martes, 25 de enero de 2011

Johnny Hodges / An Sphere Of Influence


Johnny Hodges, el amigo de Duke

Por Rafael Cuadrado



Johnny Hodges (John Cornelius Hodges, Cambridge, Massachusetts, 25 de julio de 1907 - Nueva York, 11 de mayo de 1970), fue un músico de jazz, saxofonista alto y soprano, extraordinario e inigualable, y uno de los tres saxofonistas altos más influyentes y reconocidos de la historia del jazz junto con Benny Carter y Charlie Parker. La sonoridad de Johnny, es transparente y tensa, a la vez que amplia, delicada y de indefinible belleza. Su nombre permanecerá escrito en la historia del jazz, como uno de los solistas más determinantes de la gran orquesta de Duke Ellington en la que ingresó en 1928 con apenas veintidós años y que no abandonaría hasta su muerte. Fue un grande a la hora de la improvisación, y sus ideas sorprendentes, y su sonido melodioso, pulcro, y lírico, crearon escuela entre los saxofonistas.


La historia del Jazz suele escribirse según las revoluciones que cada artista ha protagonizado, por el mérito de "ir más allá que los demás". De este modo, Louis Armstrong fué el primero en darle importancia a un instrumento solista... sin él no habría un Miles Davis, ni un John Coltrane... sin él, probablemente otro habría llegado a ese mismo punto, pero Louis Armstrong además tenía un talento descomunal. Coleman Hawkins, por ejemplo, fue el primero en interpretar un tema sin prácticamente tocar dicho tema, sólo esbozando la melodía y luego volando libremente... sin él no habría un Charlie Parker, ni un Dave Brubeck... sin él, probablemente otro habría llegado al mismo punto, pero es que Coleman Hawkins además tenía un talento inmenso. Y se pueden decir cosas parecidas de gente como Duke Ellington, Dizzy Gillespie, Charles Mingus y muchos otros gigantes del jazz. Pero al contar una historia del jazz basándose en estas proezas, suele pasar que músicos como Johnny Hodges sólo tengan una pequeña mención sin importancia, y eso es una injusticia, porque talento, a Johnny Hodges le sobraba.


Sus primeros pasos en el jazz los dio con el clarinetista de New Orleáns, Sidney Bechet. De Bechet, aprendió a usar el saxo soprano, instrumento que Hodges tocaría alternativamente con el saxo alto hasta 1940 en el que adoptó definitivamente este último. Posteriormente pasó efímeramente por las bandas de Lloyd Scott, Chick Webb, Luckey Roberts y Willie "The Lion" Smith. Finalmente llegaría a Ellington con quien pasó toda su vida siendo un elemento indispensable en su orquesta durante los años treinta y cuarenta. En los pupitres de Duke Ellington, Johnny Hodges, enriqueció con su sonido, la ya de por sí impecable sección de vientos de la orquesta con un sonido innovador, original y de una pulcritud innegable. En los tempos lentos (a los que Ellington le ligaba frecuentemente) emocionaba mientras que en los tempos rápidos desarrollaba un swing irresistible, lo que le hizo el saxofonista alto más popular de los años cuarenta y cincuenta. Los otros miembros de esa estelar banda fueron junto con Johnny Hodges, Harry Carney en saxofón, el clarinetista Barney Bigard, los trompetistas Rex Stewart y Cootie Williams (quien fue reemplazado por Ray Nance en 1940) y los trombones de Joe Nanton, Juan Tizol y Lawrence Brown, Sonny Greer en batería y "el pianista", como Ellington solía referirse a sí mismo.


Fuera de la orquesta de Ellington, abanderó varias bandas con miembros inclusive de la propia orquesta ellingtoniana que resultaron ser igualmente magníficos. Animado por Norman Granz, promesas de más notoriedad, más éxito y más dinero hicieron que desde 1951 a 1955, Hodges haga un paréntesis con Ellington para formar su propia banda, con la que tuvo un hit con "Castle Rock", de la que el mismo Duke era músico invitado y donde John Coltrane tocó durante el último año. Sus encuentros con otros músicos también son importantes, dando muestras de que era capaz de generar swing con su saxo con independencia de la formación en la que tocara. Son destacable sus encuentros con el organista Wild Bill Davis, con el trompetista Dizzy Gillespie, y con los pianista Earl Hines o Teddy Wilson. Grabó su nombre a una treintena de discos. De ellos dos sobresalen con luz propia. El primero grabado con la orquesta de Ellington y en la que el "Duke" le permitió liderar la sesión y editar el disco a su nombre, un privilegio nunca concedido a ningún otro miembro de la orquesta, titulado "Side by Side" grabado para "Verve" en 1958. El segundo, grabado en 1964 para el sello Impulse!, fue "Everybody Knows" con practicamente la sección de vientos de Ellington al completo. También participó en la banda sonora de la película Swingers.


Julio Cortázar lo admiraba, y esto quedo plasmado en "El perseguidor", que es como una pequeña "Rayuela", por las similitudes de sus personajes Johnny y Oliveira. "El perseguidor", dedicado In memoriam de Ch. P. (Charlie Parker), retrata a un Johnny Carter (donde se reúnen nombre y apellido de dos saxos memorables: Johnny Hodges y Benny Carter), que hereda aficiones de Parker: alcohol, drogas, escándalos, amoríos... Johnny es un músico arbitrario y genial, que descoloca con gestos y desplantes de intuitivo a Bruno (es decir, Cortázar), un crítico racional que está escribiendo un libro sobre Johnny.


Fernando Trueba, otro declarado admirador suyo, incluye en "El baile de la victoria" el tema What´s the rush de Gerry Mulligan, tocado por Johnny Hodges. Cuenta el mismo Trueba que Mulligan la iba a tocar junto con Hodges, pero no pudo dejar de escucharlo.


La repentina muerte de Johnny Hodges en 1970 marca el principio del declive de la banda y de Ellington. Si bien Duke continuó grabando, haciendo giras y produciendo buena música hasta su muerte, el 24 de mayo de 1974, en las grabaciones de esos años la banda ya no brilla y ocasionalmente el cansancio de su líder es notorio.


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A Few Minutes With Johnny Hodges