jueves, 22 de diciembre de 2011

The Who / Quadrophenia (Mods, Scooters & Pills)

Quiénes son los Who

Domingo, 18 de diciembre de 2011

Por Diego Fischerman

The Who, junto a The Beatles y The Rolling Stones, es uno de los grupos con más discos “clásicos” de la historia. Sell Out, de 1967; Tommy, de 1969, y Quadrophenia, de 1973, figuran en varias de las listas de lo que no debería dejar de escucharse antes de morir, de lo que ha cambiado al mundo para siempre y de los mejores discos a secas. Pero, además, exceden intencionalmente el marco del disco standard de larga duración de la época, no necesariamente en extensión –Sell Out ocupa un solo disco, los otros dos, concebidos como óperas rock, sí fueron álbumes dobles– pero sí en concepto. En todos ellos hay una idea de unidad e incluso en el primero de esos discos, donde las canciones no parecen tener un eje temático, los falsos avisos comerciales que unen una y otra tejen un relato acerca de la relación entre un grupo musical y la industria.

La tapa de Quadrophenia mostraba –y aún lo hace, en la ejemplar reedición remasterizada y ampliada que acaba de publicarse localmente– a un mod: alguien en una motoneta viendo en el reflejo de sus cuatro espejos retrovisores a cada uno de los integrantes del grupo. Se trata, por un lado, de una alusión al tema de la obra. Un esquizofrénico cuyas cuatro personalidades reproducen las características salientes de cada uno de los músicos de The Who. Y hay allí, también, una alusión al aspecto menos explicitado de la moda mod: los hábitos intelectuales, el gusto por el cine de la nouvelle vague y la literatura existencialista y, en particular, la ironía. La moda de utilizar cuatro –o más– espejos en el “scooter” fue la respuesta a la ley que impuso la obligatoriedad de su uso. Y The Who, que en Quadrophenia cuenta la historia de un mod, fue, qué duda cabe, un grupo mod. No habría que olvidar, en ese sentido, que la palabra comenzó a utilizarse para diferenciar a quienes escuchaban jazz moderno de los que consumían jazz tradicional. Los gustos luego se ampliaron a otras músicas de los negros estadounidenses, en particular el soul, pero hay dos elementos del jazz moderno sin los cuales resulta imposible entender el estilo de The Who: las acentuaciones a contratiempo y la independización de la función del bajo.

Si en varios de los grupos surgidos a fines de los ‘60 el virtuosismo ya es un dato esencial, The Who es más un grupo de la vieja escuela. No hay allí guitarristas ni tecladistas heroicos. Curiosamente, su virtuosismo está en la verdadera base. Y es que el grupo, en rigor, no es otra cosa que base: la guitarra rítmica de Touwnshend (una de las más originales e influyentes del pop rock), la batería (jazzística, más cercana al be bop que a la mera marcación de pulsos) de Moon y, en particular, el bajo de Entwistle, convertido muchas veces en el único solista instrumental posible del cuarteto que completaba un cantante. Entwistle, incidentalmente, también tocaba la trompeta y el corno y, sobre todo este instrumento, utilizado con profusión en Tommy y Quadrophenia, acabó siendo uno de los sellos del grupo. Son obvios el talento melódico de Townhend y Entwistle (los principales compositores), la imaginación de las canciones y la impactante energía de las interpretaciones, tantas veces mencionada. Suele pasar más inadvertida una fineza en el trabajo rítmico que aún asombra. La vieja idea del bajo continuo que se había impuesto en el siglo XVII –un instrumento haciendo el bajo, otro los acordes– encontró en The Who, en todo caso, una de las encarnaciones más perfectas y potentes que pudieran imaginarse

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/7558-1570-2011-12-18.html



The Who – Real Me ( From Quadrophenia Movie)



Sentado sobre esa piedra

Por Peter Townshend

Quadrophenia me sirvió como prueba de que las reglas pueden ser cambiadas, y que se pueden crear nuevas reglas. El álbum original de The Who demostró que un tipo de música sumamente energética podía describir todo el rango de las emociones humanas. Cuando Daltrey literalmente gritaba “Love Reign O’er Me” (“El amor reina sobre mí”, una canción que escribí para demostrar la más extrema y miserable situación de un alma abandonada por todos y todo), solo un icono como Daltrey podía soportar el peso simbólico de tanta tristeza, soledad, la pérdida del romance, la falta de amor, de la infancia, además de sentimientos más obvios como la ira o la frustración.

La angustia de aquellos años adolescentes en los que todos nos sentíamos incomprendidos es algo de lo que es fácil burlarse, pero era real, y es lo que lleva a mi héroe, Jimmy, a considerar la opción del suicidio. En un momento pensé que como autor no tenía derecho a decidir si finalmente Jimmy se suicida o no, y ésa es una decisión que no pienso revisar.

Yo ya había aplicado el tema como leitmotiv de la faceta que me representaba en la división de personalidades de Jimmy, y la iba a utilizar justo antes del tema final, que iba a ser “The Rock”. Pero me di cuenta de que la frase “Love Reign O’er me” es lo bastante amplia como para sugerir que Jimmy mira al cielo rezando, pero también que celebra el amor en sí mismo. Sentado en su roca, Jimmy comete un error: en su delirio de drogadicto cree que va a encontrar algún tipo de ayuda, cree que va a escuchar alguna voz que lo guíe, pero solo descubre que se está mojando. El pide que le llueva amor del cielo, pero solo recibe una lluvia helada que cae desde unas nubes negras. El perdió todo lo que le importaba en la vida, y ahora encima está todo mojado y muerto de frío.

Pero de todos modos alguien lo ama. Nosotros lo amamos. Siempre lo vamos a amar.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/7558-1571-2011-12-18.html



The Who - Love Reign O'er Me - Quadrophenia (1973)