miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bill Evans / Sensibilidad, Lirísmo y Tragédia


Bill Evans, 30 años del suicidio más largo de la historia

Por: Alfonso-Cardenal 15 Sep 2010

Pocos pianistas han influido tanto en la historia del jazz como el mítico Bill Evans. Hoy se cumplen 30 años de la muerte del músico por una hemorragia provocada por su adicción a la heroína y a la cocaína. A su muerte Evans era una leyenda, en sus inicios no, apenas vendió un millar de copias de su primer trabajo a mediados de los años 50 cuando abandonó el ejército. En su carrera, el piano de Evans acompañó a los más grandes músicos de jazz. Formó parte de la histórica grabación de “Kind of Blue” de Miles Davis en la que fue coautor de tres de las cinco canciones que perfilarían el nuevo rumbo del jazz. Davis no fue el único en contar con sus teclas, Evans era un fijo en los estudios y giras de los más grandes como Chet Baker, con él compartió varios trabajos, también con gente como Art Farmer o Charles Mingus. En 1958 recibió el premio al Pianista Revelación del año, tenía 29 años y un brillante futuro por delante.

En los años sesenta conoció la heroína y tomó los mismos pasos hacia los mismos errores que Charlie Parker, Chet Baker o muchos otros genios musicales de la época. Estuvo enganchado durante años y cuando consiguió superar su adición al opio entró de lleno en la nueva droga de la siguiente época, la cocaína. Por ello Evans siempre tuvo poco dinero a pesar de su éxito y notables problemas de salud. Cuando murió uno de sus amigos definió la vida del pianista como “el suicidio más largo de la historia”. Su música, en cambio, no se vio tan perjudicada por sus problemas personales y la gran mayoría de sus composiciones de los años sesenta y setenta alcanzan un nivel legendario en formato de trío.


http://lacomunidad.cadenaser.com/sofa-sonoro/2010/9/15/bill-evans-30-anos-del-suicidio-mas-largo-la-historia


Bill Evans - Waltz For Debby


La fuerza del destino: Bill Evans


El impacto que ha ejercido, ejerce y ejercerá la obra de Bill Evans (1929-1980) a través del tiempo, es imparable e indetenible. Su muy personal lenguaje armónico, sus largas líneas melódicas, su fraseo asimétrico y su acompañamiento de acordes sin fundamentales, han definido e influenciado a toda una generación de pianistas los últimos treinta años, entre los más destacados, Chick Corea, Keith Jarrett, Herbie Hancock y Brad Meldhau. En las manos de Bill Evans, un tema standard se convertía en la versión definitiva de ese tema, como por ejemplo, Someday My Prince Will Come, el tema de amor del primer largometraje de dibujos animados de Walt Disney, Blancanieves y los Siete Enanos, la cual interpretó en innumerables ocasiones.

Siendo un artista que se dedicó por entero a la ejecución del piano (y de los teclados), su influencia va mucho más allá de la esfera que abarca a los ejecutantes de las blancas y las negras. Bill Evans es uno de los músicos más importantes de toda la historia del jazz —aunque podríamos decir también, del siglo XX—, que no sólo innovó y enriqueció el vocabulario del piano sino también el concepto y el lenguaje del clásico trío de jazz, donde cada instrumento se erige con una dimensión y un discurso propios, y no sólo como mero acompañante.

Luego de haber colaborado por espacio de ocho meses con el sexteto de Miles Davis a finales de los años cincuenta, el cual aportó, entre tantas obras maestras, el mítico y canónico álbum Kind of Blue, el cual es considerado el álbum más vendido de toda la historia del jazz, Evans se dedicó, como líder, a desarrollar, junto al contrabajista Scott LaFaro y al baterista Paul Motian, lo que sería una carrera insuperable, en cuanto al trío se refiere. Luego de la trágica muerte de LaFaro, Evans mantuvo toda una suerte de tríos a lo largo de los años, salpicando su discografía aquí y allá como solista. En su último gran trío lo acompañaron Marc Johnson en el contrabajo y Joe LaBarbera en la batería.

De todo el legado artístico que Evans nos dejó, sería interminable enumerar una lista en este espacio, aunque me atrevo a recomendar uno de mis preferidos: You Must Believe In Spring (Warner Bros, 1980 – Grabado en 1977). Muy personalmente, opino que este no es un disco de jazz, sino más bien, un disco de poesía hecha música.

Para finalizar esta breve nota sobre uno de mis más grandes gurús, me permito citar su punto de vista estético, al referirse a la obra de William Blake (1757-1827), poeta, pintor y místico inglés:

“Es casi un poeta popular, pues alcanza elevadas cotas artísticas gracias precisamente a su sencillez. Las cosas sencillas, lo esencial, son las importantes, pero a veces las expresamos de un modo terriblemente complejo. Lo mismo sucede en el terreno musical con la técnica. Intentas dar voz a una emoción sencilla como el amor, el entusiasmo o la tristeza, y suele ocurrir que la técnica entorpece esta labor, que acaba por convertirse en un fin en sí misma cuando no debería ser más que el canal que permite la comunicación entre las ideas y los sentimientos. El gran artista siempre sabe llegar al quid de la cuestión, y posee una técnica tan natural que es imperceptible. Nunca me he topado con grandes dificultades, y eso me preocupa. Espero no acabe convirtiéndose en un estorbo.”

Sobre el romanticismo en la música:

“Si quieres que el resultado sea realmente extraordinario, hay que mezclar disciplina y libertad con mucho tiento, y hacerlo creativamente. Creo que toda la música es romántica, pero me molesta que ese romanticismo haga que la música suene sensiblera. Sin embargo, quien sabe combinar romanticismo y una cierta disciplina alcanza una belleza insuperable.”

Finalmente, Eddie Gómez, uno de sus contrabajistas predilectos y compañero por once años de Evans, dijo:

“No pedía nada extraordinario: que subieras al escenario y dieras el ciento diez por ciento, que no te reprimieras y que, de vez en cuando, asumieras algún riesgo. No se cansó de repetirme que debía olvidarme del legado del difunto Scott LaFaro y que tenía que ser yo mismo. Bill era un tipo expresivo, directo, amable, majestuoso e inteligente, siempre estaba dispuesto a echarte una mano. Su meta era hacer una música que aunara pasión e intelecto, una música que te llegara al corazón.”

http://musicarrillo.wordpress.com/2010/05/21/la-fuerza-del-destino-bill-evans/

Bill Evans-My Foolish Heart