viernes, 30 de diciembre de 2011

Nina Simone / The Spell of the Princess Noire




Una diva al borde del abismo

 
Una biografía relata la exitosa y trágica existencia de una artista fundamental en la canción del siglo XX.


JESÚS MIGUEL MARCOS- MADRID 24/12/2011 08:00

 
Nina Simone nació en un bar húmedo de Nueva Jersey, con el suelo cubierto de serrín para secar el alcohol vertido". Este hubiera sido un buen inicio para La vida a muerte de Nina Simone, pero David Brun-Lambert lo reservó para un párrafo escondido en mitad de una exhaustiva biografía que acaba de publicar en España la editorial Global Rhythm Press.

Es cierto, Nina Simone tomó su nombre allí, en "un tugurio como centenares de otros, con el aire saturado por el humo de los cigarrillos", porque no soportaba más la frustración de ser quien había sido hasta entonces: Eunice Waymon (su nombre de pila), mujer, pobre y negra en una sociedad machista y racista que volaba hacia la gloria del desarrollo económico capitalista. Corría el año 1954, tenía 21 años y demasiado pasado que asimilar (o directamente borrar).

Su vida está recorrida por un misterio que Brun-Lambert sólo desvela al final del libro, escondiendo como un prestidigitador la causa última e íntima de la tormentosa existencia de una de las grandes divas de la canción del siglo XX.

"Su música me acompañó durante años, esas canciones me tocaban íntimamente como las de ninguna otra cantante. Escribiendo el libro descubrí más cosas, a una mujer dividida entre fuerzas opuestas: una infancia en un ambiente religioso, el deseo de convertirse en la primera concertista clásica afroamericana, la experiencia de sufrir el racismo, su primer éxito, su lucha en el movimiento por los derechos civiles, sus accesos de locura y, finalmente, una larga recaída hasta su muerte, lo que la convirtió en un personaje trágico", explica a Público Brun-Lambert.

La música estaba dentro

 
Nina Simone fue una niña prodigio. Nacida en Tryon (Carolina del Norte) en plena Gran Depresión, su familia vivió durante años de trabajos precarios y un huerto. Y de la religión y, claro, la música. Las canciones religiosas fueron la banda sonora de su infancia, melodías que pronto aprendió a tocar al piano. A los dos años ya balbuceaba las notas del God Be With You Till We Meet Again al órgano. "La música está dentro de ti", le decía su madre.

En su pueblo la conocían como "el pequeño prodigio": a los 5 años ya era la pianista titular de su parroquia. Su familia depositó en ella todas sus esperanzas de salir de la pobreza. Cuando su casa se quemó por un accidente doméstico, lo primero que salvaron fue el armonio. Pero el sueño se desvanecería la última semana de agosto de 1950, cuando Nina Simone suspendió el examen de ingreso en el instituto Curtis. La puerta a la música clásica se cerró de golpe.

Ella siempre atribuyó este fracaso al color de su piel, aunque su biógrafo no lo tiene tan claro: "Es cierto que la escena clásica era ultraconservadora, pero es posible que ella no tuviera el talento necesario. Hay grabaciones en las que interpreta las Goldberg Variations, de Bach, que no se pueden comparar, por ejemplo, con Glenn Gould. Nina no tocaba de forma estrictamente tradicional, había algo único en su sensibilidad, en su toque".

Su camino se reorientó entonces hacia los clubs de Nueva Jersey, Philadelphia y Nueva York, donde Simone se inició en el canto a partir de estándares de jazz. Publicó su primer disco en 1957. Little Girl Blue se lanzó casi sin ruido: incluso ella lo descubrió en el despacho de su agente semanas después de su lanzamiento, sin que nadie le hubiera avisado.

No parecía que ese disco fuera a cambiar nada, lo que la conducía a un escenario dramático. Continuaba con su gira por los clubs de Nueva York, que la abocaban a una situación económica frágil y a buscarse trabajos alimenticios, como limpiar casas, mientras su primer marido, con el que se había casado únicamente para escapar de la soledad, vivía en una permanente borrachera. Pronto sería ella la que se agarraría al alcohol para soportar las jornadas de 15 horas entre el trabajo, las clases de piano y los conciertos.

Sin embargo, el éxito de sus canciones la conduciría definitivamente hacia otros territorios. Así como un solo día, el de la audición del Curtis, la había enterrado, una sola noche, la de su concierto en el Town Hall de Nueva York, lanzó su carrera. Se trataba de un recinto de conciertos de música clásica y aunque no interpretó esa noche a su adorado Bach, parecía inspirada por su espíritu.



Un descapotable sin carnet

 
El 12 de septiembre de 1959 Nina Simone se convirtió en la heredera de Billie Holiday, con la crítica rendida a su voz y su forma de interpretar clásicos como Porgy, Summertime o Exactly Like You. Los contratos comenzaron a lloverle y, con ellos, el dinero. Al año siguiente, recibía un cheque de 10.000 dólares sólo por derechos de interpretación: se compró un Mercedes descapotable, y eso que no tenía carnet de conducir.

En 1963, 37 personas vivían de Nina Simone. Liberarse de la estrechez económica le permitió abrirse a otras realidades. Su mundo, a pesar de haberse emancipado de su familia, de los viajes y del triunfo profesional, había sido demasiado pequeño hasta entonces. Todo giraba en torno a ella y a su piano y, aunque eso le había llevado al éxito, también le había acarreado no pocos problemas familiares que le impedían alcanzar una mínima estabilidad emocional. Sus comportamientos erráticos y los arrebatos paranoicos cada vez eran más frecuentes.

Entonces conoció a Lorraine Hansberry, una figura de la vida intelectual negra del Village neoyorquino, que despertó su conciencia política y de clase. "Su participación en la lucha por los derechos civiles no fue motivada por un deseo ardiente de ver a su gente liberada. Había algo mucho más personal en ese compromiso: el deseo de venganza contra un mundo, el de los blancos, que había destrozado el sueño de su infancia de convertirse en la primera concertista clásica negra", explica el autor de la biografía.

Aunque su marido y manager, Andy Stroud, intentó apartar por todos los medios a su mujer de la política, Nina Simone se zambulló de lleno en la lucha: "Decidí consagrar tanto tiempo como la lucha necesitara a que los negros obtuvieran justicia, libertad e igualdad ante la ley y lo haría hasta conseguir la victoria final", escribió en su autobiografía, I Put a Spell on You, publicada en 1992.

Así comenzó a escribir sus primeras canciones protesta, que se convirtieron en una constante a partir de entonces. Nacían de la furia interna que le provocaban los acontecimientos que estaba viviendo la comunidad negra, pero también de su propia situación personal: casada con un hombre que se preocupaba más por sus negocios que por ella, peleando con la industria discográfica y sufriendo su propio carácter, que le llevaba a reaccionar de forma violenta y agresiva en según qué situaciones.


Tormenta y descalabro


En los setenta dejó EEUU tras negarse a pagar impuestos en protesta por la guerra de Vietnam. Separada de su marido y distanciada de su hija, vivió en Barbados (donde tuvo una relación con el que sería más tarde primer ministro), Liberia, Holanda, Francia y Suiza. "Comenzaron dos décadas de vagabundeo a través de circunstancias trágicas que culminaron, a principios de los noventa, con un inesperado regreso", relata Brun-Lambert.

El éxito de My Baby Just Cares como sintonía de un anuncio de Channel le devolvió la repercusión que había obtenido durante los años sesenta. Parte de la responsabilidad de la resurrección de Simone la tuvo su amiga Gerrit de Bruin, que la acompañó en sus épocas más depresivas.

El origen de semejante inestabilidad, visible en sus reacciones enfurecidas en algunos de sus conciertos, lo descubrió a finales de los ochenta, cuando fue diagnosticada como bipolar. "Su enfermedad, desconocida durante tantos años, fue central en su arte: explica la extraordinaria intensidad de sus interpretaciones. Asimismo, explica sus numerosas depresiones. En resumen, Nina estaba loca y esa locura fue la base de su caótica trayectoria y de los aspectos más destacables de su trabajo", sostiene Brun-Lambert.

"Moriré a los 70 porque después sólo hay dolor", dijo. Y lo cumplió el 21 de abril de 2003, en el sur de Francia. Tenía cáncer de pecho y el dolor había sido suficiente




Nina Simone - Feeling Good




miércoles, 28 de diciembre de 2011

Alan "Blind Owl" Wilson / A Tormented Legend of Blues


Alan Wilson : El Blues del Búho Ciego

2011-12-24•Academia

Por Hugo García Michel

Al igual que algunas de las mayores leyendas del rock, él también murió a los 27 años. Le decían “Blind Owl”, el búho ciego, y fue no sólo uno de los grandes conocedores y rescatadores del blues de los años sesenta, sino también un gran innovador en el género. Como líder musical e intelectual (resultaba algo semejante a lo que hoy llamamos un nerd) de esa gran banda que fue Canned Heat, Alan Wilson era la cara opuesta y a la vez complementaria de su principal socio de aventuras y cofundador del grupo: el cantante Bob “The Bear” Hite.

