El mejor pianista de la historia
Por Antonio Castillejo
En una ocasión le preguntaron a Tete Montoliú cual era el mejor pianista de jazz del momento. “Art Tatum”, contestó. El periodista insistió: “Le pregunto por el mejor pianista vivo. Tatum murió en 1956”. “Eso dicen, pero no lo crea, aún sigue siendo el mejor pianista de la historia”, explicó Tete.
Una vez más, el gran músico catalán tenía toda la razón. Art Tatum es hoy, más de medio siglo después de su muerte, unánimemente considerado como el mejor pianista de jazz de todos los tiempos. Su manera de entender el jazz lo revolucionó, a pesar de ser más clásica que vanguardista, y su influencia en todos aquellos grandes pianistas que, como Oscar Peterson, John Lewis, Thelonious Monk, Bill Evans, Dave Brubeck, Chick Corea o el propio Tete Montoliú, llegaron tras él fue absolutamente fundamental. Aunque, eso sí, nunca hubo tras su muerte una escuela de músicos adscritos al estilo de Art Tatum, posiblemente porque su estilo es absolutamente irrepetible.
Había nacido en Toledo (Ohio), el año 1910 y desde niño padeció unas cataratas que le produjeron ceguera total en un ojo y casi absoluta en el otro, algo que, sin embargo, no le impidió tocar de oído el piano después de escuchar los discos que coleccionaban sus padres antes de estudiar violín y piano y empezar a tocar en los clubes de jazz a los 16 años. Tan sólo dos años después, en 1928 comienza a trabajar en una pequeña emisora de radio local con un espacio de apenas quince minutos que, sin embargo, obtuvo tal éxito que finalmente termino por ser retransmitido a todo el país por la NBC.
En 1932 se traslada a Nueva York para actuar junto a la famosa Adelaide Hall, cuya figura inmortalizaría mucho después Francis Ford Coppola en su película “The Cotton Club”, y también para realizar sus primeras grabaciones que pronto se convirtieron en sus primeros éxitos gracias a temas como “Tiger Rag” o “Tea for Two”. Su popularidad era tal que los mejores clubes de jazz y salas de conciertos de todo Estados Unidos rivalizaban para conseguir su contratación y su fama traspasa el Atlántico y le lleva hasta Londres donde ofreció una serie de históricos conciertos.
Su increíble sensibilidad al piano fue no sólo unánimemente reconocida en el mundo del jazz, sino también en el de la música clásica en el que personalidades de la talla de Arthur Rubinstein y George Gershwin no dudaron en rendirse a su genio, e incluso el ruso Sergei Rachmaninoff, llegó a declarar que Art Tatum, era el más grande pianista que había escuchado jamás.
Ya consolidado como el mejor pianista de jazz de todo el mundo, en 1943 Art Tatum toma la decisión de dejar de actuar en solitario y forma un trío junto al guitarrista, Tiny Grimes y el contrabajista Slam Stewart, unos de los pocos músicos capaces seguir su tiempo y sus armonías.
El éxito de la formación fue rotundo y la fama de Tatum alcanzó cotas aún mayores de las que tenía hasta entonces. Durante los diez años siguientes el pianista no dejaría en ningún momento de trabajar, ya fuera actuando ante su devoto público o grabando discos en solitario o junto a algunos de los más grandes jazzmen del momento como Lionel Hampton, Ben Webster, Roy Eldridge o Buddy Rich.
Pero toda aquella frenética actividad, unida a un desmesurado consumo de alcohol, comenzó a hacer mella en la ya de por sí precaria salud del pianista que, sin embargo, se negó hasta sus últimos momentos a alejarse del teclado. De hecho, el 15 de agosto de 1956 ofreció el que pasa por ser uno de sus mejores conciertos en el “Hollywood Bowl” de Los Angeles antes 20,000 entregados seguidores y ahí quedó para siempre su última grabación, junto al saxofonista Ben Webster, el 11 de septiembre de ese mismo año 1956, el año en que el 5 de noviembre moría, como consecuencia de una crisis urémica y a los 46 años de edad, el mejor pianista de la historia del jazz
http://www.intereconomia.com/blog/volando-voy/mejor-pianista-historia-20111102
My One & Only Love - Art Tatum & Ben Webster (Sept. 1956)
Por Antonio Castillejo
En una ocasión le preguntaron a Tete Montoliú cual era el mejor pianista de jazz del momento. “Art Tatum”, contestó. El periodista insistió: “Le pregunto por el mejor pianista vivo. Tatum murió en 1956”. “Eso dicen, pero no lo crea, aún sigue siendo el mejor pianista de la historia”, explicó Tete.
