no hubo tiempo suficiente..., no hubo tiempo suficiente”.

Pensé que sería interesante interpretar a un gangster, quizá por primera vez en el cine, que no fuera como los individuos desalmados que interpretaba Edward G. Robinson, sino como una especie de héroe, como un hombre respetable. Además, como él tenía tanto poder y tanta autoridad indiscutible, me pareció que sería un contraste interesante interpretarlo como un hombre amable, a diferencia de Al Capone, que se cargaba a la gente con bates de béisbol. Sentía un gran respeto por Don Corleone; lo veía como un hombre sólido, con una tradición, una dignidad, un refinamiento, un hombre de instinto infalible que casualmente vivía en un mundo violento y que tenía que protegerse a sí mismo y a su familia. Me parecía una persona decente, dejando de lado lo que tenía que hacer; un hombre que creía en los valores de la familia y que quedó condicionado por los acontecimientos, como todos nosotros. En aquellos tiempos los que se unían a la mafia lo hicieron porque eran atacados por otros que querían explotarlos. En Little Italy había una guerra; los miembros de un grupo llamado La Mano Negra le sacaban dinero a los inmigrantes, que tenían que pagar para salvaguardar a sus familias y para ganarse la vida. Algunos se sometían; otros, en cambio, como Don Corleone, se resistían: he aquí la historia que narra El Padrino. El no se sometió a los hombres que le exigían una parte de sus bienes. Se vio obligado a proteger a su familia y a causa de eso cayó en el mundo del crimen.

En la época en que rodamos la película, a principios de los ‘70, casi todas las cosas que se decían de la mafia se podían aplicar a otras instituciones de los Estados Unidos. ¿Existía una gran diferencia entre los asesinatos del hampa y la Operación Phoenix, el programa de asesinatos de la CIA en Vietnam? Como en el caso de la mafia, sólo se trataba de un asunto de negocios y no de algo personal. En muchos sentidos, la gente de la mafia vive de acuerdo con un código más estricto que el de los presidentes y otros políticos; me preguntó qué ocurriría si en lugar de hacerles jurar sobre la Biblia, exigiéramos a los políticos que prometieran ser honestos al precio de quedar cubiertos de cemento y ser arrojados al Potomac en caso contrario. La corrupción de los políticos descendería notablemente.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-7489-2011-11-20.html



The Godfather - (Trailer)






Me llaman Padrino





Por Marlon Brando

Cuando la película quedó concluida, la secretaria de Sam Spiegel me llamó y me informó que un agente del FBI quería mantener una entrevista conmigo; me preguntó si estaba dispuesto a hablar con él. Le contesté que sí, y ella me dijo que el agente me llamaría desde San Diego. Así fue, y mantuvimos una conversación de cinco o seis horas sobre diversos temas. Quería saber todo lo que yo sabía sobre la mafia, sobre la realización y la financiación de El Padrino, si yo había hecho alguna contribución secreta a alguien, etcétera, etcétera. Me dio muchas oportunidades para delatar a la organización, pero algo me olía mal.

—Oiga —dije finalmente—, tengo hijos y una buena vida, y no querría que nadie quedara perjudicado ni amenazado; de modo que si supiera algo, que no es el caso —lo cual no era del todo cierto—, no se lo diría.

Llegué a la conclusión de que se trataba de un miembro de la mafia que quería averiguar si yo daría o no al FBI información que pudiera perjudicarlos. Conocía a unos cuantos mafiosos y todos ellos me dijeron que les encantaba la película porque había interpretado el papel del padrino con dignidad. Hasta el día de hoy me resulta imposible pagar una cuenta en Little Italy. Si voy a un restaurante a comer un plato de espaguetis, el encargado siempre me dice:

—Vamos, Marlon, aquí tu dinero no sirve... Oíganme todos: aquí está el padrino, aquí está el padrino

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/7489-1546-2011-11-20.html



The Godfather - Love Theme - (Original Score by Nino Rota)




Lo que sé



Por Vito Corleone

Nunca quisieron mi amistad. Y siempre temieron estar en deuda conmigo.

Encontraron un paraíso en Estados Unidos. Un buen negocio, una buena vida. La policía los protegía y también los tribunales y la ley. Así que no necesitaban un amigo como yo. Pero ahora vienen y dicen, “Don Corleone, deme justicia”. Pero no lo piden con respeto. No ofrecen amistad. Ni siquiera piensan en llamarme “padrino”. Vienen a mi casa el día del casamiento de mi hija a pedirme que asesine por dinero.

¿En eso te has convertido? ¿En un hombre que solloza por las mujeres? ¡Actúa como un hombre!



Tengo una debilidad sentimental por mis hijos y los malcrío, como pueden ver. Hablan cuando deberían escuchar.

Nunca le digas a nadie fuera de la Familia lo que pensás.

Hablan de venganza. ¿Pero la venganza va a devolverles a sus hijos? ¿O al mío?

Un hombre que no pasa tiempo con su familia nunca puede ser un hombre verdadero.

Soy un hombre supersticioso. Y si un accidente desgraciado le sobreviniere a mi hijo, o si le dispara en la cabeza un oficial de policía, o si se cuelga en su celda de la prisión, o si lo alcanza un rayo, entonces voy a culpar a alguna de las personas que están en esta habitación, y eso no lo perdonaré.

No vamos a sacarnos la foto sin Michael.

Como el hombre razonable que soy, estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para encontrar una solución pacífica a nuestros problemas.

No somos asesinos, a pesar de lo que crea el sepulturero.

Comprenda: no es que me importe lo que un hombre hace para ganarse la vida. Pero su negocio es un poco peligroso.



Pasé toda mi vida tratando de no ser descuidado. Las mujeres y los niños pueden permitirse ser descuidados, pero no los hombres.

Trabajé toda mi vida, y no pido disculpas, para proteger a mi familia. Y me negué a ser un tonto que baila en los hilos sostenidos por los peces gordos. Esa es mi vida y no pido disculpas por eso. Pero siempre pensé que, cuando fuera el momento de mi hijo, él sería quien tuviera los hilos. Senador Corleone, gobernador Corleone, algo.

El que te proponga la reunión es el traidor. No lo olvides.

Nunca pensé que Tom fuera un mal consigliere. Creía que Santino, Dios lo tenga en la gloria, era un mal Don.

Así es la vida. Todos tenemos nuestro círculo de tristeza.



http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/7489-1545-2011-11-20.html



The Godfather - The Godfather Finale - Original Score by Nino Rota

domingo, 20 de noviembre de 2011

Art Tatum / Piano Genius Playing The Impossible

El mejor pianista de la historia


Por Antonio Castillejo

En una ocasión le preguntaron a Tete Montoliú cual era el mejor pianista de jazz del momento. “Art Tatum”, contestó. El periodista insistió: “Le pregunto por el mejor pianista vivo. Tatum murió en 1956”. “Eso dicen, pero no lo crea, aún sigue siendo el mejor pianista de la historia”, explicó Tete.