Nacido el 4 de julio de 1943, en Boston, Massachusetts, desde muy chico tuvo problemas de autoestima, provocados en gran parte por la mala relación con su padre, quien lo rechazaba, y por su pronunciado astigmatismo, situación que lo obligó a usar unos enormes lentes de fondo de botella que le dieron su célebre apodo. Su introversión lo hizo buscar refugio en dos elementos que lo ayudaron no sólo a sobrellevar la infancia y adolescencia, sino a sobreponerse hasta convertirse en un talentoso creador artístico. Dichos elementos eran su amor por el entorno natural de los grandes bosques (sentía una enorme admiración por esos árboles gigantescos que son las secoyas) y su pasión por el blues. Estudió música en la Universidad de Boston y comenzó a presentarse en el circuito de cafés de Cambridge, donde cantaba y tocaba la armónica acompañado por su guitarra, al tiempo que investigaba y redescubría el legado de blueseros legendarios como Son House.

A mediados de los años sesenta se mudó a la ciudad de Los Ángeles, donde conoció al “Oso” Hite, con quien compartía el gusto por la música de los negros estadunidenses y juntos fundaron la que quizás haya sido la mejor banda de rock blues conformada por blancos: Canned Heat, cuyo baterista era el mexicano (proveniente de los Sinners) Adolfo “Fito” de la Parra.

Aunque el front man del grupo era Hite, el cerebro y alma era Wilson, quien escribió algunos de los mejores temas del Calor Enlatado, como “Going up the country” y ese boogie hipnótico y psicodélico que es “On the road again”, en los que se podía escuchar su peculiar falsetto, agudo y ululante. El quinteto estuvo presente en los dos más celebrados festivales de aquella década: Monterey y Woodstock. Sin embargo, a pesar de su éxito, el “Búho” sufría debido a su escasa popularidad con las groupies, quienes lo rechazaban con frecuencia por su hermetismo, su timidez y su escasa galanura. Esto lo deprimía enormemente y lo hacía consumir alcohol y toda clase de pastillas, además de las drogas “clásicas” de la época. Hasta que no pudo más. El 3 de septiembre de 1970, su cuerpo desnudo fue encontrado dentro de una bolsa de dormir, en medio de un bosque en Topanga Canyon, California. Ahí, en medio de la naturaleza que tanto amaba, se quitó la vida con una sobredosis de barbitúricos. No quiso seguir adelante. El blues del búho ciego hizo sonar su último acorde de la manera más triste. Alan Wilson no volvería a estar en el camino otra vez.

http://impreso.milenio.com/node/9084612



"On The Road Again" Alan Wilson W/ Canned Heat (1968)

martes, 27 de diciembre de 2011

Sam Rivers / Loft Jazz Scene Pioneer Avant-garde Jazz Saxophonist, Flutist, Bandleader & Composer



La leyenda del jazz Sam Rivers muere en EEUU a los 88 años

AFP Fecha: 12/27/2011

El saxofonista Sam Rivers, uno de los grandes del jazz de improvisación y de vanguardia, murió a los 88 años de neumonía en Orlando (Florida, sureste de EEUU), confirmó su familia este martes.

Nacido en Oklahoma (centro sur) en el seno de una familia de músicos, Rivers adoptó el estilo musical "bebop" en los años 50 e hizo giras con la cantante Billie Holiday, antes de integrar la banda de Miles Davis en 1964, con quien grabó el disco en vivo "Miles in Tokyo" en ese mismo año.

Rivers grabó una serie de innovadores álbumes de su propia autoría para la disquera Blue Note, entre ellos "Fuchsia Swing Song". También tocó junto con el bajista Dave Holland y el baterista Tony Williams.

En 1970, Rivers y su esposa Bea estrenaron un apartamento en el corazón de Nueva York, al que llamaron Studio Rivbea y cuyas puertas estaban siempre abiertas para los músicos y aficionados al jazz.

En poco tiempo, este lugar se convirtió en piedra angular del movimiento "Loft Jazz Scene", que se popularizó en los años 70 en Nueva York y que consiste en hacer conciertos en grandes apartamentos, que son de hecho reciclajes de fábricas y almacenes en desuso.

En los años 80, Rivers tocó durante cuatro años con la banda United Nations de John Birks "Dizzy" Gillespie, para luego establecerse en Orlando y formar su propia banda.

"A mis ojos, mi padre estuvo de vacaciones toda su vida", dijo su hija y mánager Monique Rivers Williams el lunes al diario The Orlando Sentinal, al informar del fallecimiento.

"Él solía decirme: 'Estoy trabajando, pero disfruto cada momento de ello'", explicó.

"'Jubilarse' no formaba parte de su vocabulario. Él solía preguntarme: ¿Para qué tenemos esa palabra?", añadió.

http://feeds.univision.com/feeds/article/2011-12-27/la-leyenda-del-jazz-sam


Beatrice - Sam Rivers - Fuchsia Swing Song Album. Sam Rivers: Tenor Sax Jaki Byard: Piano Ron Carter: Bass Tony Williams:Drums- (1964)

lunes, 26 de diciembre de 2011

Miles Davis Quintet / The Bootleg Series Vol.1: Live in Europe 1967


Como Miles con zapatos nuevos

El rescate de unas grabaciones inéditas en directo llena una importante laguna en la trayectoria del trompetista

IKER SEISDEDOS - Madrid - 26/12/2011

Con Miles Davis, prodigioso trompetista de jazz y uno de los músicos más extraordinarios del siglo XX, siempre se podía contar para una buena teoría conspirativa, sobre todo si en el tinglado paranoico andaban metidos el gran capital y la opresión del hombre blanco. En sus imprescindibles memorias, Miles, la autobiografía (Alba), coescritas con Quincy Troupe, reconstruye la producción discográfica del grupo estable que mantuvo entre 1964 y 1968, también conocido como "el segundo quinteto de Miles" o sencillamente "una de las mejores formaciones de jazz de todos los tiempos". Entonces añade: "Hubo, además, unas cuantas grabaciones en vivo que supongo que Columbia publicará cuando les parezca que van a sacar de ellas más dinero; probablemente, cuando ya me haya muerto".

Hace 20 años que Davis pasó a mejor vida, y Columbia, hoy parte de Sony, se decidió recientemente, quién sabe si por autocumplir la profecía del trompetista, a liberar parte de aquel material en el histórico lanzamiento The Bootleg series, volume 1: live in Europe 1967, cofre de tres CD y DVD que acaba de ver la luz también en una caja de cinco elepés. Podría ser otro intento de la industria para seducir con el aroma del lujo archivista a los pocos compradores que quedan. O quizá con este lanzamiento, el primero de un lote, la compañía quiera brindar a Davis el tratamiento Dylan: el sello lleva ya nueve volúmenes de grabaciones rescatadas (piratas o no; completamente inéditas o no) del repertorio del cantautor bajo el mismo título.

Estos registros (musicales y audiovisuales) proceden de una gira europea de la banda, con paradas en Amberes, Copenhague, Estocolmo, Karlsruhe y París y atesorados con mimo por las cadenas de radiotelevisión belga, danesa, sueca, alemana y francesa. La ocasión lo merecía: el quinteto lideraba un certamen itinerante (ocho bandas, 17 ciudades) que se dio en llamar el Festival de Jazz de Newport en Europa y promovió el mítico George Wein, alma de la cita original celebrada en la costa de Rhode Island.

La importancia del lanzamiento reside tanto en la escasez de registros en directo del grupo (el temprano Live at the Plugged Nickel, grabado en 1965, en los inicios de la banda, se basaba casi únicamente en material ajeno), como en la suma de genialidades de sus miembros, una de esas alineaciones que los aficionados recitan con delectación: Wayne Shorter al saxo, Herbie Hancock al piano, Ron Carter al contrabajo y Tony Williams a la batería.

Liquidado su anterior sexteto, Davis dio con la nueva sección rítmica fácilmente. Costó más tiempo conseguir que Shorter aceptara su oferta. "Fue muy insistente", reconocía recientemente a este diario el propio Shorter, capaz de una asombrosa imitación de la voz ronca de Miles. "Solía decir: '¿Wayne, de dónde demonios te sacas esas composiciones?".

El material que aportaba Shorter, una suerte de espíritu libre mecido por la belleza de las melodías, era, en efecto, uno de los fuertes del grupo. Pero no el único: "Tony era el fuego, la chispa creativa; Wayne era el hombre de las ideas; y Ron y Herbie, el soporte", escribió en sus memorias Davis. Cuando montó la banda, era un músico en la treintena con un impresionante currículo: miembro del grupo de Charlie Parker; inventor del cool jazz; autor de Kind of blue, una suerte de Ciudadano Kane del género... Pero quizá el mejor de sus atributos siempre fue el saber rodearse de talento, por muy joven que fuera. En el caso de Williams, insultantemente joven. El batería se enroló en el quinteto con 17 años, un problema para obtener contratos en los clubes que prohibían la entrada a menores que ni los consejos de Miles (dejarse bigote y fumar puros) pudieron siempre sortear.

A Williams atribuía Davis la recuperación de su entusiasmo. Cuando conoció al chaval, su antiguo compañero de filas John Coltrane volaba lejos, como un Ícaro del jazz libre peligrosamente cerca del sol (el saxofonista moriría poco antes de las grabaciones que nos ocupan). Davis era en 1964 un hombre aburrido de sí mismo ("Si llevas constantemente el mismo par de zapatos, llegará un día que tendrás que cambiarlos por otros") y cabreado con todo: "De pronto, el rock and roll se situó en primera línea. Rock and Roll blanco, robado del rhythm and blues (...). Antes, esa música no significaba nada, pero ahora que se dedicaba al hurto, sonaba cojonudamente bien, tenía un poco de aroma, un poco de brío, un poco de alocada sofisticación (...). Debido a lo que el público creía que era el jazz (música no melódica, no tarareable), una legión de músicos serios y valiosos tuvo a partir de entonces la vida muy difícil".

