En el mundo de los cuerdos, el Loco es Rey
Con la pelota en los pies
Cuatro años mas tarde, en Febrero de 1976 disputó el Preolímpico de Recife en Brasil clasificatorio para los JJ.OO de Montreal donde salió tercero y no logró clasificar, y el 1 de marzo de ese año Marcelo “el Loco” Bielsa debutaba con la casaca número 2 en la primera de NOB. “Sabella desborda a Bielsa, centra el balón para Crespo y GOL! golllll de River…” decía la crónica del encuentro en el diario del día siguiente. Ese fue el primero de los dos con que River le ganó a Newells por 2-1. Luego vendría un partido mas (1-1 vs. San Lorenzo) y nunca mas defendería la camiseta del club de sus amores. En 1977 se fue a préstamo a Instituto de Córdoba a jugar en la Liga local, pero se le hacia cuesta arriba. Marcelo no se acostumbraba a la ciudad, no le gustaba la táctica que usaba el DT, y la gota que colmo el vaso fue cuando el Preparador Físico llevó al plantel de La Gloria al gimnasio que era de su propiedad, puso música de cuarteto y le pidió al plantel que entrenara al ritmo de la misma. Ofuscado el Loco dejó el gimnasio, y sabía que a eso le seguía dejar la ciudad.
Volvió a Rosario, siguió en NOB y en 1978 pasó a Argentino de esa ciudad, para disputar el torneo de Primera “C” (cuarta categoría). Su labor fue más que buena, tan es así que a mediados de 1979 Platense, que recién ascendía a Primera “A” quiso contratarlo, pero Marcelo agradeció el interés y tras cartón lo descartó. “Soy mediocre, tirando a malo. Prefiero dedicarme a lo que realmente quiero: dirigir” fue lo expuesto ante los dirigentes de Newells que no podían creer lo que veían. Con tan solo 24 años, el Loco colgaba los botines y se tiraba de lleno a las carpetas, los conitos y las cintas…
Con la pelota en la cabeza
En 1985 se gradúo de Director Técnico, y se fue a Bs. As. Gracias a la intervención de su hermano, el Loco consiguió su primer equipo para dirigir: U.B.A. (Universidad de Buenos Aires) Si! Su primer equipo fue la selección de la Universidad de Buenos Aires, un equipo amateur. Pero tan en serio se tomo Marcelo su labor, que realizó una selección de Universitaria eligiendo a 20 de los mas de 3000 jugadores que probó entre todas las sedes.
Luego vendrían los ocho años en las inferiores de Newells. Dirigir la primera y salir Campeón en la mismísima Bombonera con el equipo rosarino. La final de Libertadores perdida con la Lepra ante San Pablo. El campeonato de 1998 con Vélez Sarsfield y la chance de la Selección Argentina.
Y el “Loco” revoluciono el fútbol argentino con sus métodos de entrenamiento, su propuesta ultra-ofensiva y la precisión en velocidad buscada y practicada hasta la perfección. La “Argentina de Bielsa” ganó caminando la eliminatoria y la prensa la consideraba Campeona del Mundo antes de poner un pie en Corea-Japón 2002. Allí jugó con Nigeria (1-0), Inglaterra (0-1) y Suecia (1-1). Dos goles a favor, dos en contra, cuatro puntos y la eliminación en primera ronda.
Entonces esa parte de la prensa argentina que se relamía en las mieles de su éxito, le dio vuelta la cara, lo expulsó de su edén, y salió a ventilar todas sus miserias como si fuera la rubia exuberante que acompaña al campeón en la gloria y lo abofetea cuando lo ve noqueado en el rincón y sin corona.
El Loco nunca dejó de creer en él, siguió confiando en su proyecto, llevo a la Argentina a la final de la Copa América de Perú 2004 y en los JJ.OO. de Atenas ganó la primer Medalla de Oro para el futbol argentino de forma invicta y sin recibir goles.