Una vez más, el gran músico catalán tenía toda la razón. Art Tatum es hoy, más de medio siglo después de su muerte, unánimemente considerado como el mejor pianista de jazz de todos los tiempos. Su manera de entender el jazz lo revolucionó, a pesar de ser más clásica que vanguardista, y su influencia en todos aquellos grandes pianistas que, como Oscar Peterson, John Lewis, Thelonious Monk, Bill Evans, Dave Brubeck, Chick Corea o el propio Tete Montoliú, llegaron tras él fue absolutamente fundamental. Aunque, eso sí, nunca hubo tras su muerte una escuela de músicos adscritos al estilo de Art Tatum, posiblemente porque su estilo es absolutamente irrepetible.

Había nacido en Toledo (Ohio), el año 1910 y desde niño padeció unas cataratas que le produjeron ceguera total en un ojo y casi absoluta en el otro, algo que, sin embargo, no le impidió tocar de oído el piano después de escuchar los discos que coleccionaban sus padres antes de estudiar violín y piano y empezar a tocar en los clubes de jazz a los 16 años. Tan sólo dos años después, en 1928 comienza a trabajar en una pequeña emisora de radio local con un espacio de apenas quince minutos que, sin embargo, obtuvo tal éxito que finalmente termino por ser retransmitido a todo el país por la NBC.

En 1932 se traslada a Nueva York para actuar junto a la famosa Adelaide Hall, cuya figura inmortalizaría mucho después Francis Ford Coppola en su película “The Cotton Club”, y también para realizar sus primeras grabaciones que pronto se convirtieron en sus primeros éxitos gracias a temas como “Tiger Rag” o “Tea for Two”. Su popularidad era tal que los mejores clubes de jazz y salas de conciertos de todo Estados Unidos rivalizaban para conseguir su contratación y su fama traspasa el Atlántico y le lleva hasta Londres donde ofreció una serie de históricos conciertos.

Su increíble sensibilidad al piano fue no sólo unánimemente reconocida en el mundo del jazz, sino también en el de la música clásica en el que personalidades de la talla de Arthur Rubinstein y George Gershwin no dudaron en rendirse a su genio, e incluso el ruso Sergei Rachmaninoff, llegó a declarar que Art Tatum, era el más grande pianista que había escuchado jamás.

Ya consolidado como el mejor pianista de jazz de todo el mundo, en 1943 Art Tatum toma la decisión de dejar de actuar en solitario y forma un trío junto al guitarrista, Tiny Grimes y el contrabajista Slam Stewart, unos de los pocos músicos capaces seguir su tiempo y sus armonías.

El éxito de la formación fue rotundo y la fama de Tatum alcanzó cotas aún mayores de las que tenía hasta entonces. Durante los diez años siguientes el pianista no dejaría en ningún momento de trabajar, ya fuera actuando ante su devoto público o grabando discos en solitario o junto a algunos de los más grandes jazzmen del momento como Lionel Hampton, Ben Webster, Roy Eldridge o Buddy Rich.

Pero toda aquella frenética actividad, unida a un desmesurado consumo de alcohol, comenzó a hacer mella en la ya de por sí precaria salud del pianista que, sin embargo, se negó hasta sus últimos momentos a alejarse del teclado. De hecho, el 15 de agosto de 1956 ofreció el que pasa por ser uno de sus mejores conciertos en el “Hollywood Bowl” de Los Angeles antes 20,000 entregados seguidores y ahí quedó para siempre su última grabación, junto al saxofonista Ben Webster, el 11 de septiembre de ese mismo año 1956, el año en que el 5 de noviembre moría, como consecuencia de una crisis urémica y a los 46 años de edad, el mejor pianista de la historia del jazz

http://www.intereconomia.com/blog/volando-voy/mejor-pianista-historia-20111102



My One & Only Love - Art Tatum & Ben Webster (Sept. 1956)

viernes, 18 de noviembre de 2011

Joachim Kühn / Estilo, Coherencia & Virtuosismo Vanguardista




Joachim Kühn

Joachim Kühn (Leipzig, Germany -1944) es uno de los músicos más importantes de la vanguardia del jazz europeo. Pianista de formación clásica, siempre supo aprovechar el virtuosismo adquirido en su educación musical para la búsqueda de nuevas formas de expresión.

Con poco más de 17 años, en 1961, seducido por la libertad creativa que ofrecía el bebop -y particularmente impresionado por la obra de John Coltrane-, fundó varios grupos de jazz con los que empezó a tocar profesionalmente. Al comienzo de la siguiente década ya viajaba por todo el mundo con el grupo de Jean-Luc Ponty. A partir de ese momento su importancia como músico de vanguardia era un hecho indiscutible, y sin embargo, aún quedaba mucho por descubrir: con la llegada de los años ochenta se instala en París y comienza una de las actividades más interesantes de su carrera junto a Daniel Humair y Jean-François Jenny-Clark. Los discos que grabaron juntos son testimonio de que este trío fue uno de los motores de la evolución del jazz europeo y el formato en el que Kühn exploró más y mejor sus posibilidades innovadoras.

En los años noventa encabezó la formación Special Quartet, con Joe Lovano, Adam Nussbaum y J.F.Jenny-Clark; y además trabajó con músicos de la talla de Michel Portal-con quien ya había tocado tiempo atrás, y al que le une una antigua amistad-, Dave Liebman y hasta Ornette Coleman. Durante unos años de la década de los noventa redujo voluntariamente el ritmo de trabajo en busca de una tranquilidad que le permitiese un mayor disfrute de su vocación.

Desde hace más de una década vive en Ibiza, algo más relajado pero con una actividad constante en la composición y la pintura; tampoco la escena le dejó mucho tiempo tranquilo y las peticiones le hicieron volver a un ritmo intenso de trabajo ya que mantiene en activo proyectos musicales junto a Michel Portal, Rabih Abou-Khalil, el European Jazz Ensemble, David Murray o Dominique Pifarèly, además de sus constantes conciertos en piano solo y con orquestas de diferentes países europeos.

Sus últimas grabaciones han demostrado su continua progresión y constante inquietud por buscar e innovar dentro de la coherencia estilística que lo define. Para el sello ACT ha grabado tres excelentes discos: en piano solo, Piano Works I. Allegro Vivace; en trío junto a Majid Bekkas y Ramón López Kalimba y Out of the Desert; y junto al joven pianista Michael Wollny, Piano Works IX. Live at Schloss Elmau.

http://cuadernosdejazz.com/



White Widow - Joachim Kuhn - Majid Bekkas & Ramon Lopez- Jazz à Porquerolles - Hyères France - (2008)

martes, 15 de noviembre de 2011

Thomas Feiner & Anywhen / Profundos Sonidos de Tristeza e Intelectualidad




El Clásico Perdido

Jueves 19 de Febrero de 2009

Por Eduardo Hojman

En un tiempo en que es tan fácil llenar las horas y la biblioteca personal con ingentes cantidades de música, que un disco se clave con insistencia en la memoria es algo poco común. Si ese disco nos suena como si lo hubiéramos estado esperando toda la vida, como si cada una de sus notas hiciera vibrar alguna parte oculta, de nuestros recuerdos, si ese disco es capaz de transformar y colorear el paisaje que nos rodea dándole su propia atmósfera, y si encima es un disco de pop, entonces estamos frente a algo muy parecido a un milagro. Para un puñado de personas que se pasan el dato como si fuera un código secreto y hasta peligroso, como si una obra tan desvergonzadamente anclada en la belleza fuera casi una sustancia controlada de consumo ilegal, ese disco se llama The Opiates (Revised), firmado por Thomas Feiner y la banda Anywhen. Pero resulta que no es ilegal, y que desde hace unos meses está distribuido en España.