No fue su caso. Siempre gozó de estatus de estrella del jazz, incluso en sus posteriores devaneos eléctricos: cuando esta banda tocaba endemoniadamente bien por Europa, aún faltaban dos años para que rompiese la baraja con el experimental Bitches Brew. Pero ese es otro capítulo de la historia de Davis, que siempre sonaba como un fanfarrón y casi nunca lo fue. Ni siquiera, al contar aquella anécdota suya en la Casa Blanca de la era Reagan. Una de las mejores. Una señora, alarmada por sus pintas, le preguntó qué hacía allí. Él contestó: "Bueno, he cambiado el rumbo de la música cinco o seis veces. Ahora, dígame: ¿qué ha hecho usted importante, además de ser blanca?".

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Miles/zapatos/nuevos/elpepicul/20111226elpepicul_4/Tes




Miles Davis Quintet – Footprints - Live in Sweden "Newport Jazz Festival In Europe" (Oct. 31, 1967)




Miles Davis Quintet - On Green Dolphin Street - Live at the Paris Jazz Festival - Salle Pleyel, Paris, France (Nov. 6, 1967)


sábado, 24 de diciembre de 2011

Felíz Navidad! Bon Nadal! Joyeux Noël! Vrolijk Kerstfeest! Merry Christmas! Buon Natale! Zalig Kerstfeest! Gozhqq Keshmish!

O Holy Night y una plegaria para la curación definitiva, Luis.




O Holy Night - Josh T. Pearson

viernes, 23 de diciembre de 2011

Colin Stetson / New History Warfare Vol. 2: Judges

Colin Stetson-New History Warfare Vol. 2: Judges

Martes 20 de diciembre de 2011



Por Ghost

Alguna vez en otro medio ya había mencionado el tremendo trabajo sónico de Colin Stetson y de cómo junto a gente como John Butcher y Radu Malfatti, estaban cambiando por completo la ejecución de los instrumentos de viento hechos de metal, reinventando las técnicas y rompiendo cualquier esquema conocido, si bien en el pasado nos maravillamos de cómo gente como Albert Ayler, Miles Davis, Ornette Coleman, Peter Brotzmann, Anthony Braxton, entre otros habían creado una nueva dimensión sónica con sus instrumentos, ahora, gracias a la tecnología era posible llegar a nuevos extremos.

El trabajo de Stetson es alucinante, psicodélico, delirante e increíble, el sonido de todo integrándose, y a la vez magnificándose, usando un saxofón bastante bajo (como ese que hemos visto a Anthony Braxton empuñar, por decirlo de alguna manera), Stetson nos trae un poderoso sonido en plan drone para iniciar el disco, cabe mencionar la sensibilidad tan impresionante de los micrófonos usados y colocados estratégicamente para esta grabación, que comparte el crédito de el sonido de Stetson, veamos, está el saxofonista, el bajista, el percusionista y el vocalista, pero que hay de extraordinario en esto? Que no hay tal grupo realmente todo el sonido emana de Stetson, de su cuerpo, caja toráxico, pulmones, garganta y boca en tiempo real.

Stetson usa su instrumento al máximo, usando esos micrófonos de gran sensibilidad para captar el sonido digitando las teclas del saxofón, dando la impresión de estar junto a un percusionista, lo que escuchamos básicamente es Stetson digitando y las teclas haciendo clicks y clicks amplificados, las líneas de bajo son básicamente el fondo del sonido de sus instrumento, mientras que el “vocalista” no es otro que Stetson pasando su voz (y no sólo su aliento) a través del instrumento, impresionante? Si, en exceso, varios micrófonos recogen varias fuentes de sonido al mismo tiempo, uno situado en el instrumento para captar el sonido percutivo de las teclas, y la voz de Stetson, otro en su cuello para captar los bajos y otros a su espalda y frente a él a lo lejos para captar las distintas facetas del sonido.

Judges es pura psicodelía con un trabajo vocal que bien nos pudo traer Tom Waits que idolatrara a Damo Suzuki, mientras que la línea de bajo no hace otra cosa que hacer girar nuestra mente, al igual que en The Stars In His Head, con su sonido insistente y sus vocales desesperadas, para después romper un poco con la intensada maniática y “darnos un respiro”, lo que suena gracioso y malévolo en un disco de instrumentos de viento no? All The Days ive Missed You es pura introspección, una pieza lenta y bella a la vez, que si bien no es un derroche de técnica, si lo es de emoción, cuando Stetson nos permite disfrutar la melodía en varias partes tocadas al unísono aprovechando la acústica y la colocación de los micrófonos, From No Part Me Could I Summon a Voice es drama puro, una vez más Stetson haciendo magia con la acústica, esta vez en una pieza con épico sonido Wagneriano, y con esas miles de notas que parecieran evocar un furioso enjambre replicándose una y otra vez.

Que decir de una pieza como Home, que no suena a jazz, sino a música electrónica minimalista, el mismo sentimiento de encontrarnos desarmados para describir o entender la naturaleza y origen de los sonidos que se nos presentan sucede nuevamente, si bien John Butcher nos hizo dudar miles de veces si lo que escuchábamos era de origen electrónico o en verdad un saxofón, Stetson nos aplica la misma disyuntiva, pero agrega la variante de su voz, y de la percusión, haciendo el acertijo más complejo, y difícil de descubrir, y que decir de Red Horse (Judges II) dónde los dedos de Stetson golpean tan fuertemente las teclas que es muy difícil imaginar en realidad que el origen del sonido no sea otra cosa que un tambor, será esto pop, electrónica, free jazz, puro vanguardismo? Tal vez la incursión de las vocales de Lqaurie Anderson nos pueda dar una clara imagen de que es esto en realidad, pop y vanguardismo, tomados de la mano.

Lord I Just Cant Keep From Crying Sometimes es una pieza extraordinaria con una verdadera vocalista y una extravagante mezcla de gospel y blues, que con ese drone generado en el sax podría convertirse en una clara señal de lo que pudiese estar por venir con eso de que los Sunn O))) quieren agregar gospel a su poderoso ya de por si sonido.

Un disco impresionante, que una vez más nos deja claro que no todo esta hecho o dicho en cuanto a música se refiere, que aún hay artistas con una ambición desmedida por lograr nuevas cosas y que mientras hay quienes siguen tradiciones, también hay quien está dispuesto a romper con todo y re inventar lo que conocemos como música.

http://youareaghost.blogspot.com/2011/12/colin-stetson-new-history-warfare-vol-2.html


Colin Stetson - The Stars In His Head (Dark Lights Remix) - New History Warfare Vol. 2: Judges (2011)

jueves, 22 de diciembre de 2011

The Who / Quadrophenia (Mods, Scooters & Pills)

Quiénes son los Who

Domingo, 18 de diciembre de 2011

Por Diego Fischerman

The Who, junto a The Beatles y The Rolling Stones, es uno de los grupos con más discos “clásicos” de la historia. Sell Out, de 1967; Tommy, de 1969, y Quadrophenia, de 1973, figuran en varias de las listas de lo que no debería dejar de escucharse antes de morir, de lo que ha cambiado al mundo para siempre y de los mejores discos a secas. Pero, además, exceden intencionalmente el marco del disco standard de larga duración de la época, no necesariamente en extensión –Sell Out ocupa un solo disco, los otros dos, concebidos como óperas rock, sí fueron álbumes dobles– pero sí en concepto. En todos ellos hay una idea de unidad e incluso en el primero de esos discos, donde las canciones no parecen tener un eje temático, los falsos avisos comerciales que unen una y otra tejen un relato acerca de la relación entre un grupo musical y la industria.

La tapa de Quadrophenia mostraba –y aún lo hace, en la ejemplar reedición remasterizada y ampliada que acaba de publicarse localmente– a un mod: alguien en una motoneta viendo en el reflejo de sus cuatro espejos retrovisores a cada uno de los integrantes del grupo. Se trata, por un lado, de una alusión al tema de la obra. Un esquizofrénico cuyas cuatro personalidades reproducen las características salientes de cada uno de los músicos de The Who. Y hay allí, también, una alusión al aspecto menos explicitado de la moda mod: los hábitos intelectuales, el gusto por el cine de la nouvelle vague y la literatura existencialista y, en particular, la ironía. La moda de utilizar cuatro –o más– espejos en el “scooter” fue la respuesta a la ley que impuso la obligatoriedad de su uso. Y The Who, que en Quadrophenia cuenta la historia de un mod, fue, qué duda cabe, un grupo mod. No habría que olvidar, en ese sentido, que la palabra comenzó a utilizarse para diferenciar a quienes escuchaban jazz moderno de los que consumían jazz tradicional. Los gustos luego se ampliaron a otras músicas de los negros estadounidenses, en particular el soul, pero hay dos elementos del jazz moderno sin los cuales resulta imposible entender el estilo de The Who: las acentuaciones a contratiempo y la independización de la función del bajo.

