Césaria Évora, la diva de los pies descalzos y reina de los pobres
Fuente: dpa 2011-12-17
Por Emilio Rappold (dpa)
Lisboa/Mindelo, 17 dic (dpa) - El mundo llora la muerte de Césaria Évora. La cantante, nacida en 1941 en la antigua colonia portuguesa de Cabo Verde, en la costa occidental de África, era desde hace 20 años una de las voces más célebres y respetadas del continente negro.
Era conocida sobre todo como la "diva de los pies descalzos", debido a su costumbre de subir al escenario sin zapatos, en solidaridad con los pobres de su país.
La "reina de la morna", del melancólico "blues caboverdiano", llevó sus letras, que hablan casi siempre de la triste historia de su archipiélago, de aislamiento, comercio de esclavos y emigración, a los cinco continentes.
Ganó premios, conquistó corazones de fans y llenó plateas en todos los rincones del globo, al tiempo que consolaba a los pobres de su país.
Fue distinguida en Portugal, en Alemania, en Estados Unidos le dieron en 2004 el Grammy por el álbum "Voz D'Amor", y en 2007, el entonces presidente de Francia Jacques Chirac le otorgó la medalla de la Legión de Honor, por mencionar solamente algunos de los premios.
En total produjo, en vivo y en estudios, 24 discos, de los que vendió millones. Y grabó con varios de los máximos exponentes de la música mundial, entre ellos muchos iberoamericanos.
En su último álbum, "Cesaria Evora &...", de 2010, participaron, entre otros, Caetano Veloso, Pedro Guerra, Salif Keita, Bonnie Raitt y Marisa Monte.
Évora, que murió hoy en su ciudad natal, Mindelo, en la isla de São Vicente, sufría desde hacía años de problemas de corazón.
En 2008, durante una gira por Australia, había sufrido un ataque de apoplejía. En mayo del año pasado, finalmente, se sometió en Francia a una operación de corazón abierto.
Y este año llegó al límite. A fines de septiembre, tuvo que anunciar, muy debilitada, el final de su carrera artística, cancelando los restantes conciertos de su gira mundial.
Le costó colgar el micrófono. "Está muy triste, no quería abandonar los escenarios, pero decidimos que había que seguir la recomendación de los médicos", reveló en aquel entonces su manager, José Da Silva.
Évora nació el 27 de agosto de 1941 en Mindelo en la isla de São Vicente en el seno de una familia de músicos. Tras la temprana muerte de su padre, el violinista Justino da Cruz Évora, fue internada primero en un hogar para niños huérfanos y más tarde fue criada por una familia tutelar.
"Cise", como la llamaban sus amigos, comenzó a cantar ya desde muy joven, presentándose en bares, hoteles y plazas de su Mindelo natal, acompañada por su hermano Lela al saxofón.
Como recibía muy poco dinero por sus actuaciones, Évora abandonó la música entre los 20 y los 30 años, para alimentar a su familia con diversos otros empleos.
Deprimida, luchó mucho tiempo contra el alcoholismo, en un período que ella misma calificó de "mis años negros".
Tardó mucho en llegar a la cima: Sólo a los 47 años firmó su primer contrato con una casa discográfica. Pero después los éxitos se sucedieron rápidamente.
Con su quinto álbum, "Miss Perfumado" (1993), la mujer de la voz afinada y única, suave y áspera al mismo tiempo, alcanzó fama mundial.
Ahora, tras su muerte por "insuficencia cardíaca y respiratoria", sus seguidores esperan que haya, tal vez, un último bis, ya que últimamente, Évora estaba trabajando en un nuevo y último álbum, grabando con diferentes músicos de Cabo Verde.
En agosto pasado, en una visita a Lisboa, Évora afirmó que esperaba que la obra pudiera estar lista en pocos meses más. "Creo que saldrá en 2012", afirmó la legendaria cantante.
En caso de que se concrete esta obra póstuma, podrá deleitar oídos una vez más al sonido de violines, clarinetes, guitarras, acordeones y cavaquinhos.
Y Évora cantará entonces, una vez más, la última, sobre el dolor, la nostalgia y la esperanza.
