Chatarra para un sonido melodioso
Christopher Lamb, el principal percusionista de la Filarmónica de Nueva York, se unió a otros colegas para tocar en las presentaciones de "Kraft" de Lindberg.
Por DANIEL J. WAKIN
Christopher Lamb, el principal percusionista de la Filarmónica de Nueva York, se unió a otros colegas para tocar en las presentaciones de "Kraft" de Lindberg.
Por DANIEL J. WAKIN
Un hombre alto y prolijo con pantalones anchos y una camisa escocesa verde avanzaba rápidamente entre carrocerías de auto rotas, contenedores y pedazos de metal imposibles de identificar.
En su mano sostenía unos mazos y en su mirada un destello asomaba cada vez que descubría los pedazos de chatarra que podían transformarse en sonidos dignos de un concierto. Se detuvo frente a una pequeña pila de tambores de nafta y produjo un solo virtuoso de batería.
El hombre, Christopher Lamb, es el principal percusionista de la Filarmónica de Nueva York, y en este día caluroso de fines del mes pasado se unió a otros colegas de la orquesta y al compositor Magnus Lindberg en la búsqueda de pedazos de metal en un depósito de chatarra para tocar en las presentaciones de "Kraft" de Lindberg.
Se trata de una obra gigantesca y complicada para orquesta, instrumentos solistas amplificados y percusión mucha percusión. Los solistas, que incluyen a un violonchelista, un clarinetista y un pianista, también deben tocar los instrumentos de percusión, muchos de éstos diseminados por la sala.
Lindberg pide a los integrantes de la orquesta que vayan a un depósito de chatarra en la zona de la función y que recojan instrumentos encontrados. "Forma parte de la tradición de la obra", dijo. "Debe tener un sonido local".
La obra, terminada en 1985, se ha ejecutado dos docenas de veces. Sus intérpretes y el propio Lindberg han ido a ver pilas de basura en lugares como la zona de Waterloo en Londres; Saint-Denis en las afueras de París; y Porto en Portugal. "Siempre me asombró la cantidad de presentaciones que ha tenido, considerando lo compleja que es", dijo Lindberg.
Lindberg, finlandés y compositor residente en la Filarmónica, dijo que su idea era inyectar un nivel de sonidos en su mayoría secos y metálicos a la batería de instrumentos de percusión convencionales, debido a su mayor resonancia. "
Es simplemente como agregar una especia, claro que una especia fuerte, como el chili".
Lindberg dijo que para escribir "Kraft" se inspiró en los compositores Edgard Varèse y Iannis Xenakis; en la música rock industrial que escuchaba cuando vivía en Berlín; y en los sonidos de la ciudad: el tránsito, las demoliciones, las construcciones.
La utilización de instrumentos de percusión encontrados no es nueva. Tiene una saludable tradición en el siglo XX, en las obras de Lou Harrison, Henry Cowell y otros.
Recientemente, un compositor de Beacon, Nueva York, Joseph Bertolozzi, creó una obra que consiste en sonidos de percusión obtenidos en un puente del río Hudson.
Lou Mannarino, el ingeniero de sonido para la presentación de "Kraft", condujo a la orquesta hasta el depósito de chatarra que estaba organizada sin rigor. Lamb se movía de un lado a otro, pasando rápidamente de una pila a otra.
Mannarino levantó un resorte.
Lamb deslizó sobre él su mazo produciendo un sonido melodioso.
"Necesito cuatro", dijo.
Blandiendo una tuerca oxidada, Lindberg aporreó un trozo de metal, que respondió como esperaba.
"Éste es un buen sonido", dijo.
Los músicos también recogieron grandes tambores cilíndricos, de aproximadamente 1,5 metro de alto, con válvulas en la parte superior, con la idea de cortarlos de diferentes tamaños para obtener distintos tonos. "Los quiero para más adelante", dijo Lamb.
