domingo, 29 de diciembre de 2013

Leroi Jones / Black Music




"Black Music" de Leroi Jones: Jazz y cultura negra en los 60.

Entre 1959 y 1967 el crítico musical, ensayista, poeta y militante social negro Leroi Jones escribió artículos y reseñas de jazz en las principales revistas de Estados Unidos, que fueron reunidos en un libro en 1979, publicado ahora en la Argentina.

28.12.2013 09:49
Pedro Fernández Mouján

“Down Beat”, “Jazz Review”, “Metronome” y “Wild Dog”, fueron algunas de las publicaciones donde colaboró Jones, poeta beat, editor de  Allen Ginsberg y Jacques Kerouac en su editorial Totem y reconocido intelectual afroamericano hasta la actualidad, partícipe de numerosas polémicas, una que le valió el mote de “antisemita” a raíz de su poesía “Somebody Blew Up America?” sobre el atentado a las Torres Gemelas.

Estos artículos de Leroi Jones (o Amiri Baraka nombre musulmán que adoptó como reafirmación de su pertenencia) fueron reunidos en 1970 en el libro “Black Music”, que tuvo reedición, con prólogo del autor y una entrevista a él, en 2009, y que ahora edita acá Caja Negra.


Se trata de viñetas, reportajes o análisis de lo que sucedía en la escena en momentos en que se gestaba el free jazz, que proponen constantes puntos de referencia y análisis con lo que sucedía en esa época en Estados Unidos, signada por la turbulenta lucha por los derechos civiles, que lideraron Malcolm X,  Martin Luther King y los Panteras Negras.



Los artículos no sólo son exquisitos análisis musicales sobre el jazz y la música que se estaba gestando en ese momento, sino que tienen la gracia de haber sido realizados por alguien que pertenecía y conocía de cerca esa vigorosa escena (“en ese momento yo vivía casi arriba del Five Spots”, dice Jones, en relación con el bar neoyorquino donde se gestó el free jazz).



Pero además, estos escritos respiran política, ya que están  inmersos en una acción estratégica en el marco de los movimientos libertarios de la población negra en la década del 60 en Estados Unidos.



“La revolución específica que realizaban estos músicos -señala Jones en una revisión de estos artículos-  se dirigía contra la  prisión de la mediocridad americana… El énfasis microtonal, modal, afroasiático, estaba en todas partes. Ahora tocarían libremente. ¿Libremente? Por supuesto: había sido nuestra filosofía, nuestra ideología, nuestra estética desde la esclavitud. Y en este momento de la historia lo gritábamos nuevo: ¡Free Jazz! ¡Freedom Suite! ¡Freedom Now!”.



Y para saber de qué se trata todo esto, escribe en el artículo de 1963 “El jazz y la crítica blanca”: “La música de los negros es esencialmente la expresión de una actitud, o una colección de actitudes, acerca del mundo, y sólo secundariamente  sobre el modo de hacer música”.



En relación con el bebop (movimiento esencial de la década del 40 liderado por gigantes como Thelonious Monk y Charlie Parker que aparece como reacción al lánguido blanqueamiento del jazz que impone el swing de las big band del 30 con gente como Benny Goodman) lo define como “el registro exacto del pensamiento cultural y social de toda una generación de norteamericanos negros”.



Un artículo sobre Monk, otro sobre Billie Hollyday, reportajes a  Roy Haynes, Wayne Shorter y Don Cherry, comentarios de discos de Sonny Rollins y Cecil Taylor, una crítica de un concierto de John Coltrane en Birdlands en 1963 que comienza “una de las cosas más incomprensibles de los Estados Unidos es el hecho de que, a pesar de su perfil  esencialmente despreciable, todavía exista aquí tanta belleza”, marcan en conjunto el ánimo de “Black Music”.


También están las columnas Apple Cores que redactó para “Down Beat” (donde dejó de escribir luego de que la revista lo acusara de racista por sus posturas a favor del nacionalismo cultural negro), artículos esenciales para entender el free como “La avant-garde del jazz” de 1961, u otros para comprender la raíz de su sistema de pensamiento como “Lo mismo que cambia”, sobre blues, jazz y R&B, componen este libro, escrito con pluma ágil e inteligente, donde no faltan ni la magia, ni el odio, la ironía o el humor.