Formada en 1989 en Suecia y liderada por Feiner, un cantante extraordinario, la banda Anywhen dio pocos conciertos y produjo apenas tres discos: los dos primeros no pasaron a la historia. El tercero, The Opiates, tardó dos años en grabarse y disolvió, literalmente, a la formación. De hecho, el resultado final es casi un disco solista de Feiner, un surtido de canciones sobre el amor, la mentira y la decepción cargadas de una especie de melancolía atmosférica y otoñal, y surcadas por la voz ronca y susurrante de Feiner, una especie de Nick Cave con los bordes limados o un David Sylvian más rugoso. Siete años después de su autoedición del 2001, fue justamente David Sylvian quien, quizá fascinado por el parecido, rastreó a Feiner y lo invitó a reeditar su opiácea obra, a la que se añadieron nuevas canciones. Sylvian calificó el disco de «clásico perdido» y suena exactamente a eso, desde su fascinante producción, la inmensa cantidad de colaboradores, incluyendo la orquesta sinfónica de la Radio de Varsovia, hasta la gran cantidad de lecturas que permite, sin olvidar el gesto intelectual de poner a Jean Cocteau fumando opio en la portada. Este Opiates revisado no se ancla en el pasado; sin embargo, la profundidad de sus canciones, su deliberada inmersión en la tristeza y en la intelectualidad, esa búsqueda constante de la belleza a fuerza de acumular sonidos y texturas, pueden ser algunas de los elementos que justifican el calificativo de clásico, en el sentido de algo que estuvo siempre ahí, y que ahora, por suerte, se nos presenta para que la redescubramos y constatemos que hubo una época en que la que el placer podía ser menos culpable, menos distante, que ahora.

http://www.abc.es/abcd/


Thomas Feiner & Anywhen - For Now - From the Álbum 'The Opiates - Revised'

lunes, 14 de noviembre de 2011

Smokin' Joe Frazier / 1964 Olympic Boxing Heavyweight Gold Medalist

A mano

Domingo, 13 de noviembre de 2011


Por Tom Junod

La única vez que vi a Joe Frazier fue en Atlanta, afuera del estadio que hacía de sede boxística durante las Olimpíadas de 1996. La semana anterior, Alí había impresionado al mundo una vez más al pasar la antorcha durante la ceremonia inaugural, y después despertó pena y asombro cuando subió tembloroso las escaleras y encendió la llama olímpica. A pesar de haber ganado la medalla de oro en las Olimpíadas de 1964, Joe no fue invitado al estadio aquella noche, y ahora estaba vendiendo remeras en un puesto improvisado en la puerta de la sede boxística –uno más entre las decenas de vendedores callejeros que invadieron Atlanta por aquellos días. Su hijo Marvis –contrincante por la corona de los pesos pesado que había sido fusilado por una derecha de Larry Holmes y después casi asesinado por Mike Tyson– atendía con él dando el vuelto. “Hey, Joe”, le dije mientras caminaba hacia él. Extendió la mano de manera horizontal y la dejó así, inmóvil. “Hey, Joe”, repetí. Y Joe, mirando su mano y después a mí, me dijo con una sonrisa familiar: “Todavía firme”.

Me estaba diciendo que había ganado. Estaba diciendo que mientras Alí era una reliquia temblorosa con Síndrome de Parkinson, él, Joe Frazier, todavía estaba firme, y capaz de mantener su mano quieta. Estaba diciendo, sobre todo, que donde fuera que Alí estuviera él lo había llevado hasta ahí, y había sido vengado por el fallo dividido del paso del tiempo.

Ahora Joe Frazier está muerto y Muhammad Alí, una vez más, milagrosamente lo ha sobrevivido. Pero esa es la cuestión de pelear las batallas a lo largo del tiempo: cuando se es joven, se pelea hasta la última campana. Cuando se es viejo, se pelea hasta la muerte.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/7479-1542-2011-11-14.html



Smokin' Joe Frazier Tribute 1944 - 2011

domingo, 13 de noviembre de 2011

The New York Times Magazine Photographs

La mirada promiscua

'The New York Times' recopila en un libro las mejores fotografías publicadas durante 30 años en su revista dominical

JUAN PECES - París - 13/11/2011

¿Merece la pena dedicar cinco años y medio de preparación, revisar 1.700 ejemplares de una revista dominical y movilizar a un amplio equipo de colaboradores para dar a conocer el fruto de 30 años de fotografía de prensa?

La respuesta a ese interrogante se encuentra en el libro The New York Times Magazine Photographs, el magno proyecto editado por la directora de fotografía de la revista, Kathy Ryan, y publicado en castellano por Blume en colaboración con Aperture.
En lo que constituye un catálogo contextualizado -más que razonado- de la mejor fotografía publicada en el suplemento dominical neoyorquino, Ryan ofrece una lección impagable de edición gráfica y una humilde profesión de fe en la excelencia y el trabajo en equipo en un medio de comunicación.

Este no es un libro para las mesillas. Es una incitación descarada al voyeurismo, ya que permite conocer cómo se planifican, realizan y exhiben las imágenes cuya misión es simplemente informar, o bien ilustrar y complementar un texto periodístico.

Es, al mismo tiempo, una propuesta sin pretensiones para ojos hambrientos y mentes curiosas dispuestas a leer por qué Ryan estalló en lágrimas al recibir la foto de Abelardo Morell (realizada con la técnica de camera obscura) de Times Square, por qué algunos lectores se quejaron de un reportaje de Damon Winters sobre mujeres soldados o por qué Paolo Pellegrin intuyó que la única fotografía que tomó en un escenario concreto de Darfur le había bastado para captar la desolación.

Junto a los comentarios de Kathy Ryan se encuentran también los de muchos de los 140 fotógrafos incluidos en este volumen, entre los que están subrayados los de Susan Meiselas, Gilles Peress, James Nachtwey, Paolo Pellegrin, Gueorgui Pinkassov, Reza, Andrés Serrano, Philip-Lorca diCorcia, Cindy Sherman, Mary Ellen Mark, Nan Goldin, Lee Friedlander y Rineke Dijkstra.

La vocación pedagógica de la editora, inmersa en la producción del especial de la revista sobre los Oscar en California, se transparenta en una entrevista telefónica en la que explica la esencia de su trabajo y que permite al interlocutor entender por qué su predecesor en el cargo, Gerald Marzorati, elogió "el discernimiento de su mirada promiscua, juguetona y exigente".

