Los Brujos: Regreso a los 90
Por Sebastián Ramos
Domingo 26 de julio de 2015
El cuarto álbum de Los Brujos, Pong! llega esta semana, veinte años después de su antecesor (Guerra de nervios, 1995), para completar la discografía de una banda que siempre parece ir detrás de imposibles. Esta vez, lograr que el tiempo transcurrido entre uno y otro disco se evapore, no exista. Para tal embrujo, la banda incluso decidió retomar los demos que había abandonado allá por 1998, antes de disolverse en el aire, registrados entonces con la participación de Gabo Manelli en el bajo (el músico y amigo que se destacó compositivamente en Babasónicos y que falleció en 2008).
La espera terminó y Pong! está aquí. Pero antes de poner play habrá que advertir que el trabajo sonoro del álbum hace que el viaje sea más placentero con auriculares, como si la banda hubiera vuelto a insistir en el estudio de grabación con ese plan psicodélico que explora el sonido envolvente y las posibilidades del paneo en estéreo. Nada de parlantitos de PC por favor, al menos por hoy. Así, el arranque con "Beat Hit" marca el regreso de Los Brujos a puro rock, con las guitarras de Gabriel Guerrisi y Fabio Pastrello, hoy detrás de Etna Rocker y Huinka, impulsando a la banda en este arduo desafío musical que decidieron afrontar después de tantos años.
De allí en más, Pong! encuentra su lugar justo ahí donde Los Brujos lo habían dejado, a fines de la década del 90, con la energía y el cóctel molotov de entonces, que mezclaba hard-beat, punk y a go go, aunque, habrá que admitirlo, cambiando riesgo por madurez y locura por precisión. "Buen humor", "Histeria total" y "Hank" más que redoblar la apuesta de "Beat Hit" la consolida en la búsqueda de esa continuidad anunciada. No es tarea sencilla teletransportar al mundo entero veinte años atrás, ni siquiera para un aquelarre como éste. Porque con Pong! Los Brujos no parecen escapar hacia delante sino recrear un espacio sin tiempo en el que ellos mismos se sienten amos y señores.
"Te estás portando como un rolling stone" canta la dupla ahora escondida tras los seudónimos ZPQ y Elle Iluminatti, justo antes de susurrar con aire tenebroso eso de "No soy John, no soy John". Juegos, guiños y códigos para todas y todos en dos canciones en las que las guitarras pelean entre el solo metalero y la urgencia punk. "No, no, yo no soy John, yo no soy John."
"Gagarin" se lleva uno de los puntos más altos del álbum, mientras el instrumental "Pong" recuerda que ellos escuchaban a The Ventures tanto como Quentin Tarantino antes de alcanzar la popularidad con Pulp Fiction. El cierre con el tributo más explícito, el tema bautizado directamente "Gabo", los devuelve a ese juego de rock crudo y mantras sónicos que supo ser su sello. Un retorno a un sonido que Los Brujos se pueden permitir dos décadas después porque en todo ese tiempo nadie ocupó su lugar. Mucho menos si se piensa más allá de los auriculares y se tiene en cuenta la estética que acompaña a este regreso.
Los Brujos volvieron para estar en el mismo lugar, sin la necesidad de sonar nostálgicos. Y si bien las doce canciones de Pong! dejan flotando la deuda de lo que uno podía imaginar un salto al vacío, parte del adn de la banda en los 90 y combustible fundamental en sus inicios, hoy lo reemplazan con madurez y cierto espíritu clásico que los años le han dado. Ojalá haya más brujos por delante. O en el mismo lugar, da igual.
Los Brujos - Beat Hit - Pong! (2015)