Luego de James Brown y Sly Stone, es el ícono más importante del género que Red Hot Chili Peppers llevó al rock. ¿Quién es este señor estrafalario que toca la semana que viene en La Trastienda?
Por: Guillermo Zaccagnini (Clarín)
No soy un ícono. Creo que conozco muy bien el negocio y sé un par de cosas que me hacen estar fuera de tiempo". Con voz de rana, George Clinton habla por teléfono y escupe una conversación que deviene en ejercicio dadá. Habla rápido, de forma caótica y la desgrabación devuelve un rompecabezas. Pero tal vez su forma de hablar sea un costado más del caos que está acostumbrado a generar desde hace cuatro décadas. Al frente de las diferentes versiones de Parliament Funkadelic y sus límites difusos (¿una banda? ¿Dos? ¿Cuántos son? Luego, un combo llamado P-Funk) Clinton se mostró siempre como un hacedor de funk mutante, caprichoso e indómito.
Catalogado como "El Padrino del Funk", Clinton tomó la música de James Brown y Sly Stone y la mezcló con los costados más psicodélicos de Jimi Hendrix para devolver un arte que, aunque con éxito, fue menospreciado en los setenta y reivindicado en los noventa. Supersampleado por el mundo del hip hop y abrazado por la cultura rocker gracias a los Red Hot Chili Peppers, que lo llamaron como productor a mediados de los ochenta, hace casi 20 sus pelos multicolores se volvieron una marca conocida que trascendió la figura de culto. Colaboró con e influenció gente como Tupac Shakur, Outkast o Primal Scream. "Cuando arrancamos con esto la gente empezó a mirar nuestra música como si fuera detrás de la música pop. Primero fue una prueba. La cosa con la música es que vuelve 20 o 30 años después, de cualquier manera. Y a la gente le sigue gustando. Como Jimi Hendrix, se supone que yo soy de la vieja escuela".
Clinton creció en Plainfield, Nueva Jersey y fue allí donde, durante su juventud, trabajó en una peluquería al tiempo en que se iniciaba en el mundo de la música. "Le cambiaba la cabeza a la gente", dice con doble sentido sobre sus días al frente de The Parliaments, un grupo de doo wop que luego perdió su nombre por cuestiones legales y devino en Funkadelic en 1970. Pero si es un referente de la música funk, también lo es en la estética. "Yo no me fijo si estás bien vestido o no, siempre estuve más preocupado por la música. Es que algunos le han sacado el sentido a la música que hacemos".
Inquieto y prolífico, actualmente se va por las ramas de otras artes. "Ahora estoy intentando con la pintura", cuenta "Justo ahora, sí. Creo que soy muy bueno, uso colores suaves. Estoy probando con el óleo, tratando de hacerme las cosas más fáciles. Pinto directamente sobre el lienzo, no hago bocetos previos".
¿Y qué pintores te gustan?
Salvador Dalí realmente me gusta. Igual a mí me gustan muchas cosas. La verdad es que tomo un montón de cosas prestadas de otros pintores. Estoy empezando a apreciar cómo se expresan los sentimientos a través de la pintura. Me di cuenta de que esta forma de expresión es como la música: es una farsa extraña.
Catalogado como "El Padrino del Funk", Clinton tomó la música de James Brown y Sly Stone y la mezcló con los costados más psicodélicos de Jimi Hendrix para devolver un arte que, aunque con éxito, fue menospreciado en los setenta y reivindicado en los noventa. Supersampleado por el mundo del hip hop y abrazado por la cultura rocker gracias a los Red Hot Chili Peppers, que lo llamaron como productor a mediados de los ochenta, hace casi 20 sus pelos multicolores se volvieron una marca conocida que trascendió la figura de culto. Colaboró con e influenció gente como Tupac Shakur, Outkast o Primal Scream. "Cuando arrancamos con esto la gente empezó a mirar nuestra música como si fuera detrás de la música pop. Primero fue una prueba. La cosa con la música es que vuelve 20 o 30 años después, de cualquier manera. Y a la gente le sigue gustando. Como Jimi Hendrix, se supone que yo soy de la vieja escuela".
Clinton creció en Plainfield, Nueva Jersey y fue allí donde, durante su juventud, trabajó en una peluquería al tiempo en que se iniciaba en el mundo de la música. "Le cambiaba la cabeza a la gente", dice con doble sentido sobre sus días al frente de The Parliaments, un grupo de doo wop que luego perdió su nombre por cuestiones legales y devino en Funkadelic en 1970. Pero si es un referente de la música funk, también lo es en la estética. "Yo no me fijo si estás bien vestido o no, siempre estuve más preocupado por la música. Es que algunos le han sacado el sentido a la música que hacemos".
Inquieto y prolífico, actualmente se va por las ramas de otras artes. "Ahora estoy intentando con la pintura", cuenta "Justo ahora, sí. Creo que soy muy bueno, uso colores suaves. Estoy probando con el óleo, tratando de hacerme las cosas más fáciles. Pinto directamente sobre el lienzo, no hago bocetos previos".