Luego si, vino la perdida de energías, las ganas de no seguir. El autoexilio disfrazado de reposo, pero que fue mas que nada una purificación a su espíritu contagiado de tanta envidia y tanta miseria humana que descubrió en el entorno del futbol.
Chile lo cobijó, le dio todo lo que buscaba, confió en su trabajo, en su proyecto, en sus dotes. Y el Loco le respondió logrando la mejor campaña en una eliminatoria con la Roja. Ahora Sudáfrica 2010.
Un hombre honesto, frontal, con convicciones inquebrantables. Un hombre que cayó, y se puso de pie. Un hombre que fue menospreciado en su patria y decidió cruzar la Cordillera de Los Andes en busca de la gloria y el reconocimiento perdidos. Un hombre al que el tiempo le dio la razón y no se jactó de ello, por que ante todo es humilde.... No estamos hablando de un prócer, sino simplemente de Marcelo Alberto Bielsa.
http://www.canaltrans.com/deportes/futbol1/historias/marcelo-bielsa-el-loco.html
Por Pablo Ivan
El Coloso se levanta sobre el extremo noroeste del Parque Independencia (Rosario - Argentina). Su imagen es impactante, el silencio que lo rodea impone respeto, pero a su vez ejerce un extraño magnetismo sobre todos aquellos que deambulan por sus alrededores. Es imposible pasar cerca suyo y hacerse el desentendido, la curiosidad por descubrir que hay dentro de esa fortaleza ejerce una atracción tal, capaz de derrotar al más apático de los humanos. Quizás por eso lo rebautizaron, quizás por eso no pudieron elegir mejor reconocimiento para ambos. Por que no hay nadie que se asemeje tanto al Coloso del Parque como Marcelo Bielsa .
Hijo de Rafael Pedro y de Lidia Silvia Rosa Caldera. Hermano de Rafael Antonio y de María Eugenia, “el Niño” (según lo llamaron siempre las criadas) debe su nombre a sus tíos Marcial Bielsa y Alberto Caldera. El “Niño” se casó con Laura y fue padre de Inés y Mercedes. El “Niño” es Marcelo Alberto Bielsa, algo así como la oveja negra de su familia…
Por el centro de un barrio periférico al Gran Rosario cruza la avenida Rafael Bielsa, cuyo nombre no solo homenajea al abuelo de Marcelo sino que también a quién supo ser uno de los abogados administrativos mas reconocidos del país, tan es así que un aula de la facultad de derecho de Rosario lleva su nombre.
Pero a Marcelo le gustaba mucho el fútbol. Mucho, al punto de la obsesión (no en vano su apodo de Loco) algo que ya de veía desde su infancia. Su madre era maestra y lo obligaba a tomar clases de inglés, de francés y de piano las cuales cumplía a regañadientes. A decir verdad, al piano nunca le paso ni cerca, es que junto con su hermano Rafael le daban unas monedas que ahorraban de los vueltos de los mandados y se la ofrecían en pago a María Eugenia para que esta toque el piano mientras ambos jugaban al futbol en un patio interno de la casa. Terribles eran esos campeonatos que se libraban en casa de los Bielsa a la hora de la siesta, mientras mama dormía al son de la bella melodía que interpretaban (creía ella) sus hijos. Tan a matar o morir jugaban los niños, que la madre se dio del engaño la tarde en que Marcelo ofuscado por un gol que el creía no valido y Rafael insistía en festejar, fue a la cocina, tomó una lata de durazno y decido que ella seria el móvil para cobrarse justicia. Y así fue como los gritos de Rafael al ver la sangre en su cabeza post golpe de la lata en ella, despertaron a Lidia dejando al descubierto el engaño; y el futbol del patio a la hora de la siesta pasó a mejor vida.
"En esta casa se estudia o se trabaja" le dijeron los padres a Marcelo cuando en 1972 llegó a su casa con el título de perito mercantil. Ninguna de las dos opciones satisfacían a Marcelo, que a los 17 años cometió su primer locura: dejó la casa de sus padres para ir a la pensión de Newell’s tras el sueño de ser futbolista.