Si en varios de los grupos surgidos a fines de los ‘60 el virtuosismo ya es un dato esencial, The Who es más un grupo de la vieja escuela. No hay allí guitarristas ni tecladistas heroicos. Curiosamente, su virtuosismo está en la verdadera base. Y es que el grupo, en rigor, no es otra cosa que base: la guitarra rítmica de Touwnshend (una de las más originales e influyentes del pop rock), la batería (jazzística, más cercana al be bop que a la mera marcación de pulsos) de Moon y, en particular, el bajo de Entwistle, convertido muchas veces en el único solista instrumental posible del cuarteto que completaba un cantante. Entwistle, incidentalmente, también tocaba la trompeta y el corno y, sobre todo este instrumento, utilizado con profusión en Tommy y Quadrophenia, acabó siendo uno de los sellos del grupo. Son obvios el talento melódico de Townhend y Entwistle (los principales compositores), la imaginación de las canciones y la impactante energía de las interpretaciones, tantas veces mencionada. Suele pasar más inadvertida una fineza en el trabajo rítmico que aún asombra. La vieja idea del bajo continuo que se había impuesto en el siglo XVII –un instrumento haciendo el bajo, otro los acordes– encontró en The Who, en todo caso, una de las encarnaciones más perfectas y potentes que pudieran imaginarse

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/7558-1570-2011-12-18.html



The Who – Real Me ( From Quadrophenia Movie)



Sentado sobre esa piedra

Por Peter Townshend

Quadrophenia me sirvió como prueba de que las reglas pueden ser cambiadas, y que se pueden crear nuevas reglas. El álbum original de The Who demostró que un tipo de música sumamente energética podía describir todo el rango de las emociones humanas. Cuando Daltrey literalmente gritaba “Love Reign O’er Me” (“El amor reina sobre mí”, una canción que escribí para demostrar la más extrema y miserable situación de un alma abandonada por todos y todo), solo un icono como Daltrey podía soportar el peso simbólico de tanta tristeza, soledad, la pérdida del romance, la falta de amor, de la infancia, además de sentimientos más obvios como la ira o la frustración.

La angustia de aquellos años adolescentes en los que todos nos sentíamos incomprendidos es algo de lo que es fácil burlarse, pero era real, y es lo que lleva a mi héroe, Jimmy, a considerar la opción del suicidio. En un momento pensé que como autor no tenía derecho a decidir si finalmente Jimmy se suicida o no, y ésa es una decisión que no pienso revisar.

Yo ya había aplicado el tema como leitmotiv de la faceta que me representaba en la división de personalidades de Jimmy, y la iba a utilizar justo antes del tema final, que iba a ser “The Rock”. Pero me di cuenta de que la frase “Love Reign O’er me” es lo bastante amplia como para sugerir que Jimmy mira al cielo rezando, pero también que celebra el amor en sí mismo. Sentado en su roca, Jimmy comete un error: en su delirio de drogadicto cree que va a encontrar algún tipo de ayuda, cree que va a escuchar alguna voz que lo guíe, pero solo descubre que se está mojando. El pide que le llueva amor del cielo, pero solo recibe una lluvia helada que cae desde unas nubes negras. El perdió todo lo que le importaba en la vida, y ahora encima está todo mojado y muerto de frío.

Pero de todos modos alguien lo ama. Nosotros lo amamos. Siempre lo vamos a amar.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/7558-1571-2011-12-18.html



The Who - Love Reign O'er Me - Quadrophenia (1973)

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Radiohead / “The Daily Mail” & “Staircase”

“The Daily Mail” y “Staircase” de Radiohead

19 de Diciembre, 2011, 19:30
Por César Muela


Radiohead ha publicado hoy en los distribuidores digitales un single con dos canciones inéditas extraídas de la grabación de The King Of Limbs. Hasta ahora habíamos podido escuchar los dos temas, “The Daily Mail” y “Staircase” en su versión en directo, pero ahora el propio grupo ha decidido colgar la grabación de estudio de ambas en su canal oficial de YouTube.

Aprovechando que hoy mismo se pone a la venta la versión digital de su Live From The Basement, el DVD en el que la banda interpreta entero su más reciente disco, Thom Yorke y compañía han decidido publicar algo nuevo antes de que se acabe este 2011. Escuchamos las dos canciones que componen el nuevo single (si quieres comprarlas en .mp3 o en .wav puedes hacerlo desde su web oficial

Comienza con un inicio de piano muy clasista. Poco después Yorke canta en su emotivo tono de interiores mientras siguen pasando los segundos, con un tempo lento pero con una melodía agradable. No obstante, en torno a la mitad de la canción aparecen unas armonías oscuras y, seguidamente, la batería junto al resto de la banda. Es curioso comparar el inicio completamente acústico con la parte álgida al más puro estilo rock alternativo. Y al final todo vuelve a su origen. Muy buen tema de Radiohead que, en mi opinión, supera a alguno de los incluidos en The King Of Limbs aunque ya se sabe que sobre gustos…

Algo más larga que la anterior, “Staircase” va en una onda más cercana a la experimentación y al juego electrónico que pudimos escuchar en The King Of Limbs. El ritmo es bastante cautivador y la atmósfera que recrean pads, percusión y guitarras está muy lograda. La voz de Yorke me recuerda en ocasiones a la de Bono de U2, aunque Radiohead es un grupo demasiado atípico como para achacarles falta de personalidad por algunos versos. En líneas generales se trata de un corte que transmite una sensación onírica, con muchas capas de sonidos que se superponen y que se entremezclan. Lo realmente difícil es conseguir un compendio sonoro tan abundante que suene bien.

Si tenéis intención de no perderos la gira de 2012 de Radiohead, entonces deberéis estar bastante atentos a su agenda oficial. Durante febrero y marzo el grupo estará por Estados Unidos y ya han colgado el cartel de sold out en ocho de las diez fechas. Por ello, los seguidores mexicanos que estén dudosos de asistir a las actuaciones del 17 y 18 de abril en el Foro Sol de Ciudad de México no deberían pensárselo mucho más.

Recordamos que en España recabarán el 13 de julio en el festival BBK Live, aunque es probable que se anuncie algún concierto más por la península. Aún no sabemos nada del resto de posibles shows en Latinoamérica.

http://cucharasonica.com/2011/12/escuchamos-the-daily-mail-y-staircase-de-radiohead




Radiohead - The Daily Mail



Radiohead – Staircase

martes, 20 de diciembre de 2011

Bob Brookmeyer / West Coast Legendary Trombonist & First Rank Composer

Bob Brookmeyer: Muere una gloria del jazz

Lunes 19 de Diciembre de 2011 11:38

El trombonista fue clave en la refundación del género en los 60. Estuvo nominado ocho veces al Grammy, aunque no lo ganó

NUEVA YORK, Estados Unidos- El músico y compositor de jazz Bob Brookmeyer murió en la madrugada del viernes a los 81 años debido a un paro cardíaco, informan hoy medios norteamericanos.

Según confirmó su viuda al diario "The New York Times", Brookmeyer falleció en su casa de New London, en New Hampshire. Hoy habría cumplido 82 años.

Brookmeyer acompañó con su trombón a saxofonistas como Stan Getz y Gerry Mulligan. También fue un entusiasta del piano, y en 1959 editó un álbum junto a Bill Evans. No obstante, se le conoce sobre todo por su faceta de compositor.

Sus arreglos para "Big Bands" como la Concert Jazz Band de Mulligan y The Thad Jones-Mel Lewis Jazz Orchestra ayudaron a reavivar el género en los años 60. En 1978 se convirtió en director musical de la Lewis Big Band.

A comienzos de los 80, Brookmeyer pasó una larga temporada en Europa, donde siguió componiendo con conjuntos de jazz de Alemania, Dinamarca y Suecia y formó la New Art Orchestra.

A lo largo de su carrera obtuvo ocho nominaciones a los Grammy, pero nunca logró ganar un gramófono. En 2006 recibió el NEA Jazz Masters Fellowship al conjunto de su trayectoria. Su último álbum, "Standards", salió a la venta hace un mes. (DPA)

http://www.lagaceta.com.ar/nota/470324/Tucumanos/Murio-Bob-Brookmeyer-gloria-jazz.html


Clark Terry & Bob Brookmeyer Quintet - Straight, No Chaser (T. Monk) (1965)

lunes, 19 de diciembre de 2011

Jazz Argentino / Nuevos Emergentes de Excelencia & Virtuosismo


La solidez del nuevo jazz argentino

Los muy buenos nuevos discos de siete jóvenes pianistas de la escena jazzística local

Por Ricardo Carpena

¿El auge del jazz argentino es una moda fugaz o un fenómeno consolidado? Una de las tantas formas de comprobar lo segundo es poner la lupa en el surgimiento de nuevos músicos, aspecto donde cualquiera que se tome el trabajo de contabilizarlos se cansará de descubrir talentos.

Estos últimos meses, curiosamente, o no, el semillero de talentos jazzeros argentinos presentó un pelotón de jóvenes pianistas que editaron sus discos (en general, sus debuts) y a los cuales hay que prestar mucha atención para saber qué está pasando hoy y hacia dónde va este género en la Argentina.

