viernes, 17 de febrero de 2012

Thelonious Monk / The Loneliest Genius (30 Años sin Monk)



Thelonious Monk, el hombre y el mito

17.02.12 - 07:07 - Óscar Bellot Madrid

Hace 30 años fallecía una figura de mirada perdida que cambió el jazz. Alcanzó la gloria para refugiarse después en el silencio.

El 28 de febrero de 1964, la revista 'Time' dedicaba su portada a un personaje que aún hoy, justo el día en que se cumple el trigésimo aniversario de su desaparición, genera una inmediata reverencia entre los entendidos nada más ser pronunciado su nombre. Una reacción situada en las antípodas de la que se produce al escuchar la mención, también de alcance mundial, al hombre que le precedía en la edición de la revista correspondiente a la semana anterior, Leonid Brézhnev, el todopoderoso Secretario General del PCUS y revitalizador del estalinismo; y, desde luego, mucho más intensa que la desencadenada en estos tiempos por la de la figura que le sucedió en la cubierta de la publicación una semana más tarde, Bobby Baker, el que fuera secretario de la mayoría demócrata en el Senado y protegido de Lyndon Johnson, cabeza de un mayúsculo escándalo de corrupción en Washington, completamente olvidado ya salvo por aquellos fanáticos de la política estadounidense aficionados a leer sobre las cloacas del poder.

Sumidos en el luto por el asesinato del presidente Kennedy, ocurrido apenas tres meses antes, y mientras llegaban noticias cada vez más alarmantes sobre el discurrir de los acontecimientos en Vietnam, el lejano país en el que estaban dejándose la vida demasiados de sus conciudadanos, los estadounidenses que acudían puntuales a su cita con la cabecera perteneciente al imperio mediático de Henry Luce pudieron contemplar el rostro de Thelonious Monk, el pianista y compositor que había marcado un punto de inflexión en la historia del jazz junto a otros genios como Dizzie Gillespie, Charlie Parker o Bud Powell.

Monk estaba entonces en la cima. El muchacho que acompañaba al piano y al órgano los cánticos de su madre en una iglesia baptista de Nueva York, ciudad a la que se había trasladado con su familia desde su natal Rocky Mount cuando apenas tenía tres años, el joven que pasó brevemente por la prestigiosa 'Julliard School' pero que siempre fue un autodidacta, el hombre al que Kenny Clarke llevó al 'Minton's Playhouse', el mítico club que serviría como vientre del bebop, había visto por fin reconocida su maestría tanto por parte de la crítica como por parte del público.

El 'Minton's Playhouse'

El camino hasta allí no había sido, desde luego, un lecho de rosas. Los años treinta los pasó tocando en varios clubes de Harlem, el barrio neoyorquino que se constituyó en el epicentro del jazz y de la cultura afroamericana de la época. Kenny Clarke se lo llevó al 'Minton’s Playhouse' y le presentó a Bud Powell, otro genio del piano que ejercería una fuerte influencia en su vida. Ambos, junto a figuras como el saxofonista Charlie Parker, el trompetista Dizzie Gillespie o el guitarrista Charlie Christian, alumbrarían un nuevo modo de entender el jazz, el bebop, gracias a unas 'jam sessions' que se convirtieron en punto de atracción de cuantos aficionados al género pasaban por la ciudad.

Las primeras grabaciones de ese nuevo estilo las realizaría Monk junto al saxofonista Coleman Hawkins a mediados de los años cuarenta. En 1947, ya lideraba su propia banda, con la que firmaría 'Genius of Modern Music: Volumen 1' para el sello Blue Note. Estaba en plena forma, tanto artística como personalmente. Ese mismo año contraía matrimonio con Nellie Smith, una unión fruto de la cual nacerían dos hijos, T.S. Monk, que también se dedicaría al jazz con el paso de los años, y Barbara. De esa época datan las mejores piezas de Monk, entre las que destacan 'Straigh No Chaser', 'Round About Midnight' y 'Blue Monk'.

Y entonces fue arrestado por posesión de estupefacientes. Corría el mes de agosto de 1951 y Monk acabó dando con sus huesos en la cárcel. Por poco tiempo, es cierto, pero también perdió el permiso para trabajar en los clubes nocturnos de Nueva York, lo que le obligó a salir de la ciudad para poder seguir ganando algo de dinero. De esto último había cada vez menos en su cartera, pero el espíritu indómito y el talento seguían estando ahí.

'The Giants of jazz'

En 1954, la baronesa Pannonica de Koenigswarter se cruzaba en la vida de Monk. A partir de entonces, sería su mecenas y salvadora, como también lo fue de otros mitos como Charlie Parker. Ella le sostendría en los malos tiempos y contribuiría decisivamente a su renacimiento para el gran público. Cuando Monk recuperó su permiso para actuar en los clubes de Nueva York, en 1957, fue reclutado por el 'Five Spot'. En ese club, integraría un legendario cuarteto junto a John Coltrane, Johnny Griffin y Roy Haynes. Ahora, sí, todos reconocían que Monk era uno de los grandes. Conciertos por todo el mundo, actuaciones en los clubes y festivales más selectos, álbumes que hoy son considerados un auténtico tesoro… Era uno de los 'Giants of Jazz', a la altura de Art Blakey y Dizzie Gillespie.

Mas la gira que hizo con ellos acabó siendo su canto del cisne. Un año después, en 1972, Thelonious Monk se retiraba, recluyéndose en el silencio al que le había abocado el cansancio y la enfermedad. Con la mirada perdida, contemplaba la ciudad que había sido escenario de su gloria y en la que había tenido que lidiar también con tantas miserias. El 17 de febrero de 1982, en el hospital de Englewood (Nueva Jersey), hasta esa mirada se evaporaba. Quedaban ya solo sus composiciones, encerradas en los discos y también en las mentes de quienes las aprehendieron a base de escucharlas una y otra vez para ya nunca más soltarlas.

http://www.elcorreo.com/vizcaya/rc/20120217/cultura/thelonius-monk-hombre-mito-201202170308.html



Thelonious Monk - 'Caravan' (Live)