miércoles, 10 de junio de 2009

Javier Martínez / Cambiar de Imperios


"Los rockeros no leen"

Por: Hernán Firpo / Clarín 23/11/2008

No le gusta eso, y no le gusta en plural. "Ustedes nos quieren transformar en un museo". Ustedes, nosotros, los periodistas.

"Tendría que ser un concepto que nos dejara mejor parados. O al menos, vivos. Que nosotros seamos la academia. Que haya un sillón reservado para mí. Los que me preguntan sobre lo que hice con Manal hace 40 años, mejor que hablen con Claudio Gabis y Alejandro Medina (los otros ex del grupo). Nos condenan y yo tengo que ponerme duro para que me den bola con lo nuevo. Somos argentinos. Somos boludos. Los Stones fundaron el rock y ahí están dando vueltas. Entiendan: con esta actitud de veneración nos están matando. Me están matando a mí. Y yo tengo derecho. Me lo gané".

Veníamos envueltos en una meditación de bar, agua mineral y Cachamai. Y vos le decís sí, tenés razón, y le deseas lo mejor del mundo porque querés que le vaya bien. A él. A Charly García. Y le repetís: muchos crecimos con tus canciones. Pero le molesta la necesidad de pulir bronces. Las manifestaciones severamente anacrónicas lo irritan, le hacen levantar la voz, ese vozarrón, y una señora se acerca hasta la tribuna de doctrina: "Usted debería trabajar en radio", le sugiere.

Martínez se fastidia porque el arte, como todo lo demás, necesite de sus catacumbas. Para que haya historia —en este caso, cuatro décadas de rock nacional— tiene que haber perspectiva y este hombre, que parece cualquier cosa menos un rockero, es baterista, cantante y punto de partida. Sí, pero no. Todo este asunto "es triste como el rock futbolizado, sin faltarle el respeto al fútbol". Triste como Tanguito al final, "cuando era realmente insoportable. ¿Vos sabés de dónde viene la palabra estupefaciente? De estupidizar. Si los tarados que se drogan supieran de dónde viene esa palabra tal vez tendrían un poco de autoestima".

Hablame de tu época de estúpido.

La tuve, pero con una droga legal: el alcohol. La otra la vi de costado y hablo de la cocaína, esa droga inventada para la guerra. Con la cocaína no sentís ni miedo ni frío ni hambre. Después los alemanes inventaron las anfetaminas y mejoraron los efectos. Tuve mi etapa de alcoholismo. Ocho años. Y te digo que es peor porque el alcohol es barato, legal y lo conseguís en cualquier parte. La estupidización se extiende y, aproximándose a la boludez, tiene ya casi 200 años. Estoy hablando de nuestro país. En el 2010 vamos a cumplir 200 años de boludos. Sudamérica duerme. Qué estamos esperando para hacer el parlamento sudamericano, el ejército, el fondo monetario, la moneda sudamericana...

Hablás como Bolívar.

San Martín era un militar; Bolívar, un político. Si San Martín sólo fue un soldado para que cambiáramos de imperio, no estaba mal. Hay que cambiar de imperios.

Y si en 1806 no le tirábamos aceite a los ingleses, por ahí nos ahorrábamos hacer blues en castellano.

No. Los ingleses nunca tuvieron interés real en dominarnos. Pero si pasaban, no estaríamos vos y yo acá, sino dos señores llamados Arnold Mathews y John Smith.

Vos cantabas que hacia el sur había un lugar. ¿Es posible esa vieja idea de deserción en un mundo donde la bomba parece estallar en todas partes?

Lo del mundo global es mentira. ¿Vos sabés cómo se pincha un globo? Con un alfiler. Cuando era chico, globo era sinónimo de mentira. "Es un globero". La globalización es un plan imperial endeble de los Estados Unidos. Está China, India, Europa. Y esto no es el Crack del 29. Eso era real y no esta fiesta de la especulación que armaron unos pocos para que paguemos entre todos.

¿Por qué opinás sobre todo esto? ¿Dejaste de escribir canciones y te pusiste a leer historia y geopolítica?

Nunca dejé de hacer canciones. Este año escribí diez. Cuando me voy a la cama, leo; cuando viajo en colectivo. Leo desde chico, es algo que me inculcó mi padre. Además, tuve una buena bohemia. No paraba con los Tanguito o los Pity (Alvarez). Paraba con (Oscar) Massota (que introdujo a Lacan en nuestro país). Y soy fanático del revisionismo. Si revisáramos la historia tendríamos que tener un parlamento sudamericano, un sudamero, la Unión aduanera sudamericana. Yo no creo en el reduccionismo del ser humano a las simples leyes económicas.

¿Con que rockeros te sentás a hablar de todas estas cuestiones?

¡¿Rockeros?! Esto podría hablarlo con Spinetta y punto. Los demás rockeros no leen, no piensan. Un error gigante. Creo que el juglar debe bajar línea. A mí me emociona leer en Martropía (un libro de Conversaciones con Spinetta) que mis letras modificaron al Flaco. El también me modificó a mí. Yo que era tan terrestre, me dejé contagiar de su surrealismo y escribí cosas como "en esa galaxia azul está Paula esperándome, sonriendo porque es inmortal". ¿Hoy el rock qué lee? ¿Vos sabés qué lee? Cuando se separaron Los Gatos, nos llenamos de ratones. Pensalo: Súper Ratones, Ratones Paranoicos, Rata Blanca...

¿Hablás de la conducta roedora, de la plaga que hace daño, de Los Cadillacs llenando dos canchas de River?

La plaga, la peste bubónica o peste negra terminó con la mitad de Europa, porque Europa también se quedó sin gatos, ja, ja, ja, y tuvieron que mandar barcos a Egipto para traer gatos de allá. Pero el snobismo, como decía Borges, es la más sincera pasión argentina. Por eso, el snob busca esos gatos horribles, el gato persa que parece un ómnibus, el siamés que parece un perro. El gato más hermoso de todos es el egipcio.

Si Lennon viviera me lo imagino preocupado por la extinción de la ballena blanca de Alaska y esas cosas. ¿Estás de acuerdo?

Cuando me di cuenta de que John Lennon era un varón domado, y dejó que su mujer se metiera en su laburo, empecé a tenerle compasión. Hoy me parece un pobre pibe. Y Yoko Ono es una domadora de varones transistorizada japonesa. Ella lo mató primero.-

http://www.clarin.com/diario/2008/11/23/espectaculos/c-01808311.htm