Bar Jazz Plaza
El Aullido 01/12/2012
Por Luis Artigue
Querido Julio Cortázar: porque tú nos enseñaste que el jazz es una música refinada y peligrosa como todo ladrón de esmeraldas, y porque por ti estamos transidos de dolor a causa de la muerte de Rocamadour, y salimos de casa a suceder, y nos hemos referido durante años con el nombre de la Maga a una indigente loca que deambulaba con ojos de diabla contrabandista por la Calle Ancha, sé que te hubiera gustado mucho estar ahora con nosotros, aquí en León, en el bar Plaza.
Eso, el bar Plaza: un club de jazz diurno en la Plaza Pícara Justina —si existe la reencarnación Billie Holliday fue la Pícara Justina en otra vida— en el que sirven no bourbon sino vino correoso y tapas de queso azul sobre rebanadas de pan de centeno, ¿te lo puedes creer?
El bar Plaza, con miniescenario y dimensiones de club tamaño caja de cerillas, como en Harlem, tiene decoradas las paredes con instrumentos, y portadas de discos históricos, y fotografías de los músicos con estatus de leyenda con causa. Te lo juro: se trata de un local en el que a las camareras, al salir, las recuerdas llevando puesto ya sólo un pendiente como las chicas traviesas… ¡El bar Plaza es todo lo Nueva York y Nueva Orleáns que puede ser León, pero le falta sólo el insidioso, atmosférico, humo de los cigarrillos (no se puede tener todo)!
Mira, no es por darte envidia pero ahora, en León, el cielo tiene mucho de alumbrado de posguerra aunque anochece pronto como al final de los sueños y, has de saberlo, nuestras calles oscuras son también propicias para el amor y la delincuencia en la misma medida, como la música de jazz. De hecho ahora nuestros políticos lo han convertido todo en furtivo y esta ciudad tiene por eso algo también de decorado de cine negro, créeme. ¡De verdad que te gustaría!…
Es sábado y nos vamos a charlar de mañana con Antonio Gamoneda —cuya tristeza envolvente y lírica hace de él una especie de montaña con nieve perpetua; cuya tristeza sabia es el blues de las causas perdidas como diciendo sin decirlo que el dolor es un mar en el que nadie hace pie— para acabar bebiendo y maldiciendo en una mesa del Bar Plaza… Sí, querido Julio, no es por darte envidia pero aún estamos vivos, y es sábado, y nos volvemos a ver para escuchar a Lerter Young —suena Ghost of a Chance— en un local de esos que combaten con música el invierno.
León es una ciudad tan surrealista que el jazz se escucha de día, tócate los cojones, pero nuestras camareras tienen siempre un brillo de malicia que las ilumina el rostro y son expertas en sonreír como si ya nuca fuera lunes...
Querido Julio: ¡vente!
http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/bar-jazz-plaza_747941.html
Lester Young Quintet - (I Don't Stand) A Ghost of a Chance with You - The Inmortal Lester Young (1944)