sábado, 27 de agosto de 2011

FC St. Pauli / Die Pride of Hamburg




Sankt Pauli, el club del antinazismo

Alli están, los trabajadores del puerto saltando, los indigentes cantando, los gigoló abrazados a las prostitutas y unidos en un grito de gol; estudiantes universitarios, homeless, negros, extranjeros, antifacistas… Todos juntos, en un mismo recinto y participando de una fiesta inigualable. No, no es una película de Fellini, es la tribuna del Sankt Pauli, sin dudas un club muy particular.

El club pobre de una ciudad rica

En el centro de Hamburgo, muy cercano al puerto de esa ciudad (el 2do en importancia en Europa) se eleva el estadio del FC Sankt Pauli, un pequeño club cuyo mayor logro futbolístico es haberle ganado en 2002 al Bayern Munich que venia de ser Campeón Intercontinental por 2 a 1 y del cual sus hinchas se enorgullecen por ser el único estadio sin tablero electrónico en la Bundesliga y tener el número mas grande de admiradoras en toda Alemania.

Los Piratas del Norte (tal su apodo) son tan humildes como para sentir orgullo de estas pequeñeces pero a la vez tan fuerte como para enfrentarse abiertamente al nazismo, puesto que dentro del club esta prohibido todo acto nacionalista, fascista y/o nazi.

Orígenes y nacimiento del mito

El club se fundó en 1899 como un grupo informal de entusiastas del fútbol. Este equipo no jugó su primer partido hasta 1907. Oficialmente establecido el 15 de mayo de 1910, el club jugó como " St Pauli TV" hasta 1924 cuando se formó por separado un equipo de fútbol llamado FC St Pauli.

A mediados de los años 80 el St. Pauli comenzó la transición de un club tradicional en un "Kult" (club de culto). El club cambió la ubicación de sus terrenos y se mudo al muelle de St. Pauli. El centro de la vida nocturna de la ciudad y su barrio chino están allí. Casi de manera espontánea surgieron los ideales comunistas y socialistas por los que se inclina el club y la atmósfera de sus partidos. Los hinchas adoptaron el cráneo con huesos cruzados como su propio emblema no oficial. El cambio de ubicación beneficio al equipo puesto que los portuarios, las prostitutas, los marginales y algunos homeless que de vez en cuando obtenían entradas sin cargo comenzaron a apoyar al equipo del barrio y su afición creció de 1.600 a principios de 1981 a un promedio de 20.000 en la década del 90.


Un estudio reciente estimó que el equipo tiene aproximadamente 11 millones de admiradores en todas partes de Alemania. Hay aproximadamente 200 clubs de fans certificados, muchos de ellos fuera del pais. El mayor "fan club" fuera de Alemania y el que más a viajado a el estadio Millerntor y al barrio de St.Pauli es la Peña "El Grano" de Valladolid (España), la cual tiene previsto organizar un viaje masivo en el año 2010 con motivo del centenario del F.C. St. Pauli.

Este particular club es llamado por sus propios hincha Freudenhaus der Liga (Burdel de la Liga). Hecho que demuestra el orgullo que sienten sus seguidores por la gran cantidad de prostitutas y giggolos que asisten a sus tribunas.

Mientras toda Alemania se veía convulsionada y revolucionada por el circo que la FIFA montaba alrededor de la Copa del Mundo 2006 que se desarrollo en ese país. Los tablones del estadio del St Pauli, también estaban repletos puesto que el club fue anfitrión de la FIFI Wild Cup un torneo compuesto por selecciones nacionales "no reconocidas por la FIFA" como Groenlandia, el Tíbet y Zanzíbar. El club participó con el nombre de República de St. Pauli.

El mito del club de izquierda que se formó alrededor del Sankt Pauli no solo es alimentado por sus hinchas, sino también por sus jugadores. Hace casi tres decaes, varios de sus jugadores viajaron a Nicaragua para colaborar con la revolución sandinista.

Amplitud, integración, regocijo, humildad, orgullo, pequeños triunfos, algún que otro mal trago y mucho, mucho amor… Es todo (y vaya que no es poco) lo que puede ofrecerte este humilde club. Nunca mejor puesta la letra entonces, por que el St Pauli "es un sentimiento, no puedo parar…."

http://www.canaltrans.com/deportes/futbol1/historias/066.html




FC St. Pauli, rebeldes del norte

Nota publicada en el año 2007


Hamburgo siempre ha destilado un cierto aroma libertario, completamente ajeno a la tradicional rectitud y formalidad alemanas. Con su importante puerto marítimo (el segundo más grande de Europa tras el de Rotterdam), la ciudad hanseática siempre ha sido marco del lógico ir y venir de barcos, marineros y personajes variopintos venidos de cualquier parte del mundo, que han ido conformando históricamente el carácter abierto y desenfadado de la ciudad. Además, el intenso comercio marítimo ha sido a lo largo de los años una generosa fuente de riqueza para Hamburgo y sus gentes, ayudando a construir una ciudad elegante, moderna y cosmopolita como pocas en Alemania.