Después de alrededor de una hora, los músicos volvieron a los autos. Un cliente de auto-partes se detuvo y preguntó qué estaba pasando. Cuando le dijeron que los ocupantes eran músicos, preguntó, "¿Qué cantamos?" Son de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, le informaron. "Ah, fantástico", dijo, y se fue, velozmente y sin decir ni una palabra más.
http://www.revistaenie.clarin.com/escenarios/musica/Chatarra-sonido-melodioso_0_355764578.html
En su mano sostenía unos mazos y en su mirada un destello asomaba cada vez que descubría los pedazos de chatarra que podían transformarse en sonidos dignos de un concierto. Se detuvo frente a una pequeña pila de tambores de nafta y produjo un solo virtuoso de batería.
El hombre, Christopher Lamb, es el principal percusionista de la Filarmónica de Nueva York, y en este día caluroso de fines del mes pasado se unió a otros colegas de la orquesta y al compositor Magnus Lindberg en la búsqueda de pedazos de metal en un depósito de chatarra para tocar en las presentaciones de "Kraft" de Lindberg.
Se trata de una obra gigantesca y complicada para orquesta, instrumentos solistas amplificados y percusión mucha percusión. Los solistas, que incluyen a un violonchelista, un clarinetista y un pianista, también deben tocar los instrumentos de percusión, muchos de éstos diseminados por la sala.
Lindberg pide a los integrantes de la orquesta que vayan a un depósito de chatarra en la zona de la función y que recojan instrumentos encontrados. "Forma parte de la tradición de la obra", dijo. "Debe tener un sonido local".
La obra, terminada en 1985, se ha ejecutado dos docenas de veces. Sus intérpretes y el propio Lindberg han ido a ver pilas de basura en lugares como la zona de Waterloo en Londres; Saint-Denis en las afueras de París; y Porto en Portugal. "Siempre me asombró la cantidad de presentaciones que ha tenido, considerando lo compleja que es", dijo Lindberg.
Lindberg, finlandés y compositor residente en la Filarmónica, dijo que su idea era inyectar un nivel de sonidos en su mayoría secos y metálicos a la batería de instrumentos de percusión convencionales, debido a su mayor resonancia. "
Es simplemente como agregar una especia, claro que una especia fuerte, como el chili".
Lindberg dijo que para escribir "Kraft" se inspiró en los compositores Edgard Varèse y Iannis Xenakis; en la música rock industrial que escuchaba cuando vivía en Berlín; y en los sonidos de la ciudad: el tránsito, las demoliciones, las construcciones.
La utilización de instrumentos de percusión encontrados no es nueva. Tiene una saludable tradición en el siglo XX, en las obras de Lou Harrison, Henry Cowell y otros.
Recientemente, un compositor de Beacon, Nueva York, Joseph Bertolozzi, creó una obra que consiste en sonidos de percusión obtenidos en un puente del río Hudson.
Lou Mannarino, el ingeniero de sonido para la presentación de "Kraft", condujo a la orquesta hasta el depósito de chatarra que estaba organizada sin rigor. Lamb se movía de un lado a otro, pasando rápidamente de una pila a otra.
Mannarino levantó un resorte.
Lamb deslizó sobre él su mazo produciendo un sonido melodioso.
"Necesito cuatro", dijo.
Blandiendo una tuerca oxidada, Lindberg aporreó un trozo de metal, que respondió como esperaba.
"Éste es un buen sonido", dijo.
Los músicos también recogieron grandes tambores cilíndricos, de aproximadamente 1,5 metro de alto, con válvulas en la parte superior, con la idea de cortarlos de diferentes tamaños para obtener distintos tonos. "Los quiero para más adelante", dijo Lamb.
Después de alrededor de una hora, los músicos volvieron a los autos. Un cliente de auto-partes se detuvo y preguntó qué estaba pasando. Cuando le dijeron que los ocupantes eran músicos, preguntó, "¿Qué cantamos?" Son de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, le informaron. "Ah, fantástico", dijo, y se fue, velozmente y sin decir ni una palabra más.
http://www.revistaenie.clarin.com/escenarios/musica/Chatarra-sonido-melodioso_0_355764578.html
Lou Mannarino- Engineer for the New York Philharmonic