Pettinato: fama, política y jazz
Entrevista con el músico y conductor todoterreno
Domingo 30 de septiembre de 2012
Por Jorge Luis Fernández - (Martín Felipe / AFV)
Pettinato concede entrevistas sólo por mail. Dice que no tiene tiempo ni para dormir, pero, acaramelado con su nuevo disco (grabado en Nueva York, junto a un supergrupo de free jazz), esta vez hace una excepción. Su agente de prensa marca las coordenadas: el encuentro es a las 10 en la puerta de Radio Mitre, donde RP conduce El show de la noticia . Puntual, el prensero recibe a LA NACION mientras Pettinato habla por celular en la vereda y arquea todo el tiempo la espalda, como si tocara un solo de saxo. Cinco minutos más tarde, está tocando el saxo media cuadra más lejos. Cinco minutos después, desaparece.
"Voy a buscarlo", dice el agente. "Debe de haberse metido en un negocio de comida orgánica." A los diez minutos, vuelven cargados de bolsas. Pasamos al estudio de radio. Roberto ofrece jugo de pera y alfajores de maicena. "Bueno, ¿de qué es la nota?", pregunta con la boca llena. "Porque podemos hablar de un montón de cosas."
Es cierto. De hecho, existen varios Pettinato: el ex saxofonista de Sumo, el columnista, la celebridad televisiva, el locutor radial y, ahora, el cómico stand-up.
Roberto Pettinato será una suma de todo eso. O no. Para quien escribe, el auténtico Pettinato está en Purity , su segunda grabación junto a Henry Grimes (contrabajo), Dave Burrell (piano) y Tyshawn Sorey (batería). Hay algo urgente en el disco, la misma sensación de ahora o nunca que había en sus viejas reseñas de Expreso imaginario , o en su segmento radial "La zona fantasma", donde musicalizaba temas oscuros de los Stones (los Stones no rolingas) y entrevistó a Virus antes de su primer disco.
Cuando la radio y las revistas eran los únicos vehículos de información rockera, ahí estaba Roberto Pettinato, ese ser que, como Alien, parecía tener ácido en las venas.
"Somos una gran cadena de pequeños maestros -reflexiona. Alguien me enseñó a mí, yo te enseñé unas cosas a vos y ahora vos estás contando que yo hago free jazz, para que otros digan, a ver ¿qué es eso? De la misma manera, Dylan te llevaba a leer a Kerouac y a los escritores de la beat generation . Uno quería tener amigos como esos, pero encontrarlos puede llevar años. Bueno, mujeres ni hablar. Debe haber una (risas). Por eso digo que todos estábamos enamorados de Joni Mitchell. Uno se imaginaba haciéndole el amor y caminando por Laurel Canyon."
A menudo cuestionado como saxofonista, Pettinato rechazaría cualquier aspiración a virtuoso. Sus fraseos en Purity son contenidos, transforman restricción en expresión y su conocimiento como aficionado de free jazz le permite dialogar con los músicos en distintos estilos: aullidos de marcha fúnebre a lo Albert Ayler, pasajes de free modal extremo, como el Coltrane de Ascension , y armonías de Burrell que recuerdan a los grupos de Keith Tippett.
"Fue una sesión de hora y media durante la cual no sé dónde estuve -admite el ex Sumo. Había una seriedad... porque no era que tocábamos un temita de Thelonious Monk. Y yo tenía un cagazo que me quería morir. El día anterior tocamos en un centro cultural de Harlem. Yo me imaginaba una audiencia de doscientos intelectuales como LeRoi Jones. No sabía qué hacer. Lo miré a Henry (Grimes) y me hizo un gesto. Entonces largué un Si con el saxo, interminable, y el baterista se levantó e hizo bluaaaaaaaaaa. Terrible. Eso duró una hora cuarenta."
Sin duda, haber tocado con leyendas como Burrell o Henry Grimes (que participó en grabaciones históricas de Cecil Taylor, Albert Ayler, Don Cherry y Archie Shepp) fue un sueño cumplido para Pettinato, que en breve regresará a Nueva York para grabar un tercer disco.
