Sergio Leone, en cinco capítulos
Martes 21 de febrero de 2012
Por Fernando López
El entrañable Eli Wallach, que cumplió en diciembre los 96, todavía debe de recordar que en los años sesenta, cuando vinieron a proponerle personificar a un cazarrecompensas en un western spaghetti que iba a filmarse en Europa, él repuso que lo de western spaghetti le sonaba tan improbable como una pizza hawaiana. Sin embargo, aceptó el papel del feo y malicioso Tuco de El bueno, el malo y el feo , probablemente porque ya sabía que del otro lado del Atlántico un romano llamado Sergio Leone estaba avanzando seriamente en la renovación de un género que hacía tiempo acusaba señales de agotamiento, y lo hacía echando una mirada irónica (y también quizá algo melancólica) sobre los estereotipos del género. Para Wallach -él mismo lo decía- ese personaje que representó al lado de Clint Eastwood y Lee Van Cleef, fue "una bendición".
Para Leone, significó la consolidación de un estilo personalísimo hecho de hipérboles, de bruscos contrastes (enormes tomas panorámicas alternadas con primerísimos primeros planos, lentas progresiones seguidas por acciones a la velocidad de la luz), largos silencios y el decisivo aporte de la música de Ennio Morricone. Lo había ido definiendo desde que -tras una larga experiencia como asistente de grandes realizadores italianos y norteamericanos (De Sica, Blasetti, Walsh, Zinnemann, Wise, Wyler), y de un debut con El coloso de Rodas (1961), donde se lo había notado indeciso entre tomar la historia en serio o echar sobre ella una mirada irónica- había ingresado en el mítico y polvoriento Oeste para encarar las dos primeras partes de su trilogía del dólar: Por un puñado de dólares (1964) y Por unos dólares más (1965). Estas dos películas fueron las que también hicieron famoso a aquel hombre sin nombre que Clint Eastwood llevó al extremo del laconismo porque (después se supo) no había un idioma que facilitara el diálogo entre él y el director. El bueno, el malo y el feo sería el paso previo a Erase una vez en el Oeste , casi una antología del western, la quintaesencia misma del spaghetti y -para muchos- la obra maestra del cineasta italiano, cuya influencia, a pesar de la relativa brevedad de su obras (sólo rodó siete títulos) se extiende hasta hoy.
El spaghetti-western pareció una moda y duró unos diez años. Pero tras su paso, el género ya no era el mismo: había perdido el optimismo, el puritanismo y el aliento nacionalista de las anteriores etapas: había sido deconstruido y estaba listo para dejar Cinecittà y los áridos paisajes españoles generalmente empleados como escenarios y volver, renovado, al verdadero Far West.
Los cuatro títulos fundamentales de aquella etapa, más Erase una vez en América , que sería el último film rodado por Leone antes de su muerte en 1989, cuando apenas había cumplido 60 años, podrán verse ahora en el breve ciclo que la Cinemateca desarrollará desde el sábado en la sala Lugones. Las copias que se verán han sido restauradas para su lanzamiento en Blu-ray, lo que resulta especialmente importante en el caso de Erase una vez en América , una obra de compleja estructura narrativa que había sido torpemente reeditada en la época de su estreno en los Estados Unidos.
http://www.lanacion.com.ar/1450287-sergio-leone-en-cinco-capitulos
Martes 21 de febrero de 2012
Por Fernando López
El entrañable Eli Wallach, que cumplió en diciembre los 96, todavía debe de recordar que en los años sesenta, cuando vinieron a proponerle personificar a un cazarrecompensas en un western spaghetti que iba a filmarse en Europa, él repuso que lo de western spaghetti le sonaba tan improbable como una pizza hawaiana. Sin embargo, aceptó el papel del feo y malicioso Tuco de El bueno, el malo y el feo , probablemente porque ya sabía que del otro lado del Atlántico un romano llamado Sergio Leone estaba avanzando seriamente en la renovación de un género que hacía tiempo acusaba señales de agotamiento, y lo hacía echando una mirada irónica (y también quizá algo melancólica) sobre los estereotipos del género. Para Wallach -él mismo lo decía- ese personaje que representó al lado de Clint Eastwood y Lee Van Cleef, fue "una bendición".