Hernán Jacinto, Alan Zimmerman, Eduardo Elía, Manuel Ochoa, Marco Sanguinetti y Nicolás Chientaroli son los emblemas de otra camada, no necesariamente generacional, que sigue la luminosa senda que dejan colegas de mayor trayectoria o exposición pública como Adrián Iaies, Ernesto Jodos, Paula Shocrón, Francisco Lo Vuolo y Guillermo Klein, por ejemplo.

Más allá de los flamantes trabajos discográficos de Jodos (Fragmentos del mundo), Shocrón (Gran ensamble y Our Delight) y Lo Vuolo (Vueltas), que seguramente estarán, por méritos propios, en las listas de mejores discos del año para la mayoría de la crítica especializada, hay muchos motivos para animarse a conocer el mundo de aquellos otros seis pianistas.

Hernan Jacinto. Con Lua, su primer disco, logra sorprender y ganarse el papel protagónico que ya venía insinuando su ascendente carrera, con apenas 30 años, al lado de casi todos los mejores músicos de la escena no sólo jazzística (desde Luis Alberto Spinetta y Pedro Aznar hasta Mariano Otero y Javier Malosetti, entre muchos otros). Hay mucho de esa influencia variada en este inspirado disco, que comienza con el brillante aire latino de "A-Frik" y deslumbra en temas como "Brad" y "Arenales Blues", y que incluso entrega versiones potentes de "Cuchillos", de Charly García, y "Nefertiti", de Wayne Shorter.

Alan Zimmerman. Una de las últimas revelaciones del nuevo jazz local consigue que su debut, llamado, con obviedad, Alan Zimmerman Trío, parezca la obra de un músico consumado. No parece casual que comience con un tema de Sam Rivers, esa leyenda que caminó entre las aguas de la vanguardia y la tradición, y menos aún que, asociado con Ezequiel Dutil y Carto Brandán, entregue creativas composiciones propias como "Voces", que le auguran un futuro sin techo.




Alan Zimmerman Trío - "Evidence".(T. Monk)




Eduardo Elía. No es un debutante, pero con su segundo disco, El yang y el yang, logra reinventarse como uno de los pianistas más originales, que bucea en las formas menos ortodoxas, con el espíritu del free jazz, pero sin el hermetismo que lo aleja de la melodía, ayudado por compañeros de la talla de Jerónimo Carmona y Carto Brandán. Escuchar su versión de "When Will The Blues Leave", de Ornette Coleman, es una experiencia de la que nadie saldrá indemne.

Nicolás Chientaroli. Otro alumno de Jodos, como Elía, tiene 29 años y ya presentó en sociedad su segundo álbum, La casa caliente, un efervescente mosaico de jazz con más elementos experimentales, fascinante desde la composición y la forma en que dialoga y diseña texturas improvisadas con el contrabajista Carlos Alvarez (que acaba de lanzar su disco Otro jardín) y el baterista Hernán Rodríguez.

Marco Sanguinetti. A sus 38 años tampoco es un novato y su tercer álbum, El otro, de una clara concepción jazzística, se escapa de los rótulos, por más que en sus temas sobrevuele la música contemporánea, la música clásica, el folklore y el rock. Diseñador industrial y responsable de innovadoras puestas que integran música y danza, este álbum es un desafiante fresco, a veces críptico, en el que conviven sus múltiples ideas y obsesiones, con el acento puesto en la improvisación y el riesgo (como el aporte de DJ Migma en bandeja giradiscos y una palpitante recreación de "Paranoic Android", de Radiohead).



Marco Sanguinetti - Hernán Rodriguez - DJ migma - Paranoid Android (Radiohead)




Manuel Ochoa. Menos vanguardista es otro joven experimentado del mundo jazzero nacional, que con su flamante tercer disco, Fauna, confirma su veta de imaginativo compositor y potente músico, no sólo por la bella "Para estar bien", sino por toda esa homogénea apuesta a conquistar una sonoridad propia a fuerza de swing y de melodías. Es clave la complicidad de ese seleccionado que formó con Sergio Wagner, Ramiro Flores, Ezequiel Dutil y Pepi Taveira. Su improvisación final, a solas con su piano, es conmovedora.

Hay un séptimo pianista que debería agregarse a esta lista de recomendaciones: el talentoso y experimentado Manuel Fraga que, en medio de su potente experiencia a dúo con el legendario Jorge Navarro, editó George & Duke, en sociedad con el contrabajista Emilio Pasquini y el baterista Germán Siman. Sin trucos ni poses, grabado en vivo en el bellísimo Teatro Libertador, de la ciudad de Córdoba, este trío le da una nueva vida a clásicas joyas del repertorio de Geroge Gershwin y Duke Ellington y confirma que, a veces, los verdaderos innovadores en el jazz son los que interpretan virtuosa y apasionadamente lo que se ha venido tocando desde siempre.





Eduardo Elia Trío - When Will the Blues Leave? (O. Coleman)

domingo, 18 de diciembre de 2011

Césaria Évora / Adeus Cise, vais deixar sodade

Césaria Évora, la diva de los pies descalzos y reina de los pobres

Fuente: dpa 2011-12-17
Por Emilio Rappold (dpa)

Lisboa/Mindelo, 17 dic (dpa) - El mundo llora la muerte de Césaria Évora. La cantante, nacida en 1941 en la antigua colonia portuguesa de Cabo Verde, en la costa occidental de África, era desde hace 20 años una de las voces más célebres y respetadas del continente negro.

Era conocida sobre todo como la "diva de los pies descalzos", debido a su costumbre de subir al escenario sin zapatos, en solidaridad con los pobres de su país.

La "reina de la morna", del melancólico "blues caboverdiano", llevó sus letras, que hablan casi siempre de la triste historia de su archipiélago, de aislamiento, comercio de esclavos y emigración, a los cinco continentes.

Ganó premios, conquistó corazones de fans y llenó plateas en todos los rincones del globo, al tiempo que consolaba a los pobres de su país.

Fue distinguida en Portugal, en Alemania, en Estados Unidos le dieron en 2004 el Grammy por el álbum "Voz D'Amor", y en 2007, el entonces presidente de Francia Jacques Chirac le otorgó la medalla de la Legión de Honor, por mencionar solamente algunos de los premios.

En total produjo, en vivo y en estudios, 24 discos, de los que vendió millones. Y grabó con varios de los máximos exponentes de la música mundial, entre ellos muchos iberoamericanos.

En su último álbum, "Cesaria Evora &...", de 2010, participaron, entre otros, Caetano Veloso, Pedro Guerra, Salif Keita, Bonnie Raitt y Marisa Monte.

Évora, que murió hoy en su ciudad natal, Mindelo, en la isla de São Vicente, sufría desde hacía años de problemas de corazón.

En 2008, durante una gira por Australia, había sufrido un ataque de apoplejía. En mayo del año pasado, finalmente, se sometió en Francia a una operación de corazón abierto.

Y este año llegó al límite. A fines de septiembre, tuvo que anunciar, muy debilitada, el final de su carrera artística, cancelando los restantes conciertos de su gira mundial.

Le costó colgar el micrófono. "Está muy triste, no quería abandonar los escenarios, pero decidimos que había que seguir la recomendación de los médicos", reveló en aquel entonces su manager, José Da Silva.

Évora nació el 27 de agosto de 1941 en Mindelo en la isla de São Vicente en el seno de una familia de músicos. Tras la temprana muerte de su padre, el violinista Justino da Cruz Évora, fue internada primero en un hogar para niños huérfanos y más tarde fue criada por una familia tutelar.

"Cise", como la llamaban sus amigos, comenzó a cantar ya desde muy joven, presentándose en bares, hoteles y plazas de su Mindelo natal, acompañada por su hermano Lela al saxofón.

Como recibía muy poco dinero por sus actuaciones, Évora abandonó la música entre los 20 y los 30 años, para alimentar a su familia con diversos otros empleos.

Deprimida, luchó mucho tiempo contra el alcoholismo, en un período que ella misma calificó de "mis años negros".

Tardó mucho en llegar a la cima: Sólo a los 47 años firmó su primer contrato con una casa discográfica. Pero después los éxitos se sucedieron rápidamente.


Con su quinto álbum, "Miss Perfumado" (1993), la mujer de la voz afinada y única, suave y áspera al mismo tiempo, alcanzó fama mundial.

Ahora, tras su muerte por "insuficencia cardíaca y respiratoria", sus seguidores esperan que haya, tal vez, un último bis, ya que últimamente, Évora estaba trabajando en un nuevo y último álbum, grabando con diferentes músicos de Cabo Verde.

En agosto pasado, en una visita a Lisboa, Évora afirmó que esperaba que la obra pudiera estar lista en pocos meses más. "Creo que saldrá en 2012", afirmó la legendaria cantante.

En caso de que se concrete esta obra póstuma, podrá deleitar oídos una vez más al sonido de violines, clarinetes, guitarras, acordeones y cavaquinhos.

Y Évora cantará entonces, una vez más, la última, sobre el dolor, la nostalgia y la esperanza.





Césaria Évora - Sodade - Ao Vivo

sábado, 17 de diciembre de 2011

Enrique 'Mono' Villegas / Al Gran Pueblo Argentino, ¡Pianos!

Enrique 'Mono' Villegas : La poderosa mitología de un pianista argentino


“A veces la gente me pide que cuente mi biografía. Yo siempre respondo: mi biografía termina a los siete años. A esa edad yo aprendí a tocar el piano. Y tocar el piano fue lo único que hice el resto de mi vida". Enrique Villegas fundó alrededor de su figura una mitología poderosa. Además del piano, sus armas fueron la agudeza conceptual, el talento para la ironía y una forma de vida por lo menos pintoresca.