Su labor, afirma, "es un acto de equilibrio, como en un columpio, en el que debemos saber conjugar el criterio para elegir qué tipo de fotografía será la más atractiva desde el punto de vista visual o artístico y la necesidad de contar una historia, de transmitir la información".

Su labor es también la de un director de casting que se somete a un "tira y afloja mental" cada vez que debe apostar por uno u otro fotógrafo para realizar un encargo. Ryan pone como ejemplo a Pellegrini, un autor que "comprende absolutamente todas las capas de significado que se acumulan en una escena, ya sea Afganistán, Darfur o la frontera libio-tunecina". Su cámara, asegura, "documenta la realidad, pero también es capaz de hacer poesía visual y crear una fotografía impresionista".

Por eso se puede calificar su función también como de psicóloga, puesto que para no errar en su elección debe "conocer los puntos débiles y fuertes" de cada fotógrafo. Y adoptar riesgos, como cuando encarga un reportaje de moda a un fotoperiodista o cuando elige a un fotógrafo de estudio para un reportaje predominantemente documental.

Su última apuesta heterodoxa es la elección de una fotógrafa de 16 años, Olivia Bee, para ilustrar un número dedicado a la adolescencia: un ejercicio de mimetización entre autor y realidad fotografiada.

"Obviamente, parte de mi trabajo es contratar a fotógrafos legendarios, pero también nos gusta hacer encargos a fotógrafos desconocidos, y probar con encargos cruzados", señala Ryan. "Se produce una especie de chispa en estos casos, porque a veces ver una realidad a través de unos ojos no familiarizados con ella puede producir una reacción química". Otras veces, dice, "necesitas contratar al fotógrafo más obvio [para un tema específico], porque una persona muy experimentada puede aportar matices valiosos por su radar emocional y su bagaje vital".

Photographs muestra el fruto de un proceso que, como afirma Kathy Ryan en el prólogo, "comienza a menudo con la pregunta '¿cómo nos reinventamos esta semana?".

http://www.elpais.com/articulo/cultura/mirada/promiscua/elpepucul/20111113elpepicul_3/Tes

sábado, 12 de noviembre de 2011

43º Festival Internacional de Jazz de Barcelona / El Jazz italià envaeix Barcelona



El Jazz de Umbría en Barcelona

El Festival de Jazz de Barcelona dedica una semana a la región italiana

J. M. MARTÍ FONT - Barcelona - 10/11/2011

Cuenta, Carlo Pagnotta, personaje mítico donde los haya, director artístico y auténtica alma del Festival de Jazz de Umbría, que cuando empezaron el festival en 1973, aunque lo hubieran querido, les resultaba prácticamente imposible contratar a músicos de jazz italianos. Fue precisamente el festival y su labor pedagógica en escuelas y asociaciones, laque puso la semilla. Ahora -los expertos lo certifican, pero también los aficionados lo proclaman-, Italia se ha convertido en una de las potencias jazzísticas de Europa, con una personalidad propia que no le impide integrarse plenamente en el más cosmopolita de los géneros musicales y una amplísima oferta. Esto es algo que los barceloneses pueden comprobar ahora, porque han tenido y todavía tendrán una buena dosis de jazz italiano dentro del 43º Festival Internacional de Jazz de Barcelona.

Si el año pasado, el veterano festival barcelonés se hermanó con el padre de todos los festivales, el de Newport, en Estados Unidos, este año lo ha hecho con con el de Umbría, uno de los de mayor tradición en Europa. Para celebrarlo, la gente de The Project ha traído a Barcelona a los mejores jazzmen italianos a la capital catalana. En contraprestación, el próximo verano serán los jazzmen catalanes los que ocupen los escenarios de la ciudad de Perugia, donde se celebra el Festival de Umbría.

El pasado lunes abrieron la semana italiana, en la sala Luz de Gas, el dúo formado por Danilo Rea y Fabio Boltro, que presentaron su trabajo sobre arias famosas de óperas italianas adaptadas a piano y trompeta. El martes fue el turno del Gabrielle Mirabasi Trio en el Conservatoriao del Liceo. En el escenario ideal de Luz de Gas, le toca turno al músico de jazz más famoso de Italia, Enrico Rava, que presenta Tribu.

La principal figura, sin embargo, es el pianista Stefano Bollani, un músico superdotado, con un peculiar sentido del humor, que se encuentra en su mejor momento y que ya ha cruzado todas las fronteras. Bollani se prodiga en infinidad de variaciones, desde tocar a dúo con Chick Corea hasta hacerlo con su trío danés o su quinteto italiano. Tampoco evita los escenarios clásicos; recientemente tocó la Rhapsody in Blue, de George Gershwin, con la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig dirigida por Riccardo Chailly. Bollani estará en Luz de Gas el próximo sábado, en solitario, y con él se acabará la semana Umbria Jazz Barcellona. El aporte italiano definitivo al Festival de Jazz de Barcelona, sin embargo, llegará de la mano del gran Paolo Conte y su Big Band, el próximo 1 de diciembre en el Auditori, que será el encargado de cerrar el festival.

Pero la música no será lo único que traiga Umbría a Barcelona. La extraordinaria gastronomía de esta región italiana podrá degustarse, amenizada con jazz, el próximo lunes día 14 en el restaurante Monvinic. Bajo el título de Il matrimonio del tartufo, y con los exquisitos vinos de la región, se ofrecerá una serie de platos combinando la soberbia trufa blanca de Umbria con la variedad negra catalana.

http://www.elpais.com/articulo/cultura/jazz/Umbria/Barcelona/elpepucul/20111110elpepucul_4/Tes



Stefano Bollani - Improvvisazione ( Over DFRNT – Slumber) "Jazzapposizioni" RaiTunes - Rai - Italia

viernes, 11 de noviembre de 2011

Robert Glasper / Jazz Versatility & Rhythm Experiments



Robert Glasper: "El Jazz es el padre del 'Hip Hop"


CHEMA GARCÍA MARTÍNEZ - Madrid - 08/11/2011 (Fragmento de la nota)

"Si me tuviera que definir diría que soy un músico de jazz al que le gustan muchas cosas, y no sólo el jazz". Conocido por su capacidad para combinar los sonidos del jazz y el hip-hop, el pianista Robert Glasper ha firmado tres discos para el sello Blue Note.

Como tantos otros, Robert Glasper se hizo músico de jazz en la Iglesia: "mi iglesia era tan pequeña que no cabía un bajo ni una batería, todo lo que había era un piano no demasiado bien afinado, así que tuve que aprender a apañármelas por mí mismo para conseguir hacerlo todo y que la cosa sonara". De aquellos lodos surgió el enfant terrible que hoy blande la bandera de un jazz felizmente contaminado con los sonidos de la modernidad: "me encanta decir que soy músico de jazz. Entiendo que hay muchos a los que no les gustan que se les llame así, porque temen que el público no va a ir a escucharles pero no es mi caso. Para mí, el jazz es una reflexión acerca de la sociedad en la que vives. Cada periodo tiene su tipo de jazz. En los cincuenta, los músicos de jazz tocaban la música del momento en que vivían. En los sesenta, lo mismo. Pero esa cadena se ha roto. La idea generalizada es que los músicos de jazz, hoy, tocan música vieja. El público piensa en el jazz como en una foto en blanco y negro, y siempre los mismos artistas: Thelonious Monk, Charlie Parker, John Coltrane, Miles Davis... luego se quejan de que el jazz no es popular".