El Coloso se levanta sobre el extremo noroeste del Parque Independencia (Rosario - Argentina). Su imagen es impactante, el silencio que lo rodea impone respeto, pero a su vez ejerce un extraño magnetismo sobre todos aquellos que deambulan por sus alrededores. Es imposible pasar cerca suyo y hacerse el desentendido, la curiosidad por descubrir que hay dentro de esa fortaleza ejerce una atracción tal, capaz de derrotar al más apático de los humanos. Quizás por eso lo rebautizaron, quizás por eso no pudieron elegir mejor reconocimiento para ambos. Por que no hay nadie que se asemeje tanto al Coloso del Parque como Marcelo Bielsa .
Hijo de Rafael Pedro y de Lidia Silvia Rosa Caldera. Hermano de Rafael Antonio y de María Eugenia, “el Niño” (según lo llamaron siempre las criadas) debe su nombre a sus tíos Marcial Bielsa y Alberto Caldera. El “Niño” se casó con Laura y fue padre de Inés y Mercedes. El “Niño” es Marcelo Alberto Bielsa, algo así como la oveja negra de su familia…
Por el centro de un barrio periférico al Gran Rosario cruza la avenida Rafael Bielsa, cuyo nombre no solo homenajea al abuelo de Marcelo sino que también a quién supo ser uno de los abogados administrativos mas reconocidos del país, tan es así que un aula de la facultad de derecho de Rosario lleva su nombre.
Pero a Marcelo le gustaba mucho el fútbol. Mucho, al punto de la obsesión (no en vano su apodo de Loco) algo que ya de veía desde su infancia. Su madre era maestra y lo obligaba a tomar clases de inglés, de francés y de piano las cuales cumplía a regañadientes. A decir verdad, al piano nunca le paso ni cerca, es que junto con su hermano Rafael le daban unas monedas que ahorraban de los vueltos de los mandados y se la ofrecían en pago a María Eugenia para que esta toque el piano mientras ambos jugaban al futbol en un patio interno de la casa. Terribles eran esos campeonatos que se libraban en casa de los Bielsa a la hora de la siesta, mientras mama dormía al son de la bella melodía que interpretaban (creía ella) sus hijos. Tan a matar o morir jugaban los niños, que la madre se dio del engaño la tarde en que Marcelo ofuscado por un gol que el creía no valido y Rafael insistía en festejar, fue a la cocina, tomó una lata de durazno y decido que ella seria el móvil para cobrarse justicia. Y así fue como los gritos de Rafael al ver la sangre en su cabeza post golpe de la lata en ella, despertaron a Lidia dejando al descubierto el engaño; y el futbol del patio a la hora de la siesta pasó a mejor vida.
"En esta casa se estudia o se trabaja" le dijeron los padres a Marcelo cuando en 1972 llegó a su casa con el título de perito mercantil. Ninguna de las dos opciones satisfacían a Marcelo, que a los 17 años cometió su primer locura: dejó la casa de sus padres para ir a la pensión de Newell’s tras el sueño de ser futbolista.
Con la pelota en los pies
Cuatro años mas tarde, en Febrero de 1976 disputó el Preolímpico de Recife en Brasil clasificatorio para los JJ.OO de Montreal donde salió tercero y no logró clasificar, y el 1 de marzo de ese año Marcelo “el Loco” Bielsa debutaba con la casaca número 2 en la primera de NOB. “Sabella desborda a Bielsa, centra el balón para Crespo y GOL! golllll de River…” decía la crónica del encuentro en el diario del día siguiente. Ese fue el primero de los dos con que River le ganó a Newells por 2-1. Luego vendría un partido mas (1-1 vs. San Lorenzo) y nunca mas defendería la camiseta del club de sus amores. En 1977 se fue a préstamo a Instituto de Córdoba a jugar en la Liga local, pero se le hacia cuesta arriba. Marcelo no se acostumbraba a la ciudad, no le gustaba la táctica que usaba el DT, y la gota que colmo el vaso fue cuando el Preparador Físico llevó al plantel de La Gloria al gimnasio que era de su propiedad, puso música de cuarteto y le pidió al plantel que entrenara al ritmo de la misma. Ofuscado el Loco dejó el gimnasio, y sabía que a eso le seguía dejar la ciudad.