A los 7 años recibió la primera lección de piano. Dos semanas más tarde tocaba Mozart correctamente e iba al Conservatorio Williams. "No me gustaba estudiar. Igual tuve que ir al colegio. Iba al Nacional Mariano Acosta, pero en cuarto año quedé libre por la cantidad de faltas. Me hacía la rabona pero no para ir al bar a jugar al billar. Me escapaba para volver al conservatorio". Trabó amistad con Macedonio Fernández, con quien compartía el placer de la charla metafísica, la lectura y la holgazanería.

En 1935 ganó su primer dinero con la música tocando con Eduardo Armani en el Alvear Palace Hotel. Antes había hecho en el Odeón el Concierto en Sol de Maurice Ravel. Después se empleó como músico de Radio El Mundo. Lo echaron cuando, anticipándose de alguna manera a una demasiado famosa frase de John Lennon, declaró que la muerte de Ravel era más importante que la muerte del Papa. Se puso a escuchar y a tocar obsesivamente jazz. En 1955, invitado por el sello Columbia, se radicó en los Estados Unidos. Se quedó ocho años. Grabó con el contrabajista Milton Hilton y el baterista Cozy Cole y finalmente huyó despavorido de la compañía cuando le pidieron que grabara un disco de boleros. Quedó varado en Manhattan, pero no se hizo demasiado problema. Descubrió lo caro que podía ser Nueva York y se la pasaba yendo al cine, cenando café con leche con pan con manteca y escuchando jazz. "Sufrí bastante en Nueva York —contaba—. Pero con el tiempo la aprendí a querer. Conocí a todos los genios: Duke Ellington, Cole Porter, Count Basie, Louis Armstrong, Coleman Hawkins. Y me di cuenta de que, aún en los Estados Unidos, el jazz no es popular ni mucho menos".

"En Buenos Aires comprobó que los cines eran exactamente iguales a los de Nueva York, pero con entrada más barata. Comprobó también que su fama había crecido, extrañamente. "Ahora los muchachos creen que soy Beethoven", se reía. Lo rodeaban músicos jóvenes, encandilados por su aura. Su departamento era el eje de reuniones en las que se filosofaba, se bebía y se tocaba hasta altas horas. Villegas no fumaba ni bebía. Era un anfitrión encantador pese a que, dicen, cuando estaba corto de dinero cobraba las bebidas que ofrecía. En 1966 abrió un boliche en Viamonte entre Talcahuano y Uruguay, Villegas y sus amigos. Tocaba, puntualmente, entre la una y media y las tres de la mañana. Lo clausuraron al poco tiempo por ruidos molestos."El jazz argentino no existe —comentaba—. Hay músicos argentinos que hacen jazz. Es así. Por otra parte, yo no me considero pianista de jazz. Soy pianista a secas. El jazz es improvisación total: en cuanto se escribe, deja de ser jazz. Es lo que hizo Picasso con Las meninas de Diego Velázquez: partió de un tema para expresarse libremente. Eso es el jazz".

Se quejaba de que no había buenos pianos en la Argentina. Cuando tenía que dar un concierto en malas condiciones, charlaba la mayor parte del tiempo y apenas tocaba un par de piezas. Su obsesión con el tema era tal que, aún hoy, algunos músicos repiten Al gran pueblo argentino: ¡pianos!, frase acuñada por Villegas que, incluso, fue el título de un disco que registró un concierto de 1964 con el contrabajista Jorge López Ruiz y y el baterista Eduardo Casalla. También era intolerante con los públicos bulliciosos y con el mal sonido. Sabiamente, se mostraba cauto y sarcástico con su propia fama. "Yo no me hice famoso con la música; me hice famoso con los reportajes. Camino por Corrientes y todos me saludan ¡chau Mono! y se comentan entre sí: ese que va ahí es el mejor pianista de la Argentina. Y seguro nunca me escucharon tocar", decía sin amargura. Los últimos años los pasó tocando en La Peluquería de San Telmo con un orgullo casi secreto: "Estoy llegando al fin y jamás me prostituí con la música". Era agnóstico pero tenía gran curiosidad con la muerte. "De alguna manera, la espero", decía. Llegó hace veinte años, mansamente. Desde entonces, como escribió alguien por ahí, "descansa en jazz".

http://romanticwarrior-jazz.blogspot.com/2008/04/veces-la-gente-me-pide-que-cuente-mi.html



Adiós, Adiós Tristeza - Enrique 'Mono' Villegas

viernes, 16 de diciembre de 2011

Instant Composers Pool Orchestra / Subversive Avant-garde Jazz from Netherlands



Misha Mengelberg & Han Bennink : Veteranos en la brecha (XXX / XXXI)

Publicado el 05-11-2010
Por Pachi Tapiz


Misha Mengelberg (1935) y Han Bennink (1942) son dos figuras imprescindibles de la escena libre improvisada europea, en activo ya durante cinco décadas. Entre ambos hay una asociación longeva como pocas. En 1963 Bennink formó un cuarteto en el que uno de sus integrantes era Misha Mengelberg. En 1964 ambos participaron en The Last Date, la última grabación de Eric Dolphy. En 1966 actuaron en el Festival de Jazz de Newport. Es en 1967 cuando ambos cofundan el Instant Composers Pool (ICP) junto al recientemente fallecido Willem Breuker para promocionar el jazz holandés por medio de grabaciones y actuaciones.

En 2010 tanto el sello discográfico ICP como ambos músicos continúan en activo. Buena muestra de ello es la última referencia del sello en formato CD titulada ICP 049 a nombre de la ICP Orchestra, formación en activo desde los años 70. Sus integrantes no han cambiado apenas durante la última década, salvo por la incorporación del saxofonista Tobias Delius y la violinista y violista Mary Oliver. En el CD de 2003 Aan and Uit (ICP 042) ya estaba la formación al completo de esta última grabación.

Como es habitual en sus grabaciones se recogen composiciones de los integrantes del grupo y visitas al legado de clásicos del jazz (Duke Ellington por medio de "Sonnet in Search of a Moor" y Herbie Nichols con "Busy Beaver"), junto con improvisaciones libres ("Mitrab", "Hamami" y "Erma", cuyos títulos están formados por las iniciales de los músicos participantes en cada una de ellas). Pocos grupos son capaces de lograr una propuesta tan compacta, en la que a momentos con un swing aplastante y unos arreglos exquisitos, les suceden otros cercanos a la improvisación libre. No hay más que escuchar la deliciosa "Sumptious" de Michael Moore, quizás el mejor ejemplo, o "The Lepaerd" y "No Idea", ambos temas compuestos por Mengelberg con arreglos de Moore. Resulta destacable el hecho de que los temas de Ellington y Nichols comienzan con un planteamiento libre para acercarse a las melodías originales, mientras que en el caso de los tres temas anteriores los arreglos logran que en sus respectivos inicios parezcan piezas pertenecientes a la época dorada de las grandes bandas.

Otros dos temas muy interesantes son "Wake-Up Call" de Ab Baars y "Het Zoemen" de Mengelberg. El primero puede parecer una conducción de una orquesta de free, aunque no por ello resulta carente de una lógica aplastante. Por su parte, el segundo camina por terrenos cercanos a la música clásica contemporánea.

Este directo, grabado el pasado 2009 en el Bimhuis de Amsterdam y en Bélgica, muestra a este patrimonio del jazz en plenas facultades. Entre los diez músicos destacan tanto Bennink como Mengelberg. El primero es capaz tanto de trabajar con un ritmo metronómico, como de quebrarlo de la manera más sorprendente según su caótica conveniencia (no hay más que escuchar el inicio de la versión ellingtoniana). En cuanto al pianista, por momentos parece un Thelonious Monk de la libre improvisación, ya que a las disonancias une una amplia utilización de los espacios, en esta ocasión de un modo especialmente notable en "Hamami".

http://es.globedia.com/veteranos-brecha-xxx-xxxi-misha-mengelberg-bennink



Instant Composers Pool Orchestra - STEIGERPIJP

jueves, 15 de diciembre de 2011

Michael Nyman Band / Spain & Dziga Vertov’s 'A Sixth Part of the World'


La Michael Nyman Band regresa a España

Cultura / 14/12/2011 (12:53 h.)
Madrid, 14 (Europa Press)

El compositor Michael Nyman regresará a España el próximo mes de febrero de 2012 acompañado de su banda, para presentar su nuevo disco 'Vertov Sounds'. Hará parada y fonda en San Sebastián (día 22, Kursaal), Barcelona (23, Palau de la Música) y Cartagena (Murcia, día 24, Auditorio Palacio de Congresos).

En los conciertos de San Sebastián (22 febrero) y de Barcelona (23 de febrero), el programa incluirá una primera parte con grandes éxitos de la Michael Nyman Band y una segunda parte con el estreno de una de las piezas del disco 'Vertov Sounds'. Se trata de la banda sonora de la película de Dziga Vertov 'A Sixth Part of the World (1926)', compuesta por Michael Nyman en 2010 y que se interpretará con la Michael Nyman Band tocando sobre la proyección de la película.