Para Robert Glasper, mezclar a Herbie Hancock con Radiohead o a Thelonious Monk con J Dilla es lo mas natural del mundo: "estoy seguro de que si Miles hubiera tenido a Dilla en los cincuenta hubiera tocado su música". Glasper se refiere a su música como el resultado de un proceso de fusión orgánico: "hago lo que hago porque me gusta y porque me sale así, de una forma natural. Toco de habitual con artistas del hip-hop como Mos Def o Bilal, son mis amigos, incluso visto al estilo del hip-hop. Sin embargo soy un músico de jazz. Lo ideal es combinar ambas cosas. Me encanta cuando veo la audiencia y hay un tipo mayor que ha venido para escucharme tocar estándares y, a su lado, un quinceañero que está bailando con una canción de Dilar. Algo que no ocurre en el caso de otros músicos de jazz metidos a intérpretes de hip- hop: no voy a dar nombres, pero Vd. y yo sabemos de muchos que se ven obligados a tocar hip-hop para que no digan que son unos vejestorios... yo no digo que haya que tocar hip-hop para ser moderno, la música de hoy tiene otras muchas vertientes. El papel del músico de jazz es servirse de ellas para crear su propio mundo, pero debe escoger lo que realmente le llegue al corazón, no sentirse obligado a nada. Para ser moderno lo primero que tienes que ser, es honesto".

El concepto de modernidad

Una y otra vez, Glasper reivindica el concepto de modernidad para la música que interpreta: "yo soy moderno por necesidad, porque entiendo el momento en que vivimos, porque es mi momento. Algunos dicen que soy un francotirador porque mezclo las cosas, pero el jazz era así al principio. Los músicos de jazz siempre han sido modernos. De hecho, puede decirse que el jazz es el padre del hip-hop".

Para Glasper, si el jazz ya no es lo que era, se debe, en parte, a la cobardía de quienes lo interpretan: "una de las características del momento presente es que se coloca a los músicos del pasado en un pedestal tan alto que, quienes vienen detrás son incapaces de luchar para ser como ellos, y terminan dándose por vencidos. Esto es algo que sólo ocurre en el jazz. Si te fijas en el baloncesto, por ejemplo, Kobe Bryant o LeBron James comenzaron intentando parecerse a Michael Jordan y ahora son dos estrellas indiscutibles. El músico de jazz se ha vuelto cobarde. Peor todavía: se ha generado un clima en el que decir que uno quiere ser mejor que John Coltrane está considerado una insolencia. Me ha pasado a mí. Pero Coltrane, o Parker, o Monk, eran seres humanos. Yo pienso que eso es precisamente lo que uno debe pensar, porque si piensas en grande, llegarás a algo grande, pero si no lo haces, siempre estarás en el mismo sitio".

Como el resto de los artistas que integran el programa del XXVIII Festival de jazz de Madrid, Robert Glasper ha renunciado a cobrar su caché para depender de la taquilla: "pero ¿qué otra cosa puedes hacer en un momento como éste? El momento que vivimos es terrible para la cultura. No hay dinero para nada, y mucho menos para la música, el jazz. Y quede claro que no es una cuestión de que a la gente le guste o le deje de gustar la cultura: es que la necesita. Pueden recortar todos los fondos que se quiera, no podrán nunca suprimir la razón por la que necesitamos la cultura. Ocurre lo mismo en América. Ya no hay bandas de música en los colegios porque no hay dinero, pero cuando la gente va a la gran ciudad, lo primero que hacen es ver dónde se puede escuchar música. Por eso estoy aquí, para servir de inspiración y porque creo que es importante dar la oportunidad a la gente de sentir la música".

Un sentimiento que, en el caso de Glasper, está asociado al de la sorpresa que generan sus conciertos: "una hora antes de salir a escena, no tengo la menor idea de lo que vamos a tocar. Todo depende de las vibraciones que genere la audiencia. Algunos músicos recorren el mundo tocando cada noche lo mismo, a mí me gusta ver primero cómo reacciona el público y sólo entonces decido tocar una cosa u otra, así que nunca se sabe...cada audiencia tiene su propia lista de canciones".

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Robert/Glasper/jazz/padre/hip/hop/elpepucul/20111108elpepucul_8/Tes



Robert Glasper Trío - G & B - Jazz á la Villette - Cité de la Musique, Paris, France - September 12, 2010

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Smokin' Joe Frazier / The Greatest "Left Hook" Heavyweight World Champion




Murió Joe Frazier, el peleador que jamás retrocedió.


Frazier, la vida en una toalla

Antonio Sanchidrián
Actualizado martes 08/11/2011 09:27 horas


En el boxeo, donde se escenifica la lucha por la vida, los grandes campeones se miden por la estatura de sus enemigos. Y si el mundo vio el pánico inyectado en los ojos de Muhammad Ali, 'The Greatest', el más grande por los siglos de los siglos, fue porque existió Joe Frazier, fallecido este martes a los 67 años a causa de un cáncer de hígado. El duelo en tres terribles combates entre el maravilloso charlatán de Louisville y 'Smokin'' Joe es uno de los capítulos sobresalientes de la historia del deporte, pero se derrama mucho más allá del cuadrilátero.

Ali y Frazier representaban dos maneras de boxear y también dos formas de entender la vida. Se odiaban furiosamente. Se respetaron a la fuerza. Y se perdonaron cuando ya fue demasiado tarde. Al primero le correspondió toda la gloria, era la bella mariposa que bailaba y encandilaba a la masa con esas maneras, mezcla de actor de cine y propagandista político. El otro era tosco, un martillo pilón feo y demasiado bajito (1,81) para medirse con los pesados de la era dorada. Frazier ha fallecido pobre, con pura melancolía en los ojos y rabia contenida al recordar aquellos días de la década de los 70. Su suerte cambió en Manila y fue por una toalla arrojada como se lanzan las monedas al aire. Y para él salió cruz.

Es conocida la historia de aquella noche del 1 de octubre de 1975, pues se ha contado en mil ocasiones. Era el tercer Ali-Frazier, auspiciado por el presidente Ferdinand Marcos y rodeado de un boato hoy inimaginable para un combate de boxeo. A más de 40 insoportables grados, 14 asaltos estremecedores que resumió Ali con más prosa que poesía: "Fue lo más cerca de morir que he estado". Repasar las imágenes le dan la razón: el combate de Manila la última frontera del boxeo. Y tal vez, el límite del deporte.

