lunes, 28 de junio de 2010

Javier Malosetti / Electrohope en Mendoza


Una fiesta del jazz con pulso rockero

Junto a su nueva banda Electrohope, Javier Malosetti ofreció un show en el Independencia que sumó talento, energía, entrega y buen gusto.

Cecilia Salinas - Especial para Los Andes
Lunes, 28 de junio de 2010


Nuestro teatro mayor recibió a sala llena a Javier Malosetti y su nueva banda el sábado a la noche, ante un público amplio en edades que parecía seguir sus búsquedas y recibirlas con emoción. Y también con risas. Malosetti le habla al público como si estuviera en la intimidad de su hogar y desde las butacas hay respuesta verbal, sonora, como la de los chasquidos que se mantuvieron a lo largo de toda una zapada del músico, solo.

La banda, Electrohope, no paró de mostrar su talento y energía. Malosetti, orgulloso de los músicos sub 30 con los que grabó su placa número diez, fue presentándolos a lo largo del show, al darse las improvisaciones propias de la banda de swing. Pero también hubo momentos particulares, como aquél en el que se pudo escuchar a Nico Rafetta, el tecladista, en una larga zapada de rithym and blues que hizo bailar a los escuchas en sus asientos.

El espectáculo, que fue caminando por el orden de “Ten” (la última placa, cuyo título juega con el significado inglés de “diez” pero también en castellano conlleva una connotación de “entrega”), hizo a Malosetti pasar del bajo tradicional a su M2: un instrumento de doble mástil construido para él por Mariano Maese, compuesto por un bajo de cinco cuerdas y una guitarra.

Acompañado también por efectos (como el octavador para el bajo, parte de su sello personal), el sonido eléctrico de estas canciones tuvo momentos altísimos, como en “Disco inferno” o en “Maybe I’m a Leo” (cover de Deep Purple incluido en “Machine Head”). Otros momentos, como aquél en el que Javier y Hernán Segret cantaron “Bring me in your cup”, fueron emocionantes cantos corales con el público.

Con matices y sin altibajos, con lo emocionante del toque propio de Malosetti y su paseo por las cuerdas en forma vertiginosa, brotó esa energía que puede sentirse en el ensayo de una banda que se entiende (y que se comunica todo el tiempo a través de miradas y risas), con los riesgos musicales y su adrenalina y también el ritmo del corazón que comparten Malosetti y su público: el blues. “Cómo les gusta el blues a los mendocinos”, dijo riéndose.

Y alabó de Mendoza sus vinos, mientras buscaba el próximo efecto y salpicaba con alguna anécdota de sus músicos, entre los que se contaba, además, la presencia de su asistente desde hace tiempo y también percusionista: Damián Carballal, encargado también de hacer aparecer el bajo y el M2 en escena.
El sonido y las luces acompañaron muy bien el espectáculo que tampoco careció de escenas intimistas, como esa canción en la que Malosetti, según confesó, develaba su costado “tierno”, o aquellas en que los sonidos se elevaban como en un recital de rock.

El humor, también infaltable, acercó comentarios desde el público y respuestas del músico. Las canciones de “Ten”, con una banda potente y fluida, conjugaron las raíces de la música negra con la elegancia, el swing y el sonido inconfundible de un Javier Malosetti que sigue creciendo con cada una de sus creaciones.

http://www.losandes.com.ar/notas/2010/6/28/estilo-499152.asp


Javier Malosetti- Electrohope- “Ten”