Césaria Évora - Sodade - Ao Vivo
Fuente: dpa 2011-12-17
Por Emilio Rappold (dpa)
Lisboa/Mindelo, 17 dic (dpa) - El mundo llora la muerte de Césaria Évora. La cantante, nacida en 1941 en la antigua colonia portuguesa de Cabo Verde, en la costa occidental de África, era desde hace 20 años una de las voces más célebres y respetadas del continente negro.
Era conocida sobre todo como la "diva de los pies descalzos", debido a su costumbre de subir al escenario sin zapatos, en solidaridad con los pobres de su país.
La "reina de la morna", del melancólico "blues caboverdiano", llevó sus letras, que hablan casi siempre de la triste historia de su archipiélago, de aislamiento, comercio de esclavos y emigración, a los cinco continentes.
Ganó premios, conquistó corazones de fans y llenó plateas en todos los rincones del globo, al tiempo que consolaba a los pobres de su país.
Fue distinguida en Portugal, en Alemania, en Estados Unidos le dieron en 2004 el Grammy por el álbum "Voz D'Amor", y en 2007, el entonces presidente de Francia Jacques Chirac le otorgó la medalla de la Legión de Honor, por mencionar solamente algunos de los premios.
En total produjo, en vivo y en estudios, 24 discos, de los que vendió millones. Y grabó con varios de los máximos exponentes de la música mundial, entre ellos muchos iberoamericanos.
En su último álbum, "Cesaria Evora &...", de 2010, participaron, entre otros, Caetano Veloso, Pedro Guerra, Salif Keita, Bonnie Raitt y Marisa Monte.
Évora, que murió hoy en su ciudad natal, Mindelo, en la isla de São Vicente, sufría desde hacía años de problemas de corazón.
En 2008, durante una gira por Australia, había sufrido un ataque de apoplejía. En mayo del año pasado, finalmente, se sometió en Francia a una operación de corazón abierto.
Y este año llegó al límite. A fines de septiembre, tuvo que anunciar, muy debilitada, el final de su carrera artística, cancelando los restantes conciertos de su gira mundial.
Le costó colgar el micrófono. "Está muy triste, no quería abandonar los escenarios, pero decidimos que había que seguir la recomendación de los médicos", reveló en aquel entonces su manager, José Da Silva.
Évora nació el 27 de agosto de 1941 en Mindelo en la isla de São Vicente en el seno de una familia de músicos. Tras la temprana muerte de su padre, el violinista Justino da Cruz Évora, fue internada primero en un hogar para niños huérfanos y más tarde fue criada por una familia tutelar.
"Cise", como la llamaban sus amigos, comenzó a cantar ya desde muy joven, presentándose en bares, hoteles y plazas de su Mindelo natal, acompañada por su hermano Lela al saxofón.
Como recibía muy poco dinero por sus actuaciones, Évora abandonó la música entre los 20 y los 30 años, para alimentar a su familia con diversos otros empleos.
Deprimida, luchó mucho tiempo contra el alcoholismo, en un período que ella misma calificó de "mis años negros".
Tardó mucho en llegar a la cima: Sólo a los 47 años firmó su primer contrato con una casa discográfica. Pero después los éxitos se sucedieron rápidamente.
Con su quinto álbum, "Miss Perfumado" (1993), la mujer de la voz afinada y única, suave y áspera al mismo tiempo, alcanzó fama mundial.
Ahora, tras su muerte por "insuficencia cardíaca y respiratoria", sus seguidores esperan que haya, tal vez, un último bis, ya que últimamente, Évora estaba trabajando en un nuevo y último álbum, grabando con diferentes músicos de Cabo Verde.
En agosto pasado, en una visita a Lisboa, Évora afirmó que esperaba que la obra pudiera estar lista en pocos meses más. "Creo que saldrá en 2012", afirmó la legendaria cantante.
En caso de que se concrete esta obra póstuma, podrá deleitar oídos una vez más al sonido de violines, clarinetes, guitarras, acordeones y cavaquinhos.
Y Évora cantará entonces, una vez más, la última, sobre el dolor, la nostalgia y la esperanza.
Césaria Évora - Sodade - Ao Vivo