"Estoy muy nervioso; encima, como de vuelta vamos a tocar en vivo, vi el aviso de la Time Out y me definen como el ascendente saxofonista argentino", dice, entusiasmado como un chico. "Decidí cambiar. Ya le dije a mi esposa: El año que viene no va a ser igual, eh. «¿Qué? me dijo ¿Vas a dejar Un mundo perfecto ?» No, le dije, voy a dejar un montón de cosas. Entonces escribí (la novela) La isla flotante , me convertí en un tipo serio, volvió Que parezca un accidente , el programa que me gustaba hacer en TN. Y me siento de nuevo un tipo interesante. Como les digo a mis amigos, yo era un tipo muy copado. Por eso volví a la música. Volví a escuchar a Cecil Taylor y Ornette Coleman. Quiero volver a ser el que era. Siempre fui un tipo under y me gustaron las cosas raras, desde William Burroughs hasta Frank Zappa.
¿Cómo te convertiste en una celebrity ?
-Yo era un chico distinto en el colegio. Siempre fui un tipo raro. Cuando vi Lenny en el cine, y la fui a ver seis veces, pensé que lo mío era hacer humor, aunque nunca creí que llegaría a la televisión. Después, con Sumo nos moríamos de hambre, literalmente, y tuve la chance de reemplazar a Vicentico en Rebelde sin pausa. Fue mi primer intento por hacer un late night show.
Orsai fue una de las mejores cosas que hiciste en tevé.
Sí. Después intentamos una remake...pero esas cosas son del momento. Como Expreso imaginario, que empezó y murió con la dictadura. O como el rock nacional. Los argentinos siempre queremos que vuelvan los viejos tiempos. Luca no va a volver, ni Orsai ni el peronismo.
¿El gobierno actual no es un digno representante del peronismo?
Nada que ver. Esto puede ser un vago intento por hacer bien las cosas. No creo que sea mala gente. Creo que son gente ignorante, porque no saben comunicar. Y tienen ineptitud para hacer una sana demagogia, porque pueden incluir a todos los sectores y después no darles bola. Demuestran poca viveza en esto de querer parecerse al peronismo; esto de Perón, Evita y Cristina. Pero su principal problema es que no tienen humor. No soportan las críticas, porque creen que el pueblo va a creerles a los medios opositores y después van a odiarlos.
Hablás de peronismo con autoridad. Tu viejo fue director de la Penitenciaría Nacional; hace poco lo mencionó Cristina en un discurso.
Claro. En la época de mi viejo las cárceles eran increíbles, y eso lo tengo todo documentado. Si te muestro fotos de la cárcel de Las Heras vos creés que es un colegio industrial. Los presos usaban unas máquinas increíbles; hacían cualquier cosa. Mi viejo decía que la única manera de que haya un buen sistema carcelario era teniendo al preso ocupado, y trabajando para reinsertarlo. Se los capacitaba y en un año eran torneros o técnicos. Todo el pan dulce que repartía Perón se hacía en la Penitenciaría Nacional.
Volviendo a lo tuyo, ¿vas a dejar la televisión?
Sí, te doy la exclusiva. Sigo con la radio, obvio, porque de algo tengo que vivir y me permite estar relajado, sin el cuidado por la estética y el estrés al que te somete la televisión. Voy a dedicarme de lleno al free jazz y el stand up. Hace 35 años que quiero hacer stand up; desde que vi Lenny. Mi ilusión era vivir en Nueva York con un puestito de panchos. Claro, porque para ser pobre prefiero vivir allá. Allá, a la noche podés ir a escuchar jazz. Acá tenés que irte a dormir o mirar a Tinelli.
Henry Grimes Now! Quartet
Thu Mar 15 2012
Time Out says
Miraculously resurgent bassist, violinist and poet Henry Grimes waxes ecstatic with an intensely promising foursome, featuring Dave Burrell at the piano, Tyshawn Sorey on drums and rising Argentine saxophonist Roberto Pettinato.
Miraculously resurgent bassist, violinist and poet Henry Grimes waxes ecstatic with an intensely promising foursome, featuring Dave Burrell at the piano, Tyshawn Sorey on drums and rising Argentine saxophonist Roberto Pettinato.