Para Leone, significó la consolidación de un estilo personalísimo hecho de hipérboles, de bruscos contrastes (enormes tomas panorámicas alternadas con primerísimos primeros planos, lentas progresiones seguidas por acciones a la velocidad de la luz), largos silencios y el decisivo aporte de la música de Ennio Morricone. Lo había ido definiendo desde que -tras una larga experiencia como asistente de grandes realizadores italianos y norteamericanos (De Sica, Blasetti, Walsh, Zinnemann, Wise, Wyler), y de un debut con El coloso de Rodas (1961), donde se lo había notado indeciso entre tomar la historia en serio o echar sobre ella una mirada irónica- había ingresado en el mítico y polvoriento Oeste para encarar las dos primeras partes de su trilogía del dólar: Por un puñado de dólares (1964) y Por unos dólares más (1965). Estas dos películas fueron las que también hicieron famoso a aquel hombre sin nombre que Clint Eastwood llevó al extremo del laconismo porque (después se supo) no había un idioma que facilitara el diálogo entre él y el director. El bueno, el malo y el feo sería el paso previo a Erase una vez en el Oeste , casi una antología del western, la quintaesencia misma del spaghetti y -para muchos- la obra maestra del cineasta italiano, cuya influencia, a pesar de la relativa brevedad de su obras (sólo rodó siete títulos) se extiende hasta hoy.
El spaghetti-western pareció una moda y duró unos diez años. Pero tras su paso, el género ya no era el mismo: había perdido el optimismo, el puritanismo y el aliento nacionalista de las anteriores etapas: había sido deconstruido y estaba listo para dejar Cinecittà y los áridos paisajes españoles generalmente empleados como escenarios y volver, renovado, al verdadero Far West.
Los cuatro títulos fundamentales de aquella etapa, más Erase una vez en América , que sería el último film rodado por Leone antes de su muerte en 1989, cuando apenas había cumplido 60 años, podrán verse ahora en el breve ciclo que la Cinemateca desarrollará desde el sábado en la sala Lugones. Las copias que se verán han sido restauradas para su lanzamiento en Blu-ray, lo que resulta especialmente importante en el caso de Erase una vez en América , una obra de compleja estructura narrativa que había sido torpemente reeditada en la época de su estreno en los Estados Unidos.
http://www.lanacion.com.ar/1450287-sergio-leone-en-cinco-capitulos
Per qualche dollaro in più - For a Few Dollars More (1965) (Trailer)
Leone en la Lugones
Domingo, 26 de febrero de 2012
Sergio Leone: Cinco Clásicos Restaurados es el nombre del ciclo de cine que se está desarrollando, hasta el viernes próximo, en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530). El ciclo, organizado por el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina, está integrado por cinco largometrajes del gran director italiano, maestro del spaghetti-western, quien vuelve a la pantalla grande con sus mejores films, restaurados para su lanzamiento en Blu-ray. Hoy, a las 14.30 y 19.30, se proyectará Erase una vez en América (Once Upon a Time in America; EE.UU./Italia, 1984). El martes próximo, a las 14.30 y 19.30, se podrá ver El bueno, el malo y el feo (Il buono, il brutto, il cattivo; Italia/España/Alemania Federal, 1966, foto). El miércoles 29, a las 14.30, 18 y 21, se verá Por unos dólares más (Per qualche dollaro in più; Italia/España/Alemania Federal, 1965). El jueves 1º de marzo, a las 14.30, 17, 19.30 y 22, Por un puñado de dólares (Per un pugno di dollari, Italia/España/Alemania Federal, 1964). Y el viernes próximo finalizará el ciclo con Erase una vez en el Oeste (C’era una volta il est, Italia/EE.UU., 1968), que se proyectará a las 14.30, 18 y 21.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/3-24453-2012-02-26.html
Il Buono, il brutto, il cattivo - The Good, the Bad and the Ugly (1966) (Trailer)