¿Y qué pintores te gustan?
Salvador Dalí realmente me gusta. Igual a mí me gustan muchas cosas. La verdad es que tomo un montón de cosas prestadas de otros pintores. Estoy empezando a apreciar cómo se expresan los sentimientos a través de la pintura. Me di cuenta de que esta forma de expresión es como la música: es una farsa extraña.
El astro estadounidense del funk George Clinton visitara la Argentina con su combo Parliament Funkadelic para brindar dos shows en el reducto porteño de La Trastienda. Clinton actuará el 19 y 20 de mayo a las 20.30 en La Trastienda Club, con una banda integrada por casi 20 personas, entre músicos y bailarines.
El carismático Clinton es considerado con Sly Stone, James Brown y Prince, uno de los músicos esenciales dentro del funk, desde que hace casi 40 años conformo sus Parliament Funkadelic.
Clinton nació en Kannapolis, en el estado de Carolina del Norte, creció en Plainfield, Nueva Jersey y actualmente reside en Tallase, Florida. Durante un período de los años 60, Clinton fue escritor del sello negro Motown, para lanzar en los '70 los Parliament, que tuvieron su auge con la música disco, aunque lo suyo era más psicodélico.
En los '80 los ojos de la industria discográfica volvieron a posarse sobre Clinton cuando los raperos, pero especialmente Prince lo mencionaron como su influencia.
En 1985, Clinton fue contratado por los Red Hot Chili Peppers para producir su álbum "Freaky Styley", ya que los miembros de la banda eran admiradores del músico y del funk en general.
Merced a su amistad con Prince, editó en 1989 "The Cinderella Theory on Pailsey Park", a través del sello del geniecillo de Minneapolis.
Su estilo colorido, sus dreadlocks de cientos de colores, lo convirtieron en habitué del cine y lo llevaron a aparecer en filmes como "Graffiti Bridge" de Prince, "House Party", "PCU", "Good Burger" y "The Breaks".
Dr. Dre sampleó la mayoría de sus ritmos para crear su estilo de G-Funk, Clinton también trabajó con Tupac Shakur en la canción "Can't C Me" del álbum All Eyez on Me; con Outkast en "Synthesizer" del álbum Aquemini, con Redman en "J.U.M.P" del álbum Malpractice, con Souls of Mischief en "Mama Knows Best" del álbum Trilogy: Conflict, Climax, Resolution; con Killah Priest en "Come with me" del álbum Priesthood y con Wu Tang Clan en "Wolves" del álbum "Diagrams".
En 1994 colaboró con la banda británica Primal Scream en "Funky Jam" de su LP "Give Out But Don't Give Up".
En la Argentina presentara su CD, "George Clinton and His Gansters of Love" en el que aparecen como invitados como Sly Stone, El DeBarge, Red Hot Chili Peppers, RZA y Carlos Santana.
El carismático Clinton es considerado con Sly Stone, James Brown y Prince, uno de los músicos esenciales dentro del funk, desde que hace casi 40 años conformo sus Parliament Funkadelic.
Clinton nació en Kannapolis, en el estado de Carolina del Norte, creció en Plainfield, Nueva Jersey y actualmente reside en Tallase, Florida. Durante un período de los años 60, Clinton fue escritor del sello negro Motown, para lanzar en los '70 los Parliament, que tuvieron su auge con la música disco, aunque lo suyo era más psicodélico.
En los '80 los ojos de la industria discográfica volvieron a posarse sobre Clinton cuando los raperos, pero especialmente Prince lo mencionaron como su influencia.
En 1985, Clinton fue contratado por los Red Hot Chili Peppers para producir su álbum "Freaky Styley", ya que los miembros de la banda eran admiradores del músico y del funk en general.
Merced a su amistad con Prince, editó en 1989 "The Cinderella Theory on Pailsey Park", a través del sello del geniecillo de Minneapolis.
Su estilo colorido, sus dreadlocks de cientos de colores, lo convirtieron en habitué del cine y lo llevaron a aparecer en filmes como "Graffiti Bridge" de Prince, "House Party", "PCU", "Good Burger" y "The Breaks".
Dr. Dre sampleó la mayoría de sus ritmos para crear su estilo de G-Funk, Clinton también trabajó con Tupac Shakur en la canción "Can't C Me" del álbum All Eyez on Me; con Outkast en "Synthesizer" del álbum Aquemini, con Redman en "J.U.M.P" del álbum Malpractice, con Souls of Mischief en "Mama Knows Best" del álbum Trilogy: Conflict, Climax, Resolution; con Killah Priest en "Come with me" del álbum Priesthood y con Wu Tang Clan en "Wolves" del álbum "Diagrams".
En 1994 colaboró con la banda británica Primal Scream en "Funky Jam" de su LP "Give Out But Don't Give Up".
En la Argentina presentara su CD, "George Clinton and His Gansters of Love" en el que aparecen como invitados como Sly Stone, El DeBarge, Red Hot Chili Peppers, RZA y Carlos Santana.
Mr. Clinton Official Site http://parliamentfunkadelic.georgeclinton.com/