Boris Vian
(Escritor, trompetista de jazz, poeta, ingeniero, actor, inventor, pintor, dramaturgo, director)
Por Javier Memba
Tal vez sea una canción, 'El desertor' -la más bella expresión del pacifismo que la historia registra-, su obra más conocida, pero Boris Vian -sentado a la derecha de Sartre en la mesa del existencialista-, fue muchas más cosas además de un gran cantante. El más aventajado discípulo de Alfred Jarry también fuer un escritor de variados registros, compositor musical, trompetista ingeniero y actor. Ahora bien, su diversificación no le impidió demostrar idéntico talento en todas las labores emprendidas.
Diríase que Boris Vian siempre supo que habría de vivir muy poco -murió con 39 años- y que por ello desarrolló una actividad tan frenética. Diríase también, a tenor de su diversidad, que fue un hombre del renacimiento, pero lo cierto es que fue una de las mentes más preclaras de la postguerra, un verdadero precursor del pensamiento progresista de la segunda mitad del siglo XX. Lo más sorprendente, habiendo hecho tantas cosas en tan poco tiempo, es que, pese a su prematura muerte, su bibliografía, que sobrepasa la veintena de títulos, incluyendo sus novelas, piezas teatrales, ensayos y colecciones de poemas, sea una obra completa. Boris Vian murió joven, en efecto, pero todas sus grandes páginas ya estaban escritas. A diferencia de tantos autores cuya obra queda truncada por su repentina muerte, la del maestro francés es una bibliografía completa.
Miles Davis & Boris Vian
Pasión por el jazz Nacido en Ville-d'Avray en1920, la enfermedad -un reumatismo articular que acabaría degenerando en una cardipatía- se manifiesta por primera vez en él cuando el futuro ingeniero sólo cuenta 12 años. Meses después, apenas recuperado, forma su primera orquesta de jazz. El jazz habría de ser una de sus grandes pasiones, de ahí su simpatía por los negros, que inspiraría una de sus mejores novelas: 'Escupiré sobre vuestra tumba´.Mucho antes, en 1938, esa misma pasión por los sonidos estadounidenses le lleva a comenzar a estudiar trompeta. De nada sirve que los médicos le digan que los esfuerzos que requiere la práctica de dicho instrumento son perniciosos para su afección cardíaca.
Licenciado en Ingeniería en 1943, ideará insólitos puentes para París para que los coches se dejen caer por ellos sin gastar gasolina. De más está decir que nunca llegarán a construirse. Lo que sí llama la atención en el París de 1946 son las colaboraciones de Vian en publicaciones como 'Temps Modernes', 'Combat' y 'Jazz Hot'. Unas y otras posibilitan la publicación de su primera novela, 'Vercoquin y el plancton' (1946), donde ironiza sobre el desenfreno de la juventud del momento. Pero será el éxito obtenido por la ya citada 'Escupiré sobre vuestra tumba', publicada ese mismo año, la que le permita dedicarse profesionalmente a la literatura. Firmada con el seudónimo de Vernon Sullivan -"non de plume" con el que aparecerán todos sus "thrillers", genero que cultivará con asiduidad- la historia que se nos cuenta en ella es la de un negro blanco que, aprovechando su peculiaridad epidérmica, venga a su hermano -de piel oscura- asesinado por racistas blancos. Durante varios meses, todo París creerá que la obra es original de un negro estadounidense. Cuando se descubre que su autor es Boris Vian, el escritor y su editor se verán sometidos a un proceso judicial en el que se les condenara por "ultraje a la moral y a las buenas costumbres". Al cabo, todo el escándalo redundará en un insospechado éxito de ventas para el libro.
Sarcástico sentido del humor
Siempre imbuido por un sarcástico sentido del humor, y sin dejar por ello de tocar la trompeta y cantar en las "caves" de Saint-Germain-des-Près, las publicaciones bien firmadas con su nombre, bien con el de Vernon Sullivan, se suceden a un ritmo vertiginoso. Así, en 1947 aparecen 'La espuma de los días', 'El otoño en Pekín´ verdadero homenaje a su maestro, Jarry- y 'Todos los muertos tienen la misma piel'. En el 48 aparecerán 'Que se mueran los feos' y 'Con las mujeres no hay manera', dos nuevos "thrillers" de Sullivan, y su primera pieza teatral 'L'Equarrissage pour tous'. Sin detenerse apenas a saborear las mieles del éxito, siendo ya uno de los más aplaudidos representantes de la bohemia del Barrio Latino, acepta la dirección de un par de compañías discográficas e incluso interpreta un pequeño papel en la película "Nuestra señora de París". En su otoño años, la misma crítica que antaño le ensalzara comienza a denostarle: sus últimas novelas, son ignoradas por la prensa. Ya en 1959, cuando Boris Vian muere en París, desaparece con él una de las mentes más preclaras de la orilla izquierda del Sena.
http://www.elmundo.es/elmundolibro/2001/06/24/anticuario/993225708.html
Licenciado en Ingeniería en 1943, ideará insólitos puentes para París para que los coches se dejen caer por ellos sin gastar gasolina. De más está decir que nunca llegarán a construirse. Lo que sí llama la atención en el París de 1946 son las colaboraciones de Vian en publicaciones como 'Temps Modernes', 'Combat' y 'Jazz Hot'. Unas y otras posibilitan la publicación de su primera novela, 'Vercoquin y el plancton' (1946), donde ironiza sobre el desenfreno de la juventud del momento. Pero será el éxito obtenido por la ya citada 'Escupiré sobre vuestra tumba', publicada ese mismo año, la que le permita dedicarse profesionalmente a la literatura. Firmada con el seudónimo de Vernon Sullivan -"non de plume" con el que aparecerán todos sus "thrillers", genero que cultivará con asiduidad- la historia que se nos cuenta en ella es la de un negro blanco que, aprovechando su peculiaridad epidérmica, venga a su hermano -de piel oscura- asesinado por racistas blancos. Durante varios meses, todo París creerá que la obra es original de un negro estadounidense. Cuando se descubre que su autor es Boris Vian, el escritor y su editor se verán sometidos a un proceso judicial en el que se les condenara por "ultraje a la moral y a las buenas costumbres". Al cabo, todo el escándalo redundará en un insospechado éxito de ventas para el libro.
Sarcástico sentido del humor
Siempre imbuido por un sarcástico sentido del humor, y sin dejar por ello de tocar la trompeta y cantar en las "caves" de Saint-Germain-des-Près, las publicaciones bien firmadas con su nombre, bien con el de Vernon Sullivan, se suceden a un ritmo vertiginoso. Así, en 1947 aparecen 'La espuma de los días', 'El otoño en Pekín´ verdadero homenaje a su maestro, Jarry- y 'Todos los muertos tienen la misma piel'. En el 48 aparecerán 'Que se mueran los feos' y 'Con las mujeres no hay manera', dos nuevos "thrillers" de Sullivan, y su primera pieza teatral 'L'Equarrissage pour tous'. Sin detenerse apenas a saborear las mieles del éxito, siendo ya uno de los más aplaudidos representantes de la bohemia del Barrio Latino, acepta la dirección de un par de compañías discográficas e incluso interpreta un pequeño papel en la película "Nuestra señora de París". En su otoño años, la misma crítica que antaño le ensalzara comienza a denostarle: sus últimas novelas, son ignoradas por la prensa. Ya en 1959, cuando Boris Vian muere en París, desaparece con él una de las mentes más preclaras de la orilla izquierda del Sena.
http://www.elmundo.es/elmundolibro/2001/06/24/anticuario/993225708.html
Boris Vian