En el concierto de Cartagena el 24 de febrero, Michael Nyman presentará algunas de sus obras de videoarte englobadas bajo la denominación 'Cine Opera', con música de piano compuesta específicamente para las imágenes tratándose, en muchos casos, de composiciones nuevas para el público español. Antes del concierto de Cartagena se proyectará la película 'Nyman with a Movie Camera 'en el Auditorio y Palacio de Congresos de Cartagena - El Batel, y el artista participará en una charla.

http://www.canariasahora.es/noticia/210163/



Michael Nyman's Vertov Sounds - From Dziga Vertov´s film A Sixth Part of the World (1926)

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Free Jazz / El Libre Culto a la Intensidad

El Free-Jazz y su libertad cosmopolita

Por Mauricio Hernández - 11-3-2011

Amigos, caballeros, melómanos y demás, en esta ocasión hago hincapié en una de las variantes del jazz más complejas e interesantes, tanto por la diversidad de influencias que componen sus cimientos armónicos, como por la riqueza que dieron las aportaciones de sus ejecutantes a la improvisación.

Después del swing y el bebop, a finales de la década de los cincuenta, surge este nuevo retoño del jazz llamado Free Jazz, el cual consta de cinco puntos esenciales, de acuerdo a Joachim E. Berendt en su libro El Jazz, que son:

Una irrupción en el espacio libre de la atonalidad. Una concepción rítmica que se distingue por la disolución del metro, el beat y la simetría. La irrupción de las –músicas del mundo- en el jazz, el cual se ve repentinamente confrontado con todas las grandes culturas musicales, desde África hasta la India, y desde Arabia a Japón. El realce del momento de intensidad, en forma desconocida en anteriores estilos del jazz. (El autor también menciona que los músicos del free jazz hacen un auténtico –culto a la intensidad-). Una extensión del sonido musical, el cual invade el ámbito del ruido. (¡Cuidado! Ruido no significa estridencia).

El último punto va de la mano del segundo. El ruido en el jazz puede ser entendido de distintas maneras, ya que abarca diferentes rubros como la ruptura en el orden de los tiempos, métricas y/o, anteriormente conocidas en el bebop. Además, los oídos de aquel entonces catalogaron de ruidoso el free jazz porque no lograban comprender una armoniosa composición nutrida de escalas arábigas, amalgamadas con el beat de un blues o de un swing, y en donde los solos de saxofón, piano o contrabajo lograban extensiones tan largas como la inspiración de los ejecutantes dictara.

Don Heckman, crítico y músico neoyorkino, dijo alguna vez, “Creo que durante toda la historia del jazz hay una tendencia de crecimiento libre, en dirección a la liberación de la idea improvisadora de las limitaciones armónicas”. Esta cita describe óptimamente la esencia del free jazz, es decir, la libertad de jugar con distintas métricas y armonías. Esta liberación supone un nuevo eslabón en la tradición jazzistica, no una ruptura, y abre paso a todas las posibilidades para la explorar nuevos horizontes en la improvisación.

Cosmopolita y portavoz de la autoexploración espiritual. El free jazz no sólo rompió limites y estereotipos en la música, además, fue una manifestación artística que invitó a la reivindicación de los derechos de los negros en Estados Unidos y puso en duda algunas bases cristianas. Joachim E. Berendt menciona en El Jazz una cita al respecto del escritor afroamericano, James Baldwin: “Todo el que desee llegar a ser un ser humano verdaderamente moral deberá divorciarse primero de todas las prohibiciones, crímenes e hipocresías de la Iglesia cristiana. La idea de Dios sólo es válida y útil si puede hacernos más grandes, más libres y más capaces de amar”. De esta manera músicos como John Coltrane, Herbie Mann, Art Blakey, Randy Weston y Ornette Coleman, entre otros, fusionaron en el jazz armonías y métricas tanto de música árabe como de la India. Berendt también hace mención de la riqueza rítmica que tiene la música clásica india, ya que se basa en talas (series y ciclos rítmicos de enorme variedad, los cuales van desde 3 hasta 108 golpes), y sostiene que esta separación de la uniformidad en 4/4 (el tiempo más simple y común en la música popular) es lo que fascina a los jazzistas modernos.

John Coltrane

Irónicamente su estancia en el mundo fue relativamente corta, ya que murió a los 41 años de edad, pero una de sus más reconocidas aportaciones a la música fue el sentido de atemporalidad en el jazz. Extendió los solos de su saxofón (tenor y soprano) tanto como su imaginación se lo permitió. Icono y maestro de la improvisación. Jugó con armonías arábigas e indias sobre bases de blues, y rápidamente esas aportaciones comenzaron a captar la atención del mundo entero, a tal grado que la frase más famosa sobre su ejecución fue, “Lo único que puedes y debes esperar de Coltrane es lo inesperado”, publicada por Zita Carno en la revista Jazz Revue.

Después de haber tocado con Miles Davis y Thelonius Monk, en 1960, ya como líder de su cuarteto, decide lanzar My Favourite Things, álbum que resulta ser todo un éxito gracias a la entonación nasal de una zourka (instrumento árabe muy parecido al oboe) en su saxofón soprano. Esta innovación evidenciaba claramente las influencias de la música árabe en la nueva variante del jazz. Un año más tarde graba Olé Coltrane (con la disquera Atlantic) y African Brass (con la disquera Impulse) en donde hace cada vez más evidente la incorporación de escalas y armonías hispano-moriscas e indias a su música.

Para él la religión jugó un papel fundamental, porque entendió que si elevaba su sentido de espiritualidad, podría entonces ampliar su creatividad musical. Explorando la música oriental, y haciéndola cada vez más presente en sus composiciones, manifestó una firme posición ante la apertura espiritual que existía en la India y en algunos países árabes. Para Coltrane (o simplemente Trane como se le conocía popularmente) el concepto de deidad resultaba sinónimo de libertad, de integración en la diversidad, que si bien podía concretarse armónicamente en su música, también debería ser posible entre las personas. A Love Supreme, una de sus obras más complejas y reconocidas, es considerada por muchos críticos como el disco en donde llegó a su punto más álgido en la composición, y con una mayor impresión de lo espiritual. Este álbum consta de cuatro temas definidos por el mismo autor como una mezcla de “elegancia”, “elevación” , y “entusiasmo”, en donde logra esta ofrenda a lo incorpóreo, a lo místico, y a la libertad.

Ya en 1964 muchos defensores de los derechos de la población afroamericana en Nueva York habían encontrado en la música de Coltrane una manifestación artística que reivindicaba la Nueva Música Negra. Un año después ofreció un concierto en la Black Arts Repertory School, en donde el entonces director, Leroi Jones (también escritor y poeta), lo calificó de “orientalista”, de ser portavoz de un lenguaje de paz y unidad, y de poseer la energía rítmica negra en el blues dentro del plano de la reflexión.

En fin, profundizar en el Free Jazz, así como en la vida y obra de John Coltrane, llevaría a escribir textos de dimensiones enciclopédicas, pero seguramente más adelante le daremos continuidad a este tema con algún otro artista o disco en particular. Para aquellos amantes del blues, la música étnica, y el jazz, Equinox, Blue Train, y A Love Supreme, son, en definitiva, unas excelentes recomendaciones para deleitarse con la libertad cosmopolita de este género.


http://www.acidconga.com/contenido/el-free-jazz-y-su-libertad-cosmopolita


John Coltrane - Love Supreme Part I -Acknowledgement

martes, 13 de diciembre de 2011

Esbjörn Svensson Trio / And His Tide of Trepidations

E.S.T. Esbjörn Svensson Trío : Viaticum (2005)

Por Carlos Pérez Cruz

Años después de su primera grabación, el trío sueco (a nombre del pianista Esbjörn Svensson) confirma con "Viaticum" un camino que partió de unos presupuestos muy claros que han desembocado en un sonido propio e intransferible. Sería difícil no descubrirlos en un Blindfold Test, lo cual, dado cómo está el patio de clones, ya es un punto más que favorable para el trío. Conseguirlo, además, con una formación tan básica en la historia del jazz como la de piano, contrabajo y batería es más meritorio si cabe.

Se podrá buscar en la individualidad del pianista referencias, modos de improvisar, incluso de expresar vocalmente el placer de la creación instantánea, pero todo eso no es fin si no medio para crear junto a sus dos inseparables compañeros un lenguaje que, de todo un conglomerado de aficiones comunes, desemboca en una idea concreta ajustada por el perfecto entendimiento de tantos años en la carretera.

No vamos a descubrir a estas alturas la querencia del grupo por los sonidos rockeros, por una concepción etérea y espacial de la acústica, por el uso de la electrónica más elegante y moderada, por esas líneas melódicas y rítmicas a modo de ostinato en la mano izquierda de Svensson, por el sonido distorsionado y guitarrero del arco del contrabajo de Berglund o por una rítmica en la batería de extrema precisión, sutileza y, a la vez, contundencia. Todos estos presupuestos de su música aparecen en "Viaticum" resumidos en el magnífico "The unstable table & the infamous fable" (corte 4 del disco). Una delicia que recuerda a su gran "hit" "Dodge the Dodo".

