miércoles, 8 de febrero de 2012

Antonio Carlos Jobim / O Grande Arquiteto da Bossa Nova


Hace 85 años nacía Antonio Carlos Jobim, padre de la Bossa Nova

24 de Enero - 12:14hs
Claudio D. Minghetti


Un 25 de enero, hace 85 años nacía -en Barra da Tijuca, en la zona norte de Río de Janeiro- Antonio Carlos Brasileiro de Almeida Jobim, una de las figuras más trascendentes de la música, quien consiguió darle a la bossa nova ritmo de jazz, fusión que le permitió ser éxito en todo el mundo.

Cuando era un adolescente, quien algunos años después sería conocido por el mundo como Antonio Carlos Jobim, sufrió una caída accidental en la arena que le descolocó una vértebra y lo forzó a una larga rehabilitación.

En todo este tiempo de reposo y aburrimiento casero descubrió en el garaje un pequeño piano alquilado por su madre con el que comenzó a probar melodías, esas que ya son parte del patrimonio cultural de la humanidad.

Al percibir su amor por la música, su padrastro lo impulsó a estudiar violín y poco después piano, descubriendo el universo clásico de compositores como Chopin o Debussy, al tiempo que comenzó a trabajar en un estudio de arquitectura.

Jobim, que falleció el 8 de noviembre de 1994 en Nueva York, cursaba en la escuela de arquitectura cuando hizo sus primeras incursiones como pianista en boites cariocas, y así en 1954 grabó su primer disco con el cantante Bill Farr, poco antes de cambiar los diseños por las partituras.

En 1954 comenzó a hacer arreglos y en 1956, convocado por Vinicius de Moraes musicalizó, con Luis Bonfá, la pieza “Orfeu da Conçeição”, con escenografía del diseñador de Brasilia, el arquitecto Oscar Neimeyer, en el Teatro Municipal de Río, y cuya grabación fue lanzada en los entonces nuevos "long play".

Aquella puesta se anticipó al filme “Orfeo Negro” (1959), del francés Marcel Camus, con eje en el relato de la mitología griega, esta vez ambientado durante el Carnaval Carioca, producción que conquistó la Palma de Oro en Cannes y el Oscar de Hollywood a mejor filme hablado en otro idioma.

En 1958, junto a Vincius, Tom compuso “Chega de saudade”, que en grabación de Joao Gilberto se convirtió en un suceso internacional, igual que “Samba de uma nota só”, con Newton Mendonça, que fue grabada por artistas como Ella Fitzgerald y Frank Sinatra, entre muchos otros, en varios idiomas.

A pedido del gobierno de su país escribió una sinfonía a propósito de Brasilia y dio un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York, impulsado por la cancillería, que le permitió destacarse en un escenario al que difícilmente un músico de su país podía acceder.

A finales de 1962, Tom y Vinicius compusieron uno de los temas más maravillosos de sus carreras, “Garota de Ipanema”, poco antes de una segunda partida del primero a Nueva York, donde trabajó entre otros con el gran saxofonista de jazz Stan Getz.

De esa época son sus grabaciones junto a Sergio Mendes primero, y a Sinatra después, con Andy Williams, Nelson Riddle y Claus Ogerman, entre otros, que precedieron a su regreso definitivo en 1967, y sus primeros trabajos con Chico Buarque de Hollanda.

Para cine, Jobim compuso temas como “A Felicidade, junto a Vinicius, para “Orfeo negro”; “Ultimo tremo ara Cordisburgo”, “Chora Coraçao”, “O Jardim Abandonado” y “Milagre e Palhaços”, los cuatro para “Cronica da Casa Assassinada”; “Maita Pere”, y “Dax Ride”, el último para el filme francés “Los aventureros”.

Entre sus temas más famosos, publicados en una docena de discos que llevan su nombre, sobresalen “Aguas de Março”, “Pois é”, “Samba do Avião”, “Agua de beber”, “Eu preciso de voce”, que como la mayoría de su discografía siguen teniendo nuevas versiones.

“Quiero dejar en claro que toda obra de arte, pequeña o grande, popular o erudita, se da en un determinado momento. Cuando se habla de música popular, el problema es más agudo por causa de la moda”, confesó el compositor, músico y cantante en 1971.

“Todos los años surge una nueva moda, efímera, perecedera, con una voracidad industrial. Nunca quise ni nunca querré acompañar esas modas. Es imprudente. Si el artista no está se ajusta al éxito, muy bien. Si lo está, genial”, insistió.

“No me voy a desviar de lo que tengo que hacer para satisfacer las tendencias del momento, para pagar el alquiler, o comer un guiso de porotos y arroz con una cerveza”, afirmó, y agregó que La vida es buena: es el hombre el que termina por complicarla”.

A mediados de la década del 80, con el auge de las llamadas músicas del mundo y de una segunda ola de música de su país, Jobim se lanzó a una recorrida por varios países con un grupo en el que participaba Ana Lontra, su segunda esposa, y su hijo Paulo.

En 1999 durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, el Aeropuerto Internacional del Galeão, en Río de Janeiro, fue bautizado como Antonio Carlos Jobim por las autoridades aeronáuticas cariocas, en homenaje al artista.



Las autoridades justificaron la elección ya que en tiempos de dictadura Jobim ironizó que la única salida para la música de su país era ese aeropuerto.

http://www.telam.com.ar/nota/13844/



Antonio Carlos Jobim - Insensatez (Ao Vivo)



Antonio Carlos Jobim - Água De Beber- Ao Vivo Montreal Jazz Festival (1986)