Una vez más, el gran músico catalán tenía toda la razón. Art Tatum es hoy, más de medio siglo después de su muerte, unánimemente considerado como el mejor pianista de jazz de todos los tiempos. Su manera de entender el jazz lo revolucionó, a pesar de ser más clásica que vanguardista, y su influencia en todos aquellos grandes pianistas que, como Oscar Peterson, John Lewis, Thelonious Monk, Bill Evans, Dave Brubeck, Chick Corea o el propio Tete Montoliú, llegaron tras él fue absolutamente fundamental. Aunque, eso sí, nunca hubo tras su muerte una escuela de músicos adscritos al estilo de Art Tatum, posiblemente porque su estilo es absolutamente irrepetible.
Había nacido en Toledo (Ohio), el año 1910 y desde niño padeció unas cataratas que le produjeron ceguera total en un ojo y casi absoluta en el otro, algo que, sin embargo, no le impidió tocar de oído el piano después de escuchar los discos que coleccionaban sus padres antes de estudiar violín y piano y empezar a tocar en los clubes de jazz a los 16 años. Tan sólo dos años después, en 1928 comienza a trabajar en una pequeña emisora de radio local con un espacio de apenas quince minutos que, sin embargo, obtuvo tal éxito que finalmente termino por ser retransmitido a todo el país por la NBC.
En 1932 se traslada a Nueva York para actuar junto a la famosa Adelaide Hall, cuya figura inmortalizaría mucho después Francis Ford Coppola en su película “The Cotton Club”, y también para realizar sus primeras grabaciones que pronto se convirtieron en sus primeros éxitos gracias a temas como “Tiger Rag” o “Tea for Two”. Su popularidad era tal que los mejores clubes de jazz y salas de conciertos de todo Estados Unidos rivalizaban para conseguir su contratación y su fama traspasa el Atlántico y le lleva hasta Londres donde ofreció una serie de históricos conciertos.
Su increíble sensibilidad al piano fue no sólo unánimemente reconocida en el mundo del jazz, sino también en el de la música clásica en el que personalidades de la talla de Arthur Rubinstein y George Gershwin no dudaron en rendirse a su genio, e incluso el ruso Sergei Rachmaninoff, llegó a declarar que Art Tatum, era el más grande pianista que había escuchado jamás.
Ya consolidado como el mejor pianista de jazz de todo el mundo, en 1943 Art Tatum toma la decisión de dejar de actuar en solitario y forma un trío junto al guitarrista, Tiny Grimes y el contrabajista Slam Stewart, unos de los pocos músicos capaces seguir su tiempo y sus armonías.
El éxito de la formación fue rotundo y la fama de Tatum alcanzó cotas aún mayores de las que tenía hasta entonces. Durante los diez años siguientes el pianista no dejaría en ningún momento de trabajar, ya fuera actuando ante su devoto público o grabando discos en solitario o junto a algunos de los más grandes jazzmen del momento como Lionel Hampton, Ben Webster, Roy Eldridge o Buddy Rich.
Pero toda aquella frenética actividad, unida a un desmesurado consumo de alcohol, comenzó a hacer mella en la ya de por sí precaria salud del pianista que, sin embargo, se negó hasta sus últimos momentos a alejarse del teclado. De hecho, el 15 de agosto de 1956 ofreció el que pasa por ser uno de sus mejores conciertos en el “Hollywood Bowl” de Los Angeles antes 20,000 entregados seguidores y ahí quedó para siempre su última grabación, junto al saxofonista Ben Webster, el 11 de septiembre de ese mismo año 1956, el año en que el 5 de noviembre moría, como consecuencia de una crisis urémica y a los 46 años de edad, el mejor pianista de la historia del jazz
http://www.intereconomia.com/blog/volando-voy/mejor-pianista-historia-20111102
My One & Only Love - Art Tatum & Ben Webster (Sept. 1956)