viernes, 5 de febrero de 2010

Joan Manuel Serrat & Miguel Hernández

NUEVO DISCO, EN EL CENTENARIO DEL POETA

Cóctel de Serrat con versos de Miguel Hernández

El cantautor catalán vuelve a homenajear a su compatriota, "uno de los poetas contemporáneos fundamentales", dijo. Trece temas y un documental.


El próximo 23 de febrero, Joan Manuel Serrat trae un puñado de canciones sobre Miguel Hernández con la publicación de "Hijo de la luz y de la sombra", un trabajo con el que vuelve a homenajear al escritor luego de 38 años.

Con este nuevo disco Serrat celebra el centenario del nacimiento del poeta de Orihuela, que a las trece canciones le suma un documental en DVD de 30 minutos de duración. Se trata, según explica el propio músico en su web, de "una prolongación del disco que apareció en 1972 -titulado "Miguel Hernández"- y también un complemento". La música es de Serrat y los arreglos, de Joan Albert Amargós.

"¿Por qué vuelvo a escarbar de nuevo en la obra de Miguel Hernández? Fundamentalmente por dos razones: Una porque este año se cumple el Centenario del nacimiento del poeta y, como viejo amigo que soy, me sentía en la obligación de celebrarlo desde los escenarios" y aclaró que "la otra circunstancia que me empujó a volver sobre su obra, la más importante y la que me convenció del interés y validez del proyecto, es la intemporalidad de su poesía, la vigencia de sus versos más allá del lugar y el tiempo en el que vieron la luz, más allá del contexto en que nacieron, versos que siguen sonando tan sólidos y frescos como si hubieran sido escritos ayer y aquí".

El cantautor catalán desearía "que este trabajo ayudase a acercar al público la poesía de Miguel Hernández", a su entender "uno de los poetas contemporáneos fundamentales, y que la gente, más allá de las canciones, encuentre en los libros el alma del poeta".

"No tenía previsto hacer un segundo trabajo sobre él, sino incorporar al repertorio del 72 un par de canciones nuevas con la certeza de que la gente me lo iba a reclamar también en el escenario. Pero cuando uno se mete en faena, no sabe nunca a dónde le van a llevar los impulsos y, a medida que iba haciendo canciones, me iba calentando y encontrando otras nuevas", explicó recientemente Serrat.


En "Miguel Hernández" incluyó hace 38 años diez poemas, entre ellos "Nanas de la cebolla", "Elegía" y "El niño yuntero", aunque es "Para la libertad" la que en el imaginario colectivo quedó como el tema principal del disco, convertido desde entonces en todo un himno.

A sus 66 años, el nuevo trabajo del cantautor incluye 13 temas que atraviesan la corta biografía del poeta: desde las creaciones de juventud como "Tus cartas son un vino" hasta versos colmados de desolación al final de sus días, pasando por poemas escritos durante la guerra como "El hambre"... Cierra el que da título al álbum, unos versos que Serrat considera fundamentales para entender el universo de Miguel Hernández.

El disco será un anticipo a una nueva gira, que comenzará un mes después y que estará exclusivamente dedicada a Miguel Hernández. Serrat no piensa cantar ningún tema que no esté basado en los versos del poeta.

"Es algo que a algunos puede que les resulte difícil de comprender. Pero tratamos de crear un espectáculo especial. Él tiene fuerza y vigencia como para montar algo muy digno. Al final, estoy seguro de que nadie me pedirá que cante 'Mediterráneo'. No lo voy a hacer", señaló.

El cantautor catalán ofrecerá el concierto inicial el 27 de marzo en la localidad alicantina de Elche y, acompañado por la obra del poeta, viajará por la geografía española para regresar a tierras alicantinas con motivo del centenario de su nacimiento, el 30 de octubre: cerrará la gira con un concierto en Orihuela, la localidad natal del autor de "El rayo que no cesa".

"Cuando le leo siento que me muevo en esos lugares que sólo se encuentran en las obras intemporales", señaló Serrat. "Todo lo relativo a Miguel Hernández lo vivo con poca objetividad y con mucha admiración".


Niño autodidacta que se rebeló contra su destino de cabrero, la obra de Miguel Hernández es sobre todo una reivindicación social, la asunción de un compromiso con los pobres y los desheredados que el régimen de Francisco Franco (1939-1975) quiso acallar a través de la censura, con el poeta primero en la cárcel y después ya muerto.

Tras luchar en la Guerra Civil (1936-1939), alistado voluntariamente en el bando republicano, Hernández fue detenido y enviado a la cárcel por los franquistas. En 1940 fue condenado a muerte, pero la intercesión de intelectuales amigos logró que le conmutaran la pena por 30 años de cárcel.

