jueves, 3 de septiembre de 2009

Atlantis / La Inquebrantable Voluntad del Hombre




A 25 años de una aventura histórica

Cinco argentinos cruzaron el Atlántico en una precaria balsa de troncos sin timón. Sus aliados fueron el viento, las corrientes marinas y la voluntad inquebrantable. Se propusieron demostrar que era posible y, por supuesto, lo lograron.


“Que el hombre sepa que el hombre puede”. Esa es la frase que con la fuerza de un viento de popa impulsó a un grupo de argentinos a una peligrosa, incomparable y romántica aventura que quedó en la historia como la expedición Atlantis.


El 22 de mayo de 1984, la precaria balsa de madera partió desde Santa Cruz de Tenerife (en las islas Canarias). Varios días más tarde, y contra la inmensa mayoría de los pronósticos, arribó al puerto de la Guayra (Venezuela), en medio de las lágrimas de sus tripulantes y la mirada atónita de los privilegiados testigos.


Fue el 12 de julio de aquel año cuando Alfredo Barragán, Jorge Iriberri, Horacio Giaccaglia, Daniel Sánchez Magariños y el camarógrafo Félix Arrieta -que en medio del océano confesó que no sabía nadar- volvieron a pisar tierra firme.





El tiempo ha pasado

Anteayer, a poco más de 25 años de esa hazaña, los héroes de la expedición fueron homenajeados por el Concejo Deliberante de Mar del Plata. “No nos llama la atención este reconocimiento, porque Atlantis nació como una expresión de dolorenses y marplatenses”, dijo el capitán Barragán.

El hombre calificó a la epopeya como “un monumento al romanticismo”, y dijo que tanto él como sus compañeros de travesía tienen la obligación de “cuidar su pureza, porque Atlantis nunca aceptó sponsors comerciales ni banderías políticas, ya que es de todos”.

“Atlantis sigue navegando y nosotros seguiremos a bordo por el resto de nuestras vidas, porque no hay un solo día en el que alguien no nos recuerde” aquella aventura, dijo Barragán en alusión a la balsa con la que cruzaron el Atlántico sin más impulso que los vientos y las corrientes marinas.


La Atlantis fue construida con gruesos troncos de madera -de unos 14 metros de largo- que los propios aventureros fueron a buscar a la selva ecuatoriana y que, una vez en Mar del Plata, unieron con fibra vegetal siguiendo (tanto en materiales como en diseño) el modelo de las embarcaciones africanas de hace unos 3.500 años.La obstinación
Luego de varios años de estudio e investigación, Barragán -abogado dolorense- había llegado a la conclusión de que las embarcaciones africanas podrían haber llegado a América, mucho antes de que lo hiciera Cristóbal Colón. Y, obsesionado con ello, decidió comprobarlo.Fue a partir de ahí que se formó este quinteto de soñadores que terminó venciendo a las olas, las tormentas y al escepticismo generalizado.

La balsa, que tenía como única protección contra la intemperie y el implacable sol del Caribe una precaria choza de madera, no estaba provista de timón, ni motor. Sólo contaba con una vela rectangular que le permitía avanzar a una velocidad promedio de 5 kilómetros por hora.

Con edades que iban desde los 35 hasta los 41 años, Barragán y sus hombres se colocaron a la altura de navegantes como el noruego Thor Eyerdhal, que con otra balsa, la legendaria Kon Tiki, atravesó el Pacífico desde América hasta la Polinesia, en 1947.


La Atlantis, con la que pudieron demostrar la inquebrantable voluntad del hombre, reposa ahora en un galpón de Dolores. Ahí se construirá el Museo de la Aventura, en el que, por supuesto, será la niña mimada .


http://www.diariohoy.net/accion-verNota-id-40881-titulo-A_25_a%C3%B1os_de_una_aventura_hist%C3%B3rica


Expedición Atlantis - Que el hombre sepa que el hombre puede (1984)