viernes, 5 de noviembre de 2010

Keith Richards / It's Only Rock & Roll (But I Like It)




Memorias de un Rolling Stone

"No me he olvidado de nada", escribe Keith Richards, el distinguido autor de "Life", un relato enorme y feroz de la aventura de casi medio siglo de los Stones.

04/11/10

Son las 15:00 horas en la oficina del manager de Keith Richards en Nueva York. Richards tiene una cita a las 3 en punto. "Pase, estará aquí en un minuto", dice un asistente ­y en un minuto llega, a las 15:01. Esto, viniendo de un hombre que en un tiempo se jactaba de funcionar según la Hora Keith.

Tomen nota de la puntualidad de la nueva encarnación de este hombre: ahora es el distinguido autor de "Life", un relato enorme y feroz de la aventura de casi medio siglo de los Stones.

"Es lo más difícil que he hecho en la vida", dice refiriéndose al libro. "Es preferible hacer 10 discos".

No parece precisamente agotado.

Hoy, con ropa de calle neutra y zapatos color verde pimiento, está positivamente afable. En la cabeza: una vincha y un sombrero de paja común, con mechones de pelo canoso asomando. Sin ninguna fruslería colgando. "Ya pasé por esa etapa", dice. Pasó por montones de etapas. Y están todas en "Life": el Boy Scout (de veras); el roquero novato; el chico enamorado (loco por Ronnie Spector); el nuevo ídolo sorprendido; el más viejo, adicto a la heroína; el eterno contrincante de Mick Jagger.


El único dato más espectacular del libro es una nota manuscrita en la solapa: "Créase o no, no me he olvidado de nada".


"Mi principal preocupación al principio creo que fue si mi memoria era realmente confiable", dice.
James Fox, el periodista y autor de "White Mischief", amigo de Richards desde hace años, fue su colaborador en "Life". Investigó el pasado de Richards, llevó a cabo entrevistas y recurrió a viejas cartas y anotaciones en diarios.


"Pasé el día practicando", escribió Richards a los 19 años en enero de 1963.


"Espero que valga la pena". También fue exhumada una carta de Richards a su tía Patty en la que describe a un chico que había conocido en la escuela primaria, Mick Jagger.


Estos objetos trajeron recuerdos. Una vez contadas las historias y escrito el borrador, con Fox terminaron sentados, cada uno con una copia manuscrita, mientras Fox leía todo el libro en voz alta.


"Lo que no me imaginé es que sería un editor natural tan bueno", dice Fox refiriéndose a Richards. "Cortaba, como correspondía, por razones de ritmo y compás ­una verdadera pieza musical".


El libro comienza en 1975 con una redada antidroga en Arkansas y un juez que se convenció de liberar a Richards después de confiscarle su cuchillo de caza (que todavía sigue colgado en el tribunal) y de sacarse una foto con él.


Cubre muchos otros arrestos también, así como los denodados esfuerzos realizados por Richards para abandonar su adicción a la heroína, cosa que afirma haber conseguido hace 30 años.


"Historias como ésa no se cuentan muy a menudo", insiste. "No hay muchos dispuestos a contarlas".


"Life" ya atrajo una atención indebida por un insulto anatómico más bien de onda juvenil contra Jagger. Pero éste es un libro que no se calla nada, y la mayoría de sus insultos son más graves.

"Sangre fría" y "vicioso" son dos palabras que utiliza para describir a Brian Jones. Allen Ginsberg era un "viejo charlatán". Donald Cammell, el director de cine ("Performance", protagonizado por Jagger y Anita Pallenberg, amante de Richards durante años), no se suicidó lo suficientemente pronto a los ojos de Richards. (Se pegó un tiro en 1996.) Cuando Marlon Brando les hizo insinuaciones a él y a Pallenberg, Richards recuerda que le contestó: "Más tarde, compañero".


En cuanto a Jagger, las quejas hacen referencia a la autopromoción, al ascenso social, el egocentrismo, la inseguridad y a una identidad sexual incierta.


También se nota cierta arrogancia distante en cuanto a los aportes de Jagger a la composición del dúo.


"Está destinado a ser duro, pero justamente lo que trato de hacer es contar la historia desde el primer día hasta ahora", dice Richards. Él se encargó de que Jagger supiera lo que aparecía en el libro.


Parte del material más curiosamente revelador del libro aparece en lo que Richards llama el "Taller de Guitarra de Keef". Aquí aparecen los secretos de algunos de los riffs de rock más famosos en el mundo y los equipos prácticamente de juguete con los que fueron grabados, como el grabador de casetes en el que Richards dobló las distintas capas en guitarra para "Street Fighting Man", "Jumpin’ Jack Flash" y parte de "Gimme Shelter". Aquí se ve cómo los compases silenciosos de "Heartbreak Hotel" de Elvis Presley dieron lugar a algunos de sus solos más inspirados.

Richards es de esos raros autores de memorias que pueden decir, sin hipérbole, "lo que esperaba que valiera la pena compartir con la gente resultó ser mucho más importante de lo que podía imaginar".

http://www.revistaenie.clarin.com/escenarios/musica/memorias-Rolling-Stone_0_365963595.html


Keith Richards-Wicked As It Seems