Pero paralelamente, y casi de espaldas a la versión “guapa” de Hamburgo, el distrito de Sankt Pauli ofrece una versión quizá más cruda y descarnada de las realidades de una ciudad portuaria. Creado de la nada con el nacimiento del siglo XVII para dar cobijo a todas aquellas gentes y actividades traídas o generadas por el tráfico marítimo que no eran del gusto de la refinada población de la urbe, Sankt Pauli fue modelando su propia personalidad al margen de la ciudad que le había dado vida, casi a modo de gueto. Su fama fue extendiéndose por todo el mundo, recibiendo miles y miles de visitantes (algunos tan ilustres como los embrionarios The Beatles) y dando lugar a uno de los distritos más inquietos y particulares del país germano. Y así sigue hoy, cuatro siglos después, convertido en un símbolo del desenfreno y la ausencia de normas. Como un oasis en la cuadriculada Alemania.

Como no podía ser de otra manera, un fiel reflejo de la particularidad de este singular barrio lo encontramos en su equipo de fútbol, el FC St. Pauli, un caso sin igual en toda la vieja Europa. Fundado en 1910, el St. Pauli nunca ha sido un equipo destacado en Alemania, y son contadas las ocasiones en las que ha conseguido codearse con los grandes del país. La curiosa y original camiseta marrón de los “piratas del Elba” sólo ha sido defendida en siete ocasiones en la máxima categoría del fútbol alemán, la última en la campaña 2001/02.

Pero no es por sus éxitos o por su sala de trofeos por lo que el FC St. Pauli es un equipo tan especial. Llenar tu estadio con más de 15.000 espectadores jugando en la tercera categoría del país (Regionalliga Nord) no es algo que esté al alcance de cualquier club. El Millerntor-Stadion hace tiempo que no presenta huecos de cemento en sus gradas. En su lugar, la fiel hinchada del segundo equipo de Hamburgo abarrota un animado graderío, que engalana con banderas piratas (adoptada por el club de manera oficial) y símbolos antifascistas o de izquierdas, signos tan distintivos del club como su propio escudo.

Guarida de prostitutas, reducto de movimientos punk y okupa, hogar de los estibadores del puerto y morada de gente joven y de clase trabajadora, la singularidad del distrito de Sankt Pauli queda bien patente en su equipo de fútbol. Identificado con unos ideales más propios del amateurismo que del fútbol profesional, el FC St. Pauli se convirtió a partir de su primer y fugaz ingreso en la elite en 1977, en plena eclosión mundial del punk, en todo un símbolo cultural y social. No fue impedimento para que los problemas financieros asolaran al modesto equipo hamburgués en la década de los 80, obligándole a purgar sus carencias económicas en categorías inferiores. Viviendo al día, con lo puesto. Como un integrante más de la clase obrera a la que aglutina.

Pocos clubes en el mundo tienen la claridad de ideas suficiente como para declararse pública y abiertamente antifascistas, antiracistas, antisexistas y antihomófobos. El FC St. Pauli y sus fans pasean sus ideales con orgullo. Pocos estadios europeos acogen a un número tan elevado de mujeres en sus gradas como el Millerntor, y juraría que ningún presidente de un club de fútbol de primer nivel ha reconocido públicamente su homosexualidad. Corny Littman, cabeza visible del FC St. Pauli, defiende sin pudor, en un ambiente tan hostil en ocasiones como el del fútbol, su condición sexual.

Con este marco tan particular, casi antisistema, no es de extrañar que el pasado año se celebrara en Sankt Pauli, con el club local como anfitrión, la conocida como FIFI Wild Cup, una suerte de campeonato del mundo alternativo disputado al margen del Mundial de la FIFA de Alemania, que enfrentó a los equipos de Groenlandia, Zanzíbar, Gibraltar, Tíbet y la República Turca del Norte de Chipre, además del organizador, “vestido” para la ocasión de República de Sankt Pauli, aunque compitiendo bajo los colores y el escudo del popular club. Una muestra más de las inquietudes socio-culturales de un club que va más allá del mero deporte.

En la recientemente terminada temporada, el FC St. Pauli ha conseguido el ascenso de categoría, por lo que en la campaña 2007/08 podrá medirse a históricos rivales, como el Fc Köln, el Borussia Mönchengladbach o el Kaiserslautern. Poniéndome en la piel de estos, no sé qué me impresionaría más, si saltar al Allianz Arena o al Olímpico de Berlín, o hacerlo al pequeño Millerntor con las estruendosas campanadas iniciales del “Hell’s Bells” de AC/DC como particular bienvenida.

http://www.diariosdefutbol.com/2007/07/22/fc-st-pauli-rebeldes-del-norte/


FC Sankt Pauli - Hamburg Germany