Sin embargo lo sentencieron la bronquitis, el tifus y la tuberculosis: con 31 años murió en la prisión de Alicante el 28 de marzo de 1942. "Podían haber evitado el final, pero nadie quiso. Le dejaron caer. Lo suyo, por falta de apoyos, fue un asesinato", considera Serrat.

Ya lo dice el cantautor: cuando se trata de Hernández, no hay objetividad que sirva, sólo admiración. "Me gustaría poder tener su carácter de poeta, porque nació poeta y vivió como tal. También su capacidad de enfrentarse a la desilusión y la derrota, su capacidad de evolución, su rigor, su dignidad ejemplar...".

Para Serrat, Hernández fue el único poeta pobre que llegó a escribir como los ricos gustando a los desheredados. "Es un poeta sumamente musical", resume. Con su nuevo disco pretende confirmarlo.

Fuente: EFE y DPA

http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=37077
A Nilda.
Elegía de Miguel Hernandez (Joan Manuel Serrat)
Miércoles, 3 de marzo de 2010

DISCOS › HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA, LO NUEVO DE JOAN MANUEL SERRAT

El juglar recuperó la memoria


Después de treinta y ocho años, el cantautor catalán volvió a inspirarse en la poesía de Miguel Hernández. El resultado es un “Serrat auténtico”, aunque condicionado por los cambios de contexto que se han experimentado en España en las últimas décadas.

Por Fernando D´addario

Posibles razones que pueden haber animado a Joan Manuel Serrat, 38 años después, a reincidir en su amor explícito por Miguel Hernández: en 2010 se conmemora el centenario del poeta de Orihuela y, según parece, la atracción hacia los números redondos no es patrimonio exclusivo de los argentinos; después de diversos atajos (la grabación de un álbum sinfónico, el pedido de ayuda a su alter ego, el palíndromo “Tarres”, la sociedad de socorros mutuos que instituyó junto a Joaquín Sabina en Dos pájaros de un tiro), Nano se encontró nuevamente ante el síndrome de la hoja en blanco y decidió llenarla con probados versos ajenos; la reivindicación de un poeta perseguido y condenado por el franquismo renueva sus credenciales en estos tiempos en que muchos españoles comienzan –por fin– a preguntarse por los crímenes del pasado.


La inclinación natural a la corrección política invita a que se apueste fervientemente por esta última alternativa. Hijo de la luz y de la sombra sería, entonces, el reencuentro de Serrat con su propia memoria política y afectiva. Un abrazo al hijo pródigo que puede hacerse extensivo a buena parte de la generación del cantautor catalán, a esa intelligentzia que en los últimos años lucía un poco atontada por el “milagro” económico español. La crisis parece haberla devuelto a su eje.

Dicho esto, debe añadirse que difícilmente alguien vaya a recuperar en este disco las emociones despertadas por “aquel” Miguel Hernández. No sólo porque no están, claro, “Para la libertad” ni “Nanas de la cebolla”, sino porque el eje está definitivamente corrido, más allá del voluntarismo y de las buenas intenciones. Hijo de la luz... incluye bellísimas poesías de Hernández adaptadas con naturalidad al formato canción, y aun así, la resonancia es diferente. Joan Albert Amargós es un musicalizador idóneo y Ricard Miralles –guste o no– impone la marca Serrat en cada nota que toca. Hay, sin embargo, un tono crepuscular que atañe tanto al intérprete como al receptor de estas músicas y estos versos. El resultado de una erosión temporal que despojó a estas canciones, que en los ’70 aún no habían sido compuestas, de su urgencia potencial. Una urgencia que habían conservado –negociando entre la melancolía por la añeja derrota republicana y la bronca contra el franquismo– desde los años ’30.

Serrat interpreta con notable profesionalismo “Uno de aquellos”, el poema que Hernández dedicó a los brigadistas; canta que “el hambre es el primero de los conocimientos” (“El hambre”); le inocula una ligera dosis de son caribeño al estremecedor “Si me matan, bueno”, y no le tiembla la voz cuando declama “Es preciso matar para seguir viviendo”, el famoso verso de la “Canción del esposo soldado”. Hay un poco de copla, típicas baladas serratianas, algún coqueteo lejano con el tango, levísimos aires andaluces. Todo para vestir una poesía densa, cargada –retrospectivamente– de muertes y sueños rotos. Quizá la clave esté en uno de los mejores temas, “El mundo de los demás”, donde reza, junto a Hernández, y otros miles: “El mundo de los demás / no es el nuestro: no es el mismo”.


http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/7-17119-2010-03-03.html
Joan Manuel Serrat -'Hijo de la luz y de la sombra”