jueves, 10 de febrero de 2011

Charles Bradley / No Time To Lose, No Time For Dreaming



Charles Bradley: No Time For Dreaming Album


Para los amantes del soul de siempre, es este fantástico álbum de debut de un genial cantante, un recién llegado de "sólo" 62 años descubierto por Gabriel Roth el co-fundador de Daptone Records. Sucede que una noche que estaba actuando coincidió que pasaba por allí Roth y familiarizó bastante con él, hasta que las conversaciones y algunas circustancias de la vida de Charles le llevaron a meterse en el estudio para grabar este "No time for dreaming". Charles le contó la última tragedia de su azarosa vida: pocos años antes, su sobrino acabó con la vida de su hermano, lo que le hundió moralmente. Gabriel Roth le contestó: “Charles, vamos a transformar esa historia en música”. Y al cabo de unos meses salió No Time For Dreaming, un disco con cierto sabor retro soul y funk.
Las similitudes con El Padrino del Soul pueden resultar evidentes, desde el aspecto físico hasta el timbre de voz, pero el disco no suena a James Brown, suena a Charles Bradley, y perfectamente podría haber sido firmado hace medio siglo y estaríamos hablando de un clásico de la música negra. En el disco se rescata la esencia pura del soul, y de ello se encargan Menahan Street Band en el apartado musical, aunque parece ser que Charles también participó en la composición. Un disco elegante y con fuerza al que lo único que le echo en falta es un poco más de frescura (entendiendo la frescura como un toque moderno) y las similitudes, en unos temas más latentes que en otros, entre Charles y James.


No Time For Dreaming se editó 25 de enero a través de Dunham Records, una nueva filial de Daptone que sólo ha necesitado dos años para establecerse como una de las más cautivadoras fuerzas creativas en la música soul. Su catálogo está repleto de verdaderas joyas del funk/soul, entre las que destaca Menahan Street Band que también colaboran en este disco.


La voz de Charles Bradley ha evolucionado a lo largo de toda una vida trabajando como cocinero desde Maine hasta Alaska, cantando y actuando en su tiempo libre, antes de volver a instalarse en Brooklyn la ciudad donde se crió y, finalmente, encontrar un acomodo musical en Dunham. Uno de los pocos momentos felices que recuerda de una difícil infancia fue en 1962, cuando su hermana lo llevó a ver a James Brown al Apolo. El no quería ir al concierto, pero su hermana prometió pagar los tickets. La energía que le transmitió Brown forjó una impresión duradera en aquel joven, volvió a su casa y de inmediato comenzó a practicar con una escoba atada a una cuerda a modo de micrófono, imitando al padrino en cada movimiento.


Es verdad, Brown está siempre presente, en su disitintivo timbre tosco, bruto, único y bello se escucha la inconfundible voz conmovedora de la experiencia en cada nota, en cada inflexión brusca, quizás reflejo de su azaroso y tortuoso camino personal. Bajo la producción de Brenneck (también miembro de The Dap-Kings y The Budos Band) -su alma gemela musical con el que lleva años trabajando codo con codo- da rienda suelta a todos los demonios y angustias que lleva dentro a través el viejo soul de siempre; donde la voz, los arreglos musicales o hasta la iconografía de la portada del disco nos recuerdan aquellos tiempos gloriosos. Quienes conocen a Charles lo consideran uno de los seres humanos más cariñosos, humildes, honestos y auténticos que nunca han conocido. Pasó la mayor parte de su vida soñando con algo mejor, pero como indica el título de su disco el tiempo para soñar se ha terminado, ahora es tiempo de cantar, bailar y amar sin perder tiempo.


Charles Bradley "No Time For Dreaming"



Charles Bradley - The World (Is Going Up In Flames) - Feat. Menahan Street Band