jueves, 2 de noviembre de 2017

Pablo Cedrón / Se Marchó Un Verdadero Talento




Murió el destacado actor Pablo Cedrón.

Jueves 2 de noviembre de 2017

Actor, músico y guionista, Pablo Aquiles Cedrón Elichiridehety, hijo del artista plástico Alberto Cedrón;  nació en Mar del Plata el 7 de enero de 1958 y se crió en una familia de artistas. La dictadura militar los expulsó fuera del país y los forzó a experimentar el exilio, la soledad y el hambre. Una vez de regreso en la Argentina, la bohemia excesiva de su padre y la falta permanente de dinero en la casa llevaron a Pablo Cedrón a tener que trabajar desde los doce años en lo que fuera: de albañil, repartidor de volantes y cocinero en restaurants;  ya de adulto, trabajó en aserraderos, carpinterías y como guía de turismo en la montaña.Comenzó su carrera de actor a principios de la década del ´70, participando en publicidades y en películas con baja repercusión.

En el año 1992 formó parte del programa humorístico De la Cabeza junto a Alfredo Casero y en 1993 participó, como actor y guionista, del ciclo televisivo Cha Cha Cha, considerado de culto por los medios nacionales, el cual también estaba integrado por Mariana Briski, Mex Urtizberea, Diego Capusotto, Rodolfo Samsó, Fabio Alberti y Alfredo Casero. 

Muy talentoso y con una sólida carrera actoral, Cedrón se destacó en programas de televisión como Verdad Consecuencia, Mujeres Asesinas, Sos mi vida y Farsantes, en películas como Felicidades, El Aura y Aballay, y en piezas teatrales como El caso Piniataro Sánchez, obra que también escribió.

Capaz de interpretar con veracidad cualquier género, confesó que su principal virtud como actor es también su principal defecto: ser humilde, característica que lo ha llevado en varias oportunidades a no sentirse lo suficientemente respetado como artista.

"Mi vida estuvo llena de hechos inesperados, complejos. Mi familia se desperdigó con la llegada de la dictadura. Yo me fui a Francia y mi carrera actoral se cortó porque, si bien pude seguir estudiando teatro, tenía que laburar para vivir. Cuando volví tuve que empezar de cero. Hice publicidades, algún papel chico en una telenovela... Trabajé de carpintero y de herrero. Fabriqué gomina, fabriqué matracas, di clases de francés, me dediqué a la gastronomía... En Santa Cruz trabajé como guía de parques nacionales. Y en Chubut, en un aserradero. Siempre fui un obrero, vengo de una familia de obreros, pero mi vocación es la actuación".


Pablo Cedrón - Actor, Trompetista 


Entrevista a Pablo Cedrón: "En mi vida, elegí muy poco"


Sábado 11 de Julio de 2015 | 13:58
Por Mercedes Méndez

Un explorador. Si Pablo Cedrón no hubiese sido el actor sutil que es, podría haber ocupado sus días en recorrer la naturaleza. Tal vez sería un geólogo solitario, enamorado de los misterios de la tierra. Este hombre que se le parece a Roberto Arlt no sólo desde lo físico sino por su atracción hacia las causas perdidas y cierta cercanía con el mundo marginal, trabajó en aserraderos, fue carpintero y guía de turismo en cabalgata en la Patagonia. Le fascinan los pueblos perdidos de montaña, en los que se vive de la caza y la pesca y a los que hay que acceder con grupo electrógeno y víveres, porque no tienen nada de nada, publica Tiempo Argentino. 

–¿Qué te atrae de esos lugares tan alejados de todo?

–Vas caminando y te encontrás fósiles. Eso es maravilloso. Son lugares en los que, más allá de los grandes cataclismos, no ha pasado nada. Te dan la sensación, en forma medio inconsciente, de que todo puede empezar de nuevo. Es una boludez, pero me hacen sentir que algo se puede componer. Mientras que lo otro, ya no tiene arreglo.

Pablo Cedrón es, en sí mismo, una clase de historia, un libro de aventuras y un orador de tendencias filosóficas. Todo esto lo puede desarrollar cuando cuenta su historia de vida. Tal vez por eso pudo transitar con elegancia la sordidez de los personajes de Arlt en cine y tv (El juguete rabioso (1984), Los siete locos (2015), el tono melancólico de la película de Lucho Bender Felicidades (2000) y los personajes insólitos y desmesurados de Cha Cha Cha (1993), la creación de Alfredo Casero. 

–¿Con tanta carrera recorrida te sigue pasando no tener trabajo?

–Muchas veces. Me pasa todo el tiempo. He estado más de cuatro años sin trabajo de actor. No sé por qué. Esta es una vocación irregular. Cuando no me llaman para algún papel, enseguida vuelvo a mis oficios de carpintero o herrero. Esto es algo medio difícil de contarle a mis compañeros actores. No lo entienden mucho. Piensan que estoy loco. Pero bueno, yo no conozco a nadie del medio. No sé hacer lobby. Si alguien me dice algo que no me gusta, me enojo y me voy a la mierda. En esta tarea, a veces uno se traga ciertas humillaciones para poder acceder a otro laburo, o para que no te echen. Yo eso no lo sé hacer. Entonces voy y laburo de carpintero. Eso no quiere decir que me sienta realizado, porque a esta altura, después de tantos años de trabajo, yo sé que lo que más me gusta es actuar.

