Keith Jarrett : RIO
Keith Jarrett (P)
Rio de Janeiro, Abril de 2011
© Cuadernos de Jazz, Diciembre-2011
Por Quinito López Mourelle
El público es, a estas alturas, muy dueño de preguntarse si quiere seguir disfrutando del mismo Jarrett de siempre o, por el contrario, le demanda una vuelta de tuerca. Renovarse después de una carrera tan dilatada y exitosa, después de haber coleccionado durante años a una legión de admiradores y de haber definido un estilo de cuya influencia pocos pianistas actuales pueden desmarcarse no debe ser tarea fácil… El riesgo está en que Jarrett, elocuente como pocos, tiene diferentes caras y no todas resultan igualmente afortunadas. El corte de apertura del segundo CD vale por si solo cinco estrellas. Es sencillamente sobrecogedor. Una manifestación sincera y exquisita en la que, sobre un tapiz melancólico y romántico, van brotando mil y una influencias.
El pianista crea, al convocarlas, una música atemporal y grandiosa, una música del corazón. También las díscolas parte I y parte X merecen el chapó. Pero junto a estas joyas (u otras también excelsas como las cuatro primeras partes del primer CD o la exótica parte XIX), conviven otras como las partes V y VI: ejemplos en los que se pierde el balance exacto entre el disfrute del artista y el del receptor, necesario a toda obra de arte. En esos momentos, cuando Jarrett se emborracha de sí mismo en algunos pedales obsesivos ornamentados con su fértil mano derecha, se pierde la estela grandiosa de un artista capaz de detener el mundo en un suspiro.
http://www.cuadernosdejazz.com/
Keith Jarrett (P)
Rio de Janeiro, Abril de 2011
© Cuadernos de Jazz, Diciembre-2011
Por Quinito López Mourelle
El público es, a estas alturas, muy dueño de preguntarse si quiere seguir disfrutando del mismo Jarrett de siempre o, por el contrario, le demanda una vuelta de tuerca. Renovarse después de una carrera tan dilatada y exitosa, después de haber coleccionado durante años a una legión de admiradores y de haber definido un estilo de cuya influencia pocos pianistas actuales pueden desmarcarse no debe ser tarea fácil… El riesgo está en que Jarrett, elocuente como pocos, tiene diferentes caras y no todas resultan igualmente afortunadas. El corte de apertura del segundo CD vale por si solo cinco estrellas. Es sencillamente sobrecogedor. Una manifestación sincera y exquisita en la que, sobre un tapiz melancólico y romántico, van brotando mil y una influencias.
El pianista crea, al convocarlas, una música atemporal y grandiosa, una música del corazón. También las díscolas parte I y parte X merecen el chapó. Pero junto a estas joyas (u otras también excelsas como las cuatro primeras partes del primer CD o la exótica parte XIX), conviven otras como las partes V y VI: ejemplos en los que se pierde el balance exacto entre el disfrute del artista y el del receptor, necesario a toda obra de arte. En esos momentos, cuando Jarrett se emborracha de sí mismo en algunos pedales obsesivos ornamentados con su fértil mano derecha, se pierde la estela grandiosa de un artista capaz de detener el mundo en un suspiro.
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Keith Jarrett – Αlbum : RIO (2011)