Un disco, en definitiva, donde prima la concepción grupal de la música sobre los valores individuales y donde las individualidades conforman un todo propio tremendamente sugestivo.

http://www.elclubdejazz.com/discos/est_viaticum.html


Esbjörn Svensson Trio - The Unstable Table & The Infamous Fable – Esbjörn Svensson (piano) Dan Berglund (contrabajo) Magnus Öström (percusión) - Viaticum (2005)

lunes, 12 de diciembre de 2011

Curtis Mayfield / Curtis

Curtis Mayfield : “Curtis” WEA 1970

Por Luis Lapuente


Obra maestra absoluta y el mejor disco de Curtis Mayfield junto a “Back to the world”. Todo lo que significa el soul está en una canción como ‘Move on up’: pasión emocional, voces educadas –¡ese maravilloso falsetto!–, preciso andamiaje rítmico en la mejor tradición negra, vientos sincopados y cortantes, guitarras barrocas dibujando el mapa de los sentimientos, mensajes de orgullo racial: “Cállate, hijo mío, no llores. Tu gente tendrá que entenderte. Sigue adelante hacia tu destino, lucha contra las complicaciones que te encontrarás por el camino”.

Curtis abre el álbum dirigiéndose a todas las audiencias –”¡Hermanas!, ¡negros!, ¡blancos!, ¡judíos!”– y continúa arrojando su mensaje contundente al rostro de la sociedad norteamericana –”(Don’t worry) if there’s a hell below we’re all gonna go”: “(No te preocupes) si hay un infierno allí abajo, todos iremos a él”–: “El presidente Nixon dice que no nos debemos preocupar, pero no sabe que no pueden demostrarlo y que si hay un infierno allí abajo, todos iremos a él”. La dureza formal da paso, enseguida, al borbotón lírico de ‘The making of you’, una bellísima declaración amorosa que recuperaría, años después, para la banda sonora de “Claudine” en las voces de Gladys Knight & The Pips. Otro de los temas inolvidables del álbum es ‘We people who are darker than blue’, un encendido llamamiento a la unión del pueblo negro en pos del objetivo común de la igualdad de derechos.

Pero “Curtis” es mucho más que una serie de alegatos más o menos poéticos o militantes: es la primera manifestación adulta del soul moderno, unos meses anterior al “What’s going on”, de Marvin Gaye, y la armoniosa declaración de principios de un hombre comprometido con su tiempo. Una sinfonía de sonrisas negras arrulladas por un luminoso enjambre de violines, guitarras, vientos y percusiones, el germen de la poesía y de la solidaridad abonado con la magia del soul: la materia de la que están hechos los sueños.

http://www.efeeme.com/89798/lo-que-hay-que-tener-curtis-mayfield/


Curtis Mayfield - The Makings of You - From "Curtis" (1970)

domingo, 11 de diciembre de 2011

Danny Greene / Kill The Irishman

El infiltrado

Su historia es leyenda en Cleveland: enfrentó a la Cosa Nostra en sus cotos más preciados, independizó a la mafia irlandesa, intentaron matarlo ocho veces sin éxito y en una de esas ocasiones hasta logró escapar de su auto mientras éste volaba en pedazos. Personaje implacable y más temible que muchos de sus más célebres pares italoamericanos, el gangster y sindicalista Danny Greene alcanzó su mayor notoriedad en los ’70, los años explosivos en los que centra la mayor parte de su relato Kill the Irishman. Con el título Las reglas de la mafia, una actuación notable del irlandés Ray Stevenson y varios secundarios de lujo como Vincent D’Onofrio, Christopher Walken, Paul Sorvino y Tony Lo Bianco, llega directamente a dvd sin pasar por los cines

Por Alfredo Garcia - Domingo, 11 de diciembre de 2011

“Lo quisieron matar a tiros y con bombas. Pero con persistencia e ingenio, Danny Greene aún sigue entre nosotros. Igual que todo el mundo, algún día le tocará morir. Ese día algunos festejarán, pero la mayoría lo llorará, su leyenda vivirá por años y años. Porque supo cuidar a sus amigos, aunque ellos saben que él hizo cosas buenas y cosas malas. Pero no se puede negar que nunca dejó de vivir al máximo, pero con medida.”

Esto es un intento de traducción de “la balada de Danny Greene”, curiosa oda en honor al legendario gangster y sindicalista irlandés que se convirtió en un conspicuo personaje de la mafia de Cleveland en la década de 1970.

Las disputas entre mafiosos italianos y irlandeses por los negociados derivados del puerto o el negocio de la recolección de basura, entre otros, culminaron en picos de violencia urbana inéditos en la historia del crimen organizado, En el clímax de la llamada guerra de la mafia de Cleveland, explotaban más de 30 autos por año.

Precisamente, Las reglas de la mafia (cuyo título original, Kill the Irishman –“maten al irlandés”–, es más literal) comienza con Danny Greene manejando su auto totalmente despreocupado, siguiendo el ritmo de la música funky que sale de su radio. De golpe, la música sufre una interferencia, como si el tablero del auto tuviera algún tipo de cortocircuito. Sin pensarlo dos veces, el irlandés se arroja fuera del vehículo, que explota casi en el acto. Medio aturdido por la explosión, el irlandés grita e insulta a sus enemigos invisibles. “¿Esto es lo mejor que pueden hacer para liquidar a Danny Greene?”

Al tipo lo intentaron matar unas ocho veces, sin éxito. No solo le pusieron bombas en el auto, sino que además sobrevivió a una terrible bomba que demolió totalmente su casa. En un momento, Greene aparecía en los noticieros desafiando a sus enemigos a que siguieran intentando liquidarlo. Incluso llegó a desarrollar un curioso delirio místico relacionado con las tradiciones de los guerreros celtas, que solo se iban para arriba cuando el Todopoderoso los llamaba al Valhalla irlandés, y nunca antes.



Las reglas de la mafia, de Jonatan Hensleigh (que sin pasar por los cines, acaba de ser editada en dvd por SBP), es una gran película de gangsters con un estilo diferente al de los clásicos del género. Desde la saga de los Corleone a los Buenos muchachos de Scorsese, el policial sobre mafiosos necesariamente acompaña desde lo narrativo el típico temperamento italiano... desde la picardía de los inicios más bien ingenuos en la vida criminal, a las tragedias terribles con las que suele culminar toda crónica negra, este subgénero del film noir casi siempre se maneja con este tipo de emociones opuestas y extremas, donde una escena puede empezar con gente que baila una tarantela para derivar en un velorio con gente que se insulta y maldice a los gritos y en algún dialecto siciliano.

En cambio esta película describe otro tipo de personajes mafiosos. En un punto, casi se podría decir que la epopeya del Robin Hood de Cleveland es menos vistosa, menos pintoresca y tal vez más realista que las sagas mafiosas de los clásicos. Empezando por la eficaz y muy creíble descripción de las actividades ilegales que le surgen inmediatamente al protagonista al momento de convertirse en líder sindical de los trabajadores del puerto. Por otro lado, el personaje de Danny Greene no era en absoluto el arquetipo del gangster vicioso sumergido en excesos de sexo y drogas. No tomaba alcohol, mucho menos drogas, insistía en aconsejar a sus amigos matones sobre las ventajas de una dieta rica en vegetales, y todas las mañanas se sometía a una rigurosa rutina de ejercicios físicos que practicaba invariablemente en el parque público de su barrio, cita obligada para que sus enemigos intenten liquidarlo.

Dado que los irlandeses solo llegaban a ser una especie de sirvientes de los mafiosos italianos, la aparición de Greene marcó un quiebre hacia una suerte de independencia criminal, cosa que no le cayó muy bien a los representantes locales de las grandes familias de la Cosa Nostra, para colmo enfrentados entre por el dominio de la ciudad.

Irlandés de pura cepa, Ray Stevenson ofrece una interpretación brillante por su economía de gestos y expresiones, marcando la diferencia con el histrionismo de sus rivales italoamericanos, casi como un Robert Mitchum setentista. (Un detalle curioso es que Heinsleigh, guionista de taquilleras superproducciones como Armageddon y Duro de matar 3, debutó como director con la primera versión fílmica del cómic The Punisher, pero no tuvo nada que ver con la secuela Punisher War Zone, protagonizada por Stevenson.)

Si algo no le falta a esta excelente película de gangsters es histrionismo. Si una buena película se mide por la calidad de sus actores de reparto, entonces ésta es buenísima. Empezando por Vincent D’Onofrio, el talentoso y semi olvidado protagonista de Nacido para matar, de Kubrick, que se luce en el papel del único verdadero amigo mafioso italiano de Greene. Luego, está el cada vez menos reconocible Val Kilmer (más cerca de Marlon Brando que de Jim Morrison), como un policía irlandés que aprende a respetar a su vecino delincuente, además del experto en personajes de avería, Christopher Walken, como un amable mafioso judío tan encantador y simpático como abominable.

Y para completar el ejército de gangsters obsesionados en asesinar al irlandés, el elenco incluye actores de culto como Paul Sorvino, Tony Lo Bianco, Vinnie Jones, Mike Starr, Bob Gunton, y el ominoso Robert Davi (villano Bond de Licencia para matar) como uno de los más temibles killers del cine de mafiosos, un tipo espantoso con un nombre gracioso: Ray Ferrito.

A propósito, un detalle importante de esta película es que, por más delirantes que puedan parecer las situaciones, casi todo se basa en hechos verídicos perfectamente documentados y eternamente recordados en los barrios irlandeses de Cleveland.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-7542-2011-12-11.html



Kill The Irishman - Official Trailer