Además de vivir varios años en la Patagonia Argentina, Pablo Cedrón también se instaló en Francia. Su familia de artistas se exilió durante la dictadura allá: Padre Alberto (Artista Plástico), tío Juan Carlos “Tata” Cedrón (Músico), tío Jorge (Cineasta). Pablo se quedó tanto tiempo en Europa que llegó a estar indocumentado. En esa época, se volvió hábil en cruzar la frontera, aunque estaba flojo de papeles. Cuenta: “Yo trataba de cruzar en el verano a España para trabajar allá porque eran épocas en que las fronteras estaban saturadas de gente. Había menos control. Era fácil comparado con lo que es hoy, porque no estaba la computación y todos los controles que hay ahora. Pero estoy hablando de hace 40 años. No se ponían muy puntillosos. Además cruzaban muchos árabes y muchos negros. Como yo físicamente no soy tan negro, me dejaban pasar. Hoy sería imposible hacer eso.”

–Tenés un espíritu aventurero...

–Voy a ser sincero: mi impresión, porque es muy difícil verse a sí mismo con objetividad, es que fui arrojado a las circunstancias. Elegí muy poco. No tengo estudios secundarios, apenas tengo séptimo grado. Empecé primer año, pero con muy malas notas de entrada. Mi familia era una catástrofe. Mi vieja no estaba. Mi papá poca bola me ha dado, yo estaba mucho en casas ajenas. Tuve muchos padres sustitutos, que siempre hacían la figura de padres, gente muy vieja que me cuidó.

–¿Por qué tu papá no te cuidó?

–No lo sé. No lo puedo explicar. Sería él muy egoísta. Yo estaba mucho con mis tíos. Tenía un tío que se llamaba Jorge, que hacía cine y fue muy bueno conmigo. Mucho mejor que lo que fue mi padre. Después se suicidó en Francia. Hice lo que pude, no tenía quién me banque. A los 12 años ya era albañil, después estuve trabajando en la casa de mi tío, que me cobijó, me llevó a su campo... él trabajaba con chanchos y abejas.

–¿Sentías en aquel momento que si no trabajabas no comías?

–Recuerdo esa época con una sensación de ajeno, de extrañeza. Como que soy yo, pero al mismo tiempo no lo soy. En ese momento me sentía desamparado. Si bien todos son artistas en mi familia, veníamos de una clase social trabajadora, más allá del oficio. Mi papá era matricero, mi tío hacía carpinteria, el otro era peón de albañil, mi abuelo era mecánico. Yo veía gente que trabajaba. No era una clase social de las que pensaran “sólo me dedico al arte”. Eso pasa en la clase media alta. La burguesía. No éramos eso. No vivíamos en la villa, pero éramos desclasados. Los de la villa pensaban que éramos ricos y los ricos nos creían negros. No éramos nada.

–¿Y ahora que sos?

–No sé… quizás monárquico. Siento mucha confusión. Mis ideas son muy arcaicas. Me asaltan rápidamente estados de ánimo que no tienen que ver con las ideas políticas, que son más ordenadas. Me agarran arranques de tristeza o asombro, o de rebelión, que no las puedo relacionar con izquierda o derecha.

–¿Sos nostálgico del pasado?

–El pasado y el presente son todo un tema, porque involucran el paso del tiempo. Es ambiguo saber aquel que uno fue. Si yo hubiera sabido que ciertas cosas iban a desaparecer, las hubiese disfrutado mucho más. Cuando uno es chico es eterno, piensa que las cosas son para siempre, no concibe que se terminen. Me acuerdo del barrio de La Boca cuando era chico y lo que veo ahora es una porquería. Cartón pintado. La gente perdió el sesgo personal. Cuando yo era chico, cada persona tenía su paleta de color, era hijo de sí mismo. No lo habían visto en otro lado, influenciados por alguien. Eran verdaderos. Después nos fue erosionando la televisión. Nos masificamos.

Cedrón, que cuenta que no terminó el secundario, puede hablar con precisión de las distintas etapas del gaucho argentino, explicar cómo fue la exportación del tango a Europa, dar detalles de la guerra de Crimea y conocer las bases de la geología. Le da el último sorbo a su café y empieza a buscar el vestuario de su personaje. En minutos será otro. Un actor que sube a escena y un hombre que carga con los miles de personajes que tuvo que interpretar en su propia vida. 

http://todoshow.infonews.com/nota/233127/en-mi-vida-elegi-muy-poco



Joe McPhee Po Music - Pablo - Oleo (1982)
Pablo Cedrón (Enero 07 1958 - Noviembre 01 2017) 
(In Memoriam)