Volvió a Rosario, siguió en NOB y en 1978 pasó a Argentino de esa ciudad, para disputar el torneo de Primera “C” (cuarta categoría). Su labor fue más que buena, tan es así que a mediados de 1979 Platense, que recién ascendía a Primera “A” quiso contratarlo, pero Marcelo agradeció el interés y tras cartón lo descartó. “Soy mediocre, tirando a malo. Prefiero dedicarme a lo que realmente quiero: dirigir” fue lo expuesto ante los dirigentes de Newells que no podían creer lo que veían. Con tan solo 24 años, el Loco colgaba los botines y se tiraba de lleno a las carpetas, los conitos y las cintas…
Con la pelota en la cabeza
En 1985 se gradúo de Director Técnico, y se fue a Bs. As. Gracias a la intervención de su hermano, el Loco consiguió su primer equipo para dirigir: U.B.A. (Universidad de Buenos Aires) Si! Su primer equipo fue la selección de la Universidad de Buenos Aires, un equipo amateur. Pero tan en serio se tomo Marcelo su labor, que realizó una selección de Universitaria eligiendo a 20 de los mas de 3000 jugadores que probó entre todas las sedes.
Luego vendrían los ocho años en las inferiores de Newells. Dirigir la primera y salir Campeón en la mismísima Bombonera con el equipo rosarino. La final de Libertadores perdida con la Lepra ante San Pablo. El campeonato de 1998 con Vélez Sarsfield y la chance de la Selección Argentina.
Y el “Loco” revoluciono el fútbol argentino con sus métodos de entrenamiento, su propuesta ultra-ofensiva y la precisión en velocidad buscada y practicada hasta la perfección. La “Argentina de Bielsa” ganó caminando la eliminatoria y la prensa la consideraba Campeona del Mundo antes de poner un pie en Corea-Japón 2002. Allí jugó con Nigeria (1-0), Inglaterra (0-1) y Suecia (1-1). Dos goles a favor, dos en contra, cuatro puntos y la eliminación en primera ronda.
Entonces esa parte de la prensa argentina que se relamía en las mieles de su éxito, le dio vuelta la cara, lo expulsó de su edén, y salió a ventilar todas sus miserias como si fuera la rubia exuberante que acompaña al campeón en la gloria y lo abofetea cuando lo ve noqueado en el rincón y sin corona.
El Loco nunca dejó de creer en él, siguió confiando en su proyecto, llevo a la Argentina a la final de la Copa América de Perú 2004 y en los JJ.OO. de Atenas ganó la primer Medalla de Oro para el futbol argentino de forma invicta y sin recibir goles.
Luego si, vino la perdida de energías, las ganas de no seguir. El autoexilio disfrazado de reposo, pero que fue mas que nada una purificación a su espíritu contagiado de tanta envidia y tanta miseria humana que descubrió en el entorno del futbol.
Chile lo cobijó, le dio todo lo que buscaba, confió en su trabajo, en su proyecto, en sus dotes. Y el Loco le respondió logrando la mejor campaña en una eliminatoria con la Roja. Ahora Sudáfrica 2010.
Un hombre honesto, frontal, con convicciones inquebrantables. Un hombre que cayó, y se puso de pie. Un hombre que fue menospreciado en su patria y decidió cruzar la Cordillera de Los Andes en busca de la gloria y el reconocimiento perdidos. Un hombre al que el tiempo le dio la razón y no se jactó de ello, por que ante todo es humilde.... No estamos hablando de un prócer, sino simplemente de Marcelo Alberto Bielsa.
http://www.canaltrans.com/deportes/futbol1/historias/marcelo-bielsa-el-loco.html
Informe sobre Marcelo Bielsa Tv Argentina (Parental Advisory Explicit Content)