A Ali, que subestimaba a Frazier como también despreció a George Foreman, le contaron que Joe llegaba fuera de forma a la pelea. Extraordinariamente inteligente, no se fió. E hizo bien. Desde otra noche, la del 8 de marzo de 1971, la mandíbula de Ali sabía que la izquierda de su enemigo no era asunto de broma. Aquel día, los 20.455 espectadores del Madison Square Garden quedaron atónitos al ver al antes conocido como Cassius Clay desplomarse como un edificio dinamitado. Sucedió en el último asalto, pocos segundos antes de que Frazier diera gracias al cielo por su victoria y por los 2,5 millones de dólares que viajaban directos a su bolsillo. Era primera vez que Ali hincaba la rodilla: "La mejor pelea fue la del año 71, cuando ninguno de los dos había perdido ningún combate todavía. Fue lo más grande que me pasó en mi vida", recordaba. Aquello fue recordado como 'El combate del siglo', uno más: lo narró Norman Mailer y lo fotografió en primera línea Frank Sinatra.

Casi tres años después hubo revancha, en circunstancias diferentes. Una segunda oportunidad que calentó, magistral, Ali en los estudios de la ABC. En el programa 'Wide World of Sports', ambos repasaban el décimo asalto de su primer pleito cuando llegó el directo dialéctico al mentón de Frazier: "Después de la pelea, yo estuve 10 minutos en el hospital... Y tú un mes, Joe". Ali ganó fuera y dentro del cuadrilátero: el 28 de enero de 1974, venció por decisión unánime -tras tumbar en dos ocasiones a su oponente en el quinto asalto-, ganándose el derecho a luchar por el título mundial de los pesados con el amenazante George Foreman, quien había pulverizado a Frazier -cuyo reinado duró sólo cuatro peleas- el enero anterior en Jamaica.



Muhammad Ali Vs Joe Frazier I “Fight of the Century” March 8, 1971 Madison Square Garden NYC (Highlights)





De Kinshasa a Manila

La historia del boxeo viaja fugaz y gloriosamente a Kinshasa (Zaire), donde el 30 de octubre de 1974 Ali borda el boxeo ante Foreman, con Frazier en la tribuna de comentaristas. Aquella pelea fue denominada 'The rumble in the jungle' y se cuenta en el magnífico documental 'Cuando éramos reyes', de Leon Gast. El coloso de Louisville firma un 'knock out' a cámara lenta que le sirvió para reivindicarse ante quienes ya le llamaban viejo y para volver a lucir el cinturón de campeón.

Regresamos así a Manila, a Quezon City, con más de 300 millones de personas pendientes de ese 'ring'. De nuevo se cruzan la torva mirada de Frazier y la enorme y provocadora bocaza de Ali, sólo a la altura de sus prodigiosos puños. Una boca que se propuso cerrar 'Smokin' Joe desde el primer asalto en un acoso demoledor. No había pasos atrás en los códigos de Frazier, dispuesto a morir antes que a perder. Nadie llegó más lejos para destruir al mito, tanto que se especula con que la degeneración en la salud de Cassius Clay está directamente relacionada con la soberana paliza recibida aquella noche asfixiante

Tras 14 asaltos monumentales, después de un gancho de izquierda al mentón de Joe que le hace perder el protector bucal y salpica de sangre las primeras filas del 'ringside', algo sucedió en la esquina del aspirante. Eddie Futch, el preparador de Frazier, constata que su pupilo está ciego. Es imposible seguir la pelea: hay que tirar la toalla. "Nadie olvidará jamás lo que hiciste hoy aquí", ésa fue la frase para la historia de Futch ante un boxeador dispuesto a perder el último aliento en la pelea.

Cuenta la leyenda que, al mismo tiempo, al otro lado del 'ring', también había movimiento. Angelo Dundee, el ángel de la guardia de Ali, se mueve inquieto y alguien escucha pedir a Ali que le quiten los guantes, que no puede seguir. Es la versión que cuenta Tommy Frazier, hermano de Joe, negada posteriormente por el eterno entrenador de Ali. "La gente se confunde", aseguró displicente.

Una toalla vuela al ring, mientras Ali no tiene fuerzas para el festejo, sólo para dar gracias por seguir con vida. Y da paso al tormento de Frazier, que revivió la pelea en noches innumerables, diciendo a quien quisiera escuchar, allá en el pobre gimnasio de Filadelfia donde se ganaba el sustento, que, en realidad, él jamás salió derrotado de Manila. Nunca fue el mismo tras perder con Ali y acabó colgando los guantes de mala manera. Defendió cuatro veces el título de campeón mundial y ganó 32 de sus 37 combates. Perdió cuatro y tuvo uno nulo. "Quiero que me recuerden como un boxeador que jamás retrocedió". Frazier esperó 67 años para caer, ante un enemigo bastante peor que los brillantes puños del más grande

http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2011/11/08/masdeporte/1320740853.html


Muhammad Ali Vs Joe Frazier III "Thrilla in Manila" October 1, 1975 Araneta Coliseum Manila Philippines (Highlights)

martes, 8 de noviembre de 2011

Pez / Volviendo a las Cavernas...Ya!



La fuerza de Pez

El grupo liderado por Ariel Minimal acaba de lanzar “Volviendo a las cavernas”, un disco que hay que escuchar con el volumen fuerte.

Martes, 01 de noviembre de 2011

Federico Durán (Redacción de El Acople)

El espíritu inquieto de Ariel Minimal hace que “Volviendo a las cavernas” sea el 12º disco de estudio de Pez en casi 18 años de vida de la banda. Esto, claro, sin contar su álbum en vivo del año pasado, “Viva Pez”, y el doble del 2005, “Para las almas sensibles”. Luego de ahondar por variados estilos y sonidos, la cuestión siempre pasa por descubrir qué se trae entre manos el conjunto porteño. En este caso, el título de la nueva placa adelanta en cierta forma lo que vamos a escuchar a lo largo de 11 tracks.

Grabado en los Estudios ION y producido por Mauro Taranto, “Volviendo a las cavernas”documenta la fuerza de Pez: desde el inicio del álbum, con el rock cavernícola de “De cómo el hombre perdió”, es indispensable poner el volumen bien alto. El sonido pesado y sucio resulta clave en este disco, junto a una lírica que se acerca a lo conceptual.

Otro factor que caracteriza a “Volviendo a las cavernas” es que, a diferencia de “El Porvenir” y “Pez”, sus trabajos de estudio más recientes, los temas no son tan directos y contundentes. Por el contrario, en esta ocasión el grupo utiliza el tiempo a su favor para incluir un solo de guitarra o experimentar un cuelgue colectivo. Las canciones son maduras, duran lo que tiene que durar; esquivan la esencia punk.

La furia de Pez se ve reflejada en canciones tan agresivas como excelentemente ejecutadas, tales los casos específicos de “Lo interesante es por afuera”, “Cavernas” y “Confrontación”. Entre los mencionados bombazos, hay lugar para piezas un tanto más sutiles como “Aferrándonos desesperadamente a lo poco bueno que queda”, “Seremos recuerdo” y “La última semilla”. Además, en el final se encuentra “Y por ahí escuché decir que aún existe ese lugar donde todavía hay humanos”. Este último tema nos trae un dato de color: además de volver a las cavernas, la banda volvió a las canciones con títulos largos que supo tener en placas anteriores (“Creo firmemente en la reencarnación y en mi próxima vida seré una hamburguesa con queso”,por ejemplo).

Antes de tener su formato físico, “Volviendo a las cavernas” fue subido a Internet por los mismísimos Pez, repitiendo de esta manera la metodología llevada a cabo con su último disco en vivo. No obstante, en esta oportunidad se agregó una novedad: presentarlo con un concierto en su propio estudio de Flores, transmitido a través del sitio web Vivo Conectado. Una gran propuesta para que no queden dudas que vale la pena conseguir el material original.

Así, Minimal, Fósforo, Pepo y Franco brindan todas las formas posibles para que más gente conozca su expresión artística. Con su caminito al costado del mundo, Pez continúa engordando su obra prolífica; siempre con la consigna “Paz, amor, libertad, respeto”, y principalmente, con la inagotable fuerza de su música.

http://www.elacople.com/Noticias.aspx?Id=5387



Pez - De como el hombre perdió - Album: Volviendo a las Cavernas (2011)

lunes, 7 de noviembre de 2011

Tom Zé / O Monstro vem do Brasil




Profesor chiflado del samba

Tom Zé, figura de leyenda de la música brasileña, realiza un repaso a su carrera de tropicalista de vanguardia

CARLOS GALILEA - Madrid - 05/11/2011

A sus 75 años recién cumplidos, Tom Zé todavía tiene ánimos para cantar y saltar durante una hora y media. "No me gusta subirme a un escenario si no tengo algo nuevo, porque no soy un cantante y no hay razón para volver a mostrar aquello que ya hice antes. Cuando hay algo nuevo sí creo que está justificado viajar a Europa. Y esta vez tenía el disco Estudando a bossa y lo que había hecho en directo para el DVD O pirulito da ciência (El pirulí de la ciencia)", explica Tom Zé, que el lunes actuó en la Red Bull Music Academy, en Madrid, la única ciudad del mundo en la que se puso su nombre a un bar.

Cuanto más mayor, más joven se vuelve su público. En el Lincoln Center de Nueva York, el "científico loco" como lo ha bautizado The New York Times -que también le calificó de "nuevo Frank Zappa"-, enloqueció en julio al público improvisando sobre anuncios de las páginas amarillas y avisos por megafonía del metro. En el último Rock in Rio salió disfrazado de político -traje gris y banda presidencial verde y amarilla sobre el pecho- para cantar Balcão de negócios: "La corrupción en Brasil es una plaga. Parece darse por hecho que uno entra en política para corromperse. Y Dilma [Rousseff, presidenta de Brasil] está siendo muchísimo más dura con la corrupción de lo que lo había sido Lula", asegura. "Rock in Rio parece una cosa tan alienada que si haces algo como lo que hice yo todo el mundo mira para otro lado. Solo hay lugar para la fiesta. Aunque varios periódicos hablaron de ello y el Estado de São Paulo publicó que yo era el artista más rock and roll de Brasil", cuenta este rebelde que ha sabido convertir sus limitaciones como cantante e instrumentista en bazas creativas.

Antônio José Santana Martins (Irará, Bahía, 1936), que asegura que lo que hace es periodismo cantado, cursó música en la Universidad de Salvador de Bahía con profesores como Koellreuter, Widmer o Smetak. "Una escuela de ensueño, de las mejores del mundo. Pude aprender allí durante cuatro años gracias a una beca. Toda mi educación se la debo a la escuela pública".

El sello de David Byrne, exlíder de Talking Heads, ha editado una cuidada caja con varios de sus discos en vinilo -la trilogía Estudando o samba, Estudando o pagode y Estudando a bossa- y diverso material. El título, Studies of Tom Zé. Explaining things so I can confuse you, se basa en la letra de Tô: "Estoy explicándotelo para confundirte / estoy confundiéndote para aclararte". El día en que David Byrne, que en 1986 había viajado a Río de Janeiro con el fin de presentar su película True stories, entró en una tienda del centro para comprar unos discos de música brasileña y se llevó Estudando o samba engañado por el título, la vida de Tom Zé cambió: "Me salvó porque yo estaba ya a punto de irme a trabajar a la estación de servicio de un familiar en Irará. Vivía en la pobreza". A raíz del recopilatorio publicado por Byrne no solo le descubrieron atónitos músicos como Beck, grupos como Tortoise, High Llamas y Beastie Boys, o los críticos de Rolling Stone, también los brasileños redescubrieron al olvidado Tom Zé.

Él, que había figurado junto a Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa o el grupo Os Mutantes en la portada del disco-manifiesto de 1968 Tropicalia ou panis et circenses. "Suele decirse que el tropicalismo surgió del rock internacional y del poeta modernista Oswald de Andrade. Mentira. Fue lo que yo llamo lixo lógico (basura lógica). Hasta los ocho años fuimos educados por la península Ibérica, el mundo mozárabe, su matemática, cosmogonía, poesía... Y oyendo la Provenza de los siglos XI y XII. Al entrar en la escuela primaria dejábamos de ser analfatóteles y empezábamos a tomar contacto con Aristóteles y el mundo occidental. Comparábamos ambos procesos y siempre algo se quedaba fuera porque las ciencias no son exactas", dice riendo. "Pero la cabeza no tira nada, va todo al hipotálamo. Y durante los estudios ese hipotálamo fue creciendo más y más, todo eso pasó al córtex y vimos Brasil con una visión no aristotélica. Nuestras canciones estaban imantadas por ese tipo de pensamiento".

"Hay países como Francia que creen que no hubo una segunda revolución industrial e intentan vivir como si eso no existiese, pero en Brasil, durante la dictadura, las canciones de Caetano y Gil dejaron a los jóvenes preparados para entrar en contacto con el procesamiento de datos, el principio de incertidumbre de Heisenberg, la segunda ley de la termodinámica o la semiótica de Peirce. La Tropicália fue ese brazo cantado que llevó Brasil de la Edad Media a la segunda revolución industrial". A la pregunta de cuál sería el legado del tropicalismo se queda pensativo: "Prefiero preguntar que responder".


http://www.elpais.com/articulo/cultura/Profesor/chiflado/samba/elpepucul/20111105elpepicul_3/Tes




Tom Zé - São, São Paulo, Meu Amor - Do "O Pirulito da Ciência". Ao Vivo Teatro da Fecap- São Paulo -Brasil (2009)

domingo, 6 de noviembre de 2011

Peter Ablinger / Ciclo de Música Contemporánea del Teatro San Martín




"Los sonidos siempre cuentan algo"

El compositor austríaco Peter Ablinger presentará dos obras en Buenos Aires, dentro del Ciclo de Música Contemporánea del Teatro San Martín.


Experimentalismo/ Un creador original
Viernes 28 de octubre de 2011
Por Pablo Gianera LA NACION



 

Antes de ser uno de los compositores más originales del paisaje musical europeo, a los 15 años, en Graz, Peter Ablinger tenía dos intereses exclusivos: el diseño gráfico y el free jazz . Era hacia fines de los años setenta. Ablinger pintaba y estudiaba piano y jazz en el Conservatorio de Graz. Pero la corriente entre la pintura y la música tenía una dirección única. Más de una vez, el propio compositor explicó que todo lo que había aprendido sobre arte lo trasladó luego a la música, que el aprendizaje fue de lo óptico a lo sonoro, y nunca al revés. Radicado en Berlín desde 1982, Ablinger es un compositor cuya poética, aunque inequívocamente europea, incorporó productivamente las grandes líneas del experimentalismo estadounidense.


 
Dentro del Ciclo de Música Contemporánea del Complejo Teatral de Buenos Aires, el jueves 10 (a las 20.30 en el Teatro San Martín) y el sábado 12 de noviembre (también a las 20.30, pero en el Centro de Experimentación del Teatro Colón), se presentarán dos de sus obras, tan especulativas como el pensamiento mismo de Ablinger: en el primero de los conciertos, se verá una pieza para ensamble y video con materiales sonoros y visuales registrados por él mismo en su visita a Buenos Aires de 2007; en el segundo, parte de Voices and Piano , una serie aún en curso sobre las voces de personajes célebres tomadas de grabaciones diversas (entrevistas, discursos, lecturas) de Morton Feldman, Guillaume Apollinaire, Martin Heidegger, Marcel Duchamp y Jorge Luis Borges, entre muchos más. Ablinger somete esas voces a una especie de radiografía espectral, de tal modo que la voz grabada parece determinar las alturas e incluso la dinámica del piano. Según explicó en una ocasión el compositor, "la parte para piano es el análisis de la voz". El efecto de las piezas es fantasmal: son voces auténticas pero muertas, encerradas en una pista de audio, que mantienen con el piano un diálogo imposible y, sin embargo, real. La mimesis instrumental del habla depara una fascinante mascarilla funeraria. Cada pieza (a veces, como en la de Apollinaire, casi canciones) es motívica en la medida en que lo son las entonaciones de las voces. En la de Borges, por ejemplo, el piano tartamudea como el escritor. Ablinger parece convencido de que en el fondo de cada voz habita una melodía secreta.


 
-¿Qué debe tener una voz para que se integre en el ciclo de Voices and Piano ? ¿Es una relación con la voz o con el individuo?-La voz y la personalidad no pueden separarse del todo. Sin embargo, obligado a responder, diría: la voz. Con todo, decidí trabajar con voces que no había oído antes. Había voces "dentro de mí"; por ejemplo, la de Feldman. No la había escuchado nunca, pero me había imaginado perfectamente cómo era. ¡Lo curioso es que, al final, esa imaginación sonora resultó completamente equivocada!


 
-¿Tiene pensado incluir su propia voz en el ciclo?-¡No! En cierto modo, todas las voces juntas son algo parecido a un autorretrato, así que mi propia voz sobraría y no podría integrarse en ese retrato.


 
-¿Qué materiales usó para el Concierto Buenos Aires ?
-En realidad, es el séptimo acto de City Opera Buenos Aires , una pieza de una hora para ensamble y video. Uno de los actos restantes, que no se verá esta vez en el San Martín, es un archivo sonoro de los ruidos de Buenos Aires. Son alrededor de 200 tomas de sonido que yo mismo hice en 2007 en lugares muy distintos entre sí: calles de diferentes barrios, restaurantes, iglesias, parques. Este archivo es también la base de la pieza para ensamble y video. Otra fuente importante fue una serie de grabaciones con la compositora y cantante Carmen Baliero sobre temas como la lluvia, las voces o el fútbol. Y, finalmente, el marco general es un video de Ian Kornfeld, una toma estática de la esquina de Anchorena y San Luis.


 
-En un artículo sobre la expresión, usted decía que el azar y la falta de intención eran un primer paso para escapar de la obra "absoluta" porque representaban una apertura respecto del encierro en sí mismo, pero a la vez afirma allí también que el sonido ya es de por sí expresión. Me gustaría que explicara cómo concibe el elemento expresivo en su música?-A partir del trabajo en mi propia música, aprendí que no existe percepción sin intención. ¡Si pudiéramos escuchar sin intención, no oiríamos nada! En este sentido, creo que hay muchísimos sonidos alrededor que no escuchamos porque no hay intención, porque no sabemos qué hacer con ellos ni por qué prestarles atención. Por otro lado, escuchar con intencionalidad implica crear una relación entre yo, el oyente, y el sonido (o la música). Y esto supone que en todo proceso de percepción está siempre en juego nuestra personalidad individual y sociocultural. Nunca seremos capaces de escuchar simplemente lo que "es"; siempre escucharemos también aquello que deseamos. Podríamos hablar de una "proyección": nos proyectamos a nosotros mismos, nuestras posibilidades, nuestra educación en los sonidos. Ésa es la razón por la que no podemos percibir los sonidos de otro modo que como expresivos: siempre nos cuentan algo. Los sonidos como meros sonidos son una ficción. Del mismo modo, concibo mi música como un proyecto de investigación; una investigación sobre la percepción. ¡Y sobre cómo la percepción nos crea!


 
-¿Qué diferencia establece entre el sonido y el ruido, o, en palabras de su idioma, entre Klang y Rauschen ?-Bueno, en relación con lo que comentábamos antes, yo diría que Klang está más vinculado con objetos (o instrumentos), con historias, con aspectos temporales, con el conocimiento, mientras que, en cambio, la naturaleza estática del Rauschen nos priva en parte de nuestra aplicación de conocimiento para el establecimiento de relaciones e intenciones. El ruido está menos predeterminado, lo que lo vuelve una maravillosa experiencia para el estudio de la percepción.


 
-¿Significa algo todavía la palabra "música" para usted?-La música está colmada de prejuicios. ¡Ésa es la parte divertida del asunto! Me gusta jugar con estos prejuicios y me gusta también la palabra "música", del mismo modo en que prefiero la palabra "compositor" más que "artista sonoro". Evidentemente, mientras existen los prejuicios existen también los límites. ¡Pero son justamente los límites los que me inspiran y me empujan a dar el próximo paso!


 
Ficha. El Ciclo de Música Contemporánea del Teatro San Martín, que incluye las presentaciones de Peter Ablinger, empezará el jueves 3 en el Colón, con un concierto dirigido por Alejo Pérez y dedicado a la obra de Edgard Varèse





Peter Ablinger- Voices & Piano




A portion of Peter Ablinger's massive cycle "Voices & Piano" (completion date yet to be determined), which constitutes post-spectral counterpoint and mimic of voice patterns of famous icons, performed on the piano, while the speech recordings are played back on tape. These are only selections; the entire cycle will likely comprise nearly six hours of material.

 
1- Bertold Brecht
2- Gertrude Stein
3- Lech Walesa
4- Morton Feldman
5- Hanna Schygulla
6- Mao Tze-Dong
7- Guillaume Apollinaire
8- Bonnie Barnett
9- Jean-Paul Sartre
10- Martin Heidegger
11- Marcel Duchamp
12- Heimito von Doderer
13- Orson Welles
14- Mother Theresa
15- Rolf Dieter Brinkmann
16- Hanns Eisler
17- Ezra Pound
18- Ilya Prigogine
19